Redacción. Madrid | 10/04/2017 17:00
El estudio, realizado en ratones y con muestras de tumores humanos, ha encontrado niveles muy elevados de dos proteínas -dectina-1 y galectina-9 - en los cánceres pancreáticos. La interacción de estas proteínas impidió que los macrófagos actuaran frente las células tumorales. Los análisis de los tumores mostraron que los pacientes con adenocarcinoma ductal pancréatico con niveles altos de galectina-9 presentaban una supervivencia reducida, aunque los autores de la investigación recalcan que hace falta estudios más amplios que confirmen ese asociación.
Al comparar el modelo experimental de cáncer de páncreas con otro grupo de animales que estaba diseñado para no producir la dectina-1, se constató que estos ratones sin la proteína vivieron más tiempo. También encontraron que administrar a los ratones un anticuerpo que bloqueaba la interacción entre la galectina-9 y la dectina-1 reducía drásticamente el tamaño del tumor y aumentaba la supervivencia.
"Nuestro estudio revela un mecanismo previamente desconocido que podríamos ser capaces de bloquear para hacer los tumores 'visibles' nuevamente a las células inmunitarias atacantes, tal vez en combinación con otras inmunoterapias", dice George Miller, jefe del Programa de Inmunología del Cáncer de la UNY Langone y uno de los autores principales del estudio.
Este estudio ha revelado que las células cancerosas pancreáticas no sólo envían señales que hacen que los macrófagos produzcan cantidades anormales de receptores de superficie dectina-1, sino que también hacen que las propias células tumorales expresen niveles altos de galectina-9.
La galectina-9 actúa sobre la dectina-1, haciendo que los macrófagos se diferencien en el tipo M2, que, a diferencia del tipo M1, silencia la respuesta antitumoral, lo que impide que se combata el cáncer. Cuando se les inyectó a los ratones con tumores pancreáticos un anticuerpo que impide que la galectina-9 se acople a la dectina-1, el sistema inmunológico de los animales desarrolló macrófagos del tipo M1, que enviaron señales que aumentaron el número de linfocitos T capaces de atacar al cáncer.
El tamaño del tumor de los ratones tratados con el anticuerpo disminuyó y aumentó su supervivencia. Mientras que sólo el 25 por ciento de los ratones no tratados vivían a los 55 días, el 90 por ciento de los ratones inyectados con el anticuerpo galectina-9 sobrevivieron.
Cambio real en el tratamiento
Un dato importante de este estudio, es que se han empleado anticuerpos contra la galectina-9 y dirigidos también a la proteína checkpoint PD-1, una de las estrategias inmunoterápicas que se están estudiando para tratar diversos cánceres, y que hasta ahora habían resultado ineficaces en los ensayos clínicos para el tumor de páncreas.
Sin embargo, estos anticuerpos combinados sí parecen reducir el tamaño tumoral y prolongar la supervivencia en ratones. "Nuestros resultados tienen implicaciones potencialmente amplias porque los macrófagos con dectina-1 en sus superficies, y las células que expresan galectina-9 se infiltran en muchos tipos de cáncer", dice Donnele Daley, del laboratorio de Miller y primer autor del estudio junto con Vishnu Mani, quien agregó que "esto podría ser un cambio real en el tratamiento de pacientes con cáncer de páncreas".
No hay comentarios:
Publicar un comentario