TRIBUNA. MARC BOSCH
Lecciones del Chagas en Bolivia
MSF concluye más de una década de programas contra la enfermedad de Chagas, cuyo Día Mundial se celebra este viernes, en Bolivia, el país con más afectados del mundo. Allí han implantado el proyecto Emocha,para avisar mediante SMS de la presencia de la vinchuca en los domicilios.
Marc Bosch, responsable de operaciones de Médicos Sin Fronteras en América Latina. | 13/04/2017 10:00
El control del vector es un importante aspecto del proyecto de MSF en Narciso Campero. Cientos de casas fueron fumigadas en los municipios de Omereque, Pasorapa y Aiquile, en coordinación con el programa nacional de Chagas. (Juan Renau/ MSF)
Bolivia es el país con mayor prevalencia de la enfermedad de Chagas. Según datos de la Coalición Chagas, un 6 por ciento de la población boliviana, más de 600.000 personas, viven con la infección y otro medio millón están en riesgo de padecerla. Se estima que hay un promedio anual de más de 8.000 nuevas infecciones por la picadura del Triatoma infestans, una chinche conocida popularmente como vinchuca, el insecto portador del parásito Trypanosoma cruzi.
Los enfermos de Chagas que no logran recibir tratamiento mueren en medio del silencio y el olvido ya que, habitualmente, esta afección no presenta síntomas hasta la fase crítica, años después de haberse producido la picadura y cuando la enfermedad ya no es tratable de forma etiológica, atacando sus causas. Las zonas endémicas de Chagas en Bolivia coinciden principalmente con las áreas más desfavorecidas, con las comunidades más pobres.
Un tratamiento a tiempo puede reducir el riesgo de desarrollar problemas cardiacos o digestivos en quienes han contraído la enfermedad. Por ello, la atención debería estar contemplada en el sistema de la seguridad social y el sistema universal de salud, posibilitando la cobertura gratuita incluso en zonas rurales.
- n 2015 se diagnosticaron 31.666 enfermos de los cuales apenas el 11% inició el tratamiento
La educación y la información sobre el Chagas también juegan un papel fundamental para combatirla. A pesar de los esfuerzos de sensibilización y de las campañas informativas, muchas personas siguen desconociendo los efectos positivos del tratamiento y existe cierta resignación a padecer la enfermedad en silencio. Son habituales las historias de mujeres y hombres que mueren a edad temprana sin ni siquiera saber que padecían Chagas. Por ello, es esencial lograr que la población boliviana cuente con la información necesaria sobre la importancia del diagnóstico y del acceso al tratamiento en un estadio inicial.
A pesar de que hace más de una década que la ley 3374 declaró el mal de Chagas como una prioridad nacional en todos los departamentos del país, hasta la fecha no existe una reglamentación que permita avanzar en el acceso al tratamiento universal, incluido el del Chagas congénito, o el manejo de las complicaciones de esta enfermedad. Es preocupante que, de acuerdo con datos del Programa Nacional de Chagas (PNCH), en 2015 se diagnosticaron 31.666 enfermos de los cuales apenas el 11 por ciento comenzó el tratamiento. Si analizamos el dato específico de recién nacidos en los que se confirmó la presencia de esta patología, solo el 57 por ciento recibieron tratamiento.
Desde 2002, los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Bolivia han trabajado ininterrumpidamente en la lucha contra la enfermedad a través de actividades de prevención y control vectorial desarrolladas de forma paralela a los servicios de diagnóstico y tratamiento gratuito. En todos estos años, más de 8.000 pacientes recibieron tratamiento en algunas de las instalaciones gestionadas o apoyadas por MSF.
En los dos últimos años, los equipos de MSF proporcionaron apoyo técnico para la implementación de un Modelo de Atención Integral en el municipio de Monteagudo. A través de la sensibilización a la población, la formación del personal de salud y el apoyo directo a las estructuras sanitarias del municipio, se logró integrar el diagnóstico y el tratamiento en las 17 estructuras de salud del municipio, incluyendo tanto el hospital de la cabecera como los centros de salud rurales más alejados. Durante esta intervención, se detectaron 2.259 nuevos casos, de los cuales 810 ya han comenzado el tratamiento con benzimidazol.
- El Modelo de Atención Integral de Chagas en zonas rurales de MSF debería utilizarse como herramienta de referencia para implantar proyectos en otras áreas endémicas
Cazar vinchucas con el móvilTambién hemos impulsado el empleo de la tecnología móvil y de geolocalización (GPS) en la lucha contra la enfermedad. Así, hemos puesto en marcha, en tres municipios del departamento de Narciso Campero, un sistema de recopilación de datos que se basa en algo tan sencillo como los SMS. Se llama eMOCHA y permite, mediante el envío de un mensaje, informar de la presencia de la vinchuca en el hogar.
Gracias a un trabajo articulado entre MSF, el Ministerio de Salud, los programas contra el Chagas y las autoridades locales de Monteagudo se demostró que es posible asegurar el diagnóstico y el tratamiento en zonas rurales desde el primer nivel de atención; de la misma forma que sucede con el resto de enfermedades manejadas habitualmente en los centros de atención primaria. Para lograrlo es imprescindible una voluntad política firme que destine los recursos necesarios para asegurar un acceso continuo al diagnóstico y al tratamiento, una formación adecuada del personal de salud y el establecimiento de unos protocolos básicos de atención.
La experiencia de MSF durante estos años nos ha permitido sistematizar las lecciones aprendidas en un Modelo de Atención Integral de Chagas en zonas rurales, que debería poder ser utilizado como una herramienta de referencia para implementar proyectos similares en otras áreas endémicas del país. Nos gustaría que, ahora que concluye nuestra intervención, este modelo de referencia constituyera uno de nuestros legados para la atención del Chagas en Bolivia.
Ahora es el turno de las autoridades bolivianas que deben situar a la enfermedad de Chagas en el centro de la agenda pública de salud. Es indispensable que en todos los departamentos haya más personal capacitado y un presupuesto adaptado al número de personas que vive con la enfermedad. Este mal puede ser tratado integralmente, incluso en las comunidades más apartadas y vulnerables, si se destinan los recursos necesarios y existe un interés de las autoridades sanitarias para combatirlo. De esta forma se podrá evitar que el Chagas siga siendo un asesino silencioso.
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