domingo, 1 de junio de 2014

La Fundación Lilly premia la investigación en cáncer - DiarioMedico.com

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XIII EDICIÓN

La Fundación Lilly premia la investigación en cáncer

La preclínica ha recaído en marcadores para metástasis. La clínica reconoce los avances producidos en mieloma múltiple.
Raquel Serrano. Madrid | raquelserrano@unidadeditorial.es   |  30/05/2014 00:00

José Antonio Gutiérrez,Amparo Cano y Jesús San Miguel y José Antonio Sacristán

José Antonio Gutiérrez con los premiados Amparo Cano y Jesús San Miguel, junto a José Antonio Sacristán. (Fundación Lilly)
Amparo Cano, del Departamento de Bioquímica del Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols (UAM-CSIC) y del Instituto de Investigación Sanitaria IdiPAZ, de Madrid, y Jesús San Miguel, director de Medicina Clínica y Traslacional de la Universidad de Navarra, en Pamplona, han recibido los premios de Investigación Preclínica y Clínica, respectivamente, de la Fundación Lilly de Investigación Biomédica 2014, "por su contribución y trayectoria de investigación de excelencia en España", han recalcado José Antonio Gutiérrez Fuentes, consejero honorífico, y José Antonio Sacristán, director de la Fundación Lilly.
En su XIII edición, los miembros de la citada fundación han reconocido la labor de dos profesionales que dedican sus esfuerzos diarios a luchar contra el cáncer, desde la experimentación más básica hasta el continuo bregar con los pacientes.
Migración celular 

En el caso de Amparo Cano, se ha premiado una trayectoria basada en intentar descifrar los mecanismos más íntimos que activan el desarrollo de la metástasis, un fenómeno que suele ser el responsable directo de la mortalidad en la enfermedad oncológica. El equipo de la profesora también ha descifrado algunas de las moléculas que retienen o ayudan a migrar a las células tumorales en diferentes etapas de su diseminación.
Así, la cadherina-E, una molécula descrita por primera vez por esta investigadora, es un ejemplo claro dentro de la compleja red de diseminación de la célula tumoral. "Esta molécula hace que las células se mantengan unidas entre sí, impidiendo o controlando, por tanto, la metástasis. De hecho, la pérdida de su expresión es importante para la progresión de los carcinomas, que suponen el 80 por ciento de los cánceres humanos. La cadherina-E se usa actualmente como marcador en la clínica".
Pero la línea de investigación, en colaboración con el grupo de Ángela Nieto,del CSIC, ha proseguido con el análisis de los factores que regulan la cadherina-E. La denominada LOXL2 (lisil-oxidasa-like2), miembro de una familia de proteínas que regulan el medio en el que se encuentran las células, "es, precisamente, la responsable de desabrochar la unión celular que mantiene la cadherina-E", indica Cano, para quien LOXL2 es un destacado marcador de mal pronóstico o de mayor riesgo de desarrollo de metástasis, aún no en la clínica, en cáncer de laringe y en tumores de mama basales, muy agresivos y para los que no existe terapia específica."Es una nueva diana terapéutica y esperamos que su utilidad pueda trasladarse a los pacientes en el control de la metástasis". Aunque muy incipiente, esta proteína también sería relevante en cáncer de endometrio.
Inhibir específicamente

La investigadora ha señalado que el objetivo último es el desarrollo de fármacos inhibidores específicos de LOXL2. En estos momentos, se ensayan en modelos preclínicos de ratones para probar potenciales drogas para esta molécula. Según Cano, "los intentos por mantener activa la expresión de cadherina-E mediante modificación genética no han dado los resultados esperados. Por tanto, el bloqueo de LOXL2 parece una vía más eficaz que la modificación de la cadherina-E".

Controlar la enfermedad mínima residual, próximo paso en mieloma múltiple

¿Por qué aparece resistencia primaria en algunos casos de mieloma múltiple (MM)? ¿Por qué unos afectados recaen y otros no? Estas son algunas de las preguntas que Jesús San Miguel lleva realizándose hace años, para algunas de las cuales ha encontrado respuestas parciales, derivadas de estudios genéticos e inmunogenotípicos, que han conseguido que esta enfermedad haya más que duplicado la supervivencia en los últimos 20 años. "Nadie podía imaginar hace dos décadas el giro tan positivo que ha tenido el abordaje, siempre multidisciplinar, del MM", indica. Actualmente, y en el terreno diagnóstico, se sabe que el tratamiento precoz mejora la supervivencia en mieloma quiescente, que existen subgrupos dentro de una misma enfermedad, y nuevas moléculas en desarrollo de las que se derivarán modernas combinaciones farmacológicas".
Además, y según San Miguel, las técnicas de alta sensibilidad, capaces de detectar una sola célula tumoral entre un millón de células, reforzarán el control de la enfermedad mínima residual. Estas técnicas, disponibles en todos los hospitales españoles, orientan, una vez completado el tratamiento de inducción, si es necesario continuar con terapias más agresivas".

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