lunes, 3 de abril de 2017

Crece la evidencia sobre el efecto de la luz en el trastorno bipolar - DiarioMedico.com

Crece la evidencia sobre el efecto de la luz en el trastorno bipolar - DiarioMedico.com



SEGÚN DIEGO URGELÉS

Crece la evidencia sobre el efecto de la luz en el trastorno bipolar

La influencia de la estacionalidad se ha apreciado en diversos estudios. En latitudes con cambios lumínicos bruscos aparece antes la patología.
María Sánchez-Monge. Madrid | Maria.Sanchez@diariomedico.com   |  03/04/2017 00:00
 
 

Diego Urgelés
Diego Urgelés, psiquiatra de la Clínica Nuestra Señora de la Paz. (Mauricio Skrycky)
Entre los múltiples factores que influyen en el trastorno bipolar ocupa un lugar destacado la luz, a la que, como resalta Diego Urgelés, responsable de la Unidad de Trastorno Bipolar que está a punto de inaugurar la Clínica Nuestra Señora de la Paz, de Madrid, "todos los seres vivos adaptamos nuestra actividad".
Pero no se trata de una mayor o menor luminosidad, sino que son los cambios bruscos en los ritmos de luz-oscuridad los que provocan descompensaciones. De ahí que haya una mayor incidencia de crisis "en las épocas del año en las que hay un cambio más rápido en las condiciones de luz". Urgelés aclara que, probablemente, "el cambio horario hace que las cosas sean todavía más difíciles, pero en los países en los que no hay horario de verano también hay descompensaciones en determinadas épocas".
En este sentido, comenta que diversos estudios han puesto de manifiesto la estacionalidad de los síntomas, de forma que los episodios maniacos son más frecuentes en primavera y en verano, mientras que las depresiones aumentan en el inicio del invierno.
El psiquiatra resume los diversos mecanismos que vinculan la luz con la patología: "La hormona melatonina, el hipotálamo, algunas células de la retina y los genes que regulan el reloj biológico están alterados en el trastorno bipolar".
Con estos datos, actuar sobre la luz puede ayudar a la estabilidad emocional de los pacientes con el trastorno. En este punto, Urgelés matiza que no sólo hay que contrarrestar los cambios bruscos en las condiciones naturales de luz, sino que cada vez cobra mayor protagonismo la luz artificial. "Vivimos en un mundo en el que no hay noche: en la calle hay luz y en casa normalmente tenemos una iluminación bastante potente".
Y no sólo hay que tener en cuenta la intensidad de la luz, sino su espectro electromagnético: "El hipotálamo no detecta únicamente si hay luz o no, sino también de qué tipo es, para saber si es matinal, del mediodía o del atardecer". Las pantallas de ordenadores, teléfonos móviles y tabletas tienen una emisión de luz azul altísima y "hay estudios que demuestran que eso provoca inestabilidad emocional en pacientes con trastorno bipolar y depresión".
Aparición más temprana
Un estudio multicéntrico internacional en el que participa Ana González Pinto, presidenta de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica, ha apreciado que, en las personas que habitan en lugares con cambios más bruscos de la luminosidad, el trastorno bipolar tiende a iniciarse a una edad más temprana. Ese patrón se ha observado en dos ciudades de Noruega (el estudio no cuenta con datos de Suecia o Finlandia), dos de Estados Unidos (Los Ángeles y Sacramento), Hermosillo (México) y Santiago de Chile.
España se encuentra entre los países en los que el cambio de luminosidad es "relativamente suave", según la psiquiatra. La investigación cuenta ya con 5.536 pacientes de 50 ciudades de los seis continentes.

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