jueves, 21 de marzo de 2013

Un mal hábito alimenticio en niños influye en la conducta cognitiva - DiarioMedico.com

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Un estudio pionero en España

Un mal hábito alimenticio en niños influye en la conducta cognitiva

Por primera vez, un estudio con sello español y que se publica en The Open Nutrition Journal, ha analizado la relación existente entre la conducta mal comedora, los niveles de atención en los niños españoles, el grado de estrés de la familia y la ingesta nutricional.
Laura Benito | laura.benito@unidadeditorial.es   | 21/03/2013 00:00

Luis Ros
Luis Ros, coordinador de la investigación realizada en España. ()
 
Existen varios factores que inciden en el crecimiento de los niños. Uno de ellos, y quizá el más importante, es la alimentación. Por primera vez, un estudio con sello español y que se publica en The Open Nutrition Journal, ha analizado la relación existente entre la conducta mal comedora, los niveles de atención en los niños españoles, el grado de estrés de la familia y la ingesta nutricional.

Siete centros educativos de la Comunidad de Madrid fueron los escenarios elegidos para el informe, elaborado en colaboración con Abbott. Más de mil alumnos, con edades entre los 3 y 6 años, formaron parte de la muestra tras una selección previa. A partir de entonces, los niños se clasificaron en dos grupos: los considerados malos comedores y los que comían de manera saludable.

Mano a mano
La colaboración de los padres se convirtió en pieza clave al ser ellos quienes detallaban la ingesta de sus hijos durante el plazo de tres días. De esta manera, los datos recopilados se compararon con las recomendaciones nutricionales de 2008 en España.

Así, los sanitarios definieron a los malos comedores como aquellos que ingerían menos de un 65 por ciento de las cantidades diarias recomendadas de entre 4 y 6 grupos de alimentos. Luis Ros, coordinador del estudio y jefe de la Unidad de Gastroenterología y Nutrición Infantil del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, señala que "el aporte de vitamina E o calcio en los menores de este grupo no cubrían las necesidades diarias".

Una de las primeras conclusiones fue que el 70 por ciento del grupo muestra presentaba niveles cognitivos bajos. Incluso esta evidencia científica no es única en España, sino que según Ros, "en los países en vías de desarrollo existe una conexión entre los malos hábitos alimentarios y un rendimiento escolar pobre".

Pero aún hay más. Los niveles altos de irritabilidad en los padres influían en el comportamiento del niño mal comedor. Por tanto, su rutina alimentaria podría empeorar en un futuro. El quid de la cuestión radica en que "la comida no debe convertirse en un conflicto", por lo que Ros aconseja que los padres desarrollen estrategias para que los niños adquieran buenos hábitos

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