Cirujanos del Servicio de Urología del
Hospital Universitario Valle de Hebrón en Barcelonahan realizado una
cistectomía radical con reconstrucción intracorpórea de la vejiga con cirugía robótica en un paciente afectado de cáncer. Esta intervención pionera se llevó a cabo gracias al Sistema
Da Vinci el pasado 30 de mayo y el enfermo recibió el alta hospitalaria una semana más tarde. El Hospital Valle de Hebrón es pionero en la aplicación de la robótica a la cirugía urológica.
Con este procedimiento culmina el programa de cistectomía robótica con derivación intracorpórea iniciado el año pasado.
La intervención la realizó Carles Raventós, jefe de la Unidad del Urotelio del Servicio de Urología que dirige Joan Morote. Se trataba de un paciente con cáncer de vejiga. En estos casos se indica la cistectomía radical, y la derivación de los uréteres habitualmente se hace a través de un trozo del intestino a una bolsa situada fuera del cuerpo del paciente o bien se construye una vejiga nueva. Es una intervención compleja y con bastantes riesgos y con una recuperación lenta. Hasta ahora, la extracción de la vejiga se realizaba con cirugía robótica, pero para hacer la construcción de la neovejiga, utilizando el íleon, se tenía que abrir al enfermo. Ahora, estos urólogos ya pueden construir la vejiga con el robot Da Vinci sin hacer nuevas incisiones. Se trata, según Raventós "de una de las cirugías más complejas que hacemos".
Raventós ha realizado estancias de formación en esta técnica en el Hospital Karolinska de Estocolmo y en el de Herlev de Copenhague. En este sentido, reconoce que
en este tipo de cirugía "el gran reto es el aprendizaje, hacerlo con el robot no es más difícil, de hecho es más fácil".
Ventajas de la cirugía robótica
La nueva técnica es mínimamente invasiva: solo deja las pequeñas cicatrices de la entrada de los instrumentos robóticos, y solo hay que hacer una pequeña incisión en el cuerpo del paciente para extraer la vejiga enferma. Esto supone una gran ventaja de cara a la recuperación y evita las posibles complicaciones derivadas de la cirugía abierta. "Hay muchas complicaciones relacionadas con las heridas" explica Raventós, "que provocan reintervenciones. El hecho de hacer solo una mínima incisión es muy positivo".
Con este tipo de intervención los pacientes pueden recibir el alta hospitalaria con una estancia de unos seis o siete días frente a los diez o quince habituales con las otras técnicas. Además, recuperan antes el tránsito intestinal, se reduce el sangrado y, en el caso de los hombres, se puede preservar la función sexual. El primer enfermo tratado evolucionó favorablemente con rapidez.
Los pacientes tributarios de esta técnica son todos aquellos, tanto hombres como mujeres, afectados de cáncer vesical a los que se les tiene que extraer la vejiga, un tipo de cirugía compleja con una mortalidad que puede llegar al 4 por ciento. Los cirujanos de Valle de Hebrón calculan que una treintena de enfermos se podrán beneficiar de esta técnica cada año.
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