JORNADAS CIENTÍFICAS
Los probióticos ‘Akkermansia muciniphila’ y ‘Faecalibacterium prausnitzii’ muestran su potencial
Aunque el conocimiento del microbioma es aún muy joven, ya se perfilan diversas terapias basadas en él.
Carmen Serrano. Zaragoza | 19/02/2018 10:44
Fernando Medina, Teresa Requena, Luis Peña, Francisco Guarner, Guillermo Álvarez Calatayud, Jorge Amil, Vicente Navarro y Mónica de la Fuente. (Xavi Buil)
Los probióticos ayudan a mantener la salud del microbioma y, según ya se sospecha, de todo el organismo. Lo cuenta Teresa Requena, investigadora del Instituto de Ciencias de la Alimentación del CSIC, una de las científicas que han participado en Zaragoza en las jornadas de la Sociedad Española de Probióticos y Prebióticos (Sepyp). La diversidad de especialistas y la presentación de los resultados de la investigación con dos probióticos procedentes del microbioma han protagonizado el encuentro.
Akkermansia muciniphila y Faecalibacterium prausnitzii son los dos probióticos presentados este año por Amandine Everard, de la Universidad de Lovaina, y Rebeca Martín, del Instituto Francés de Investigación en Agricultura. Es en el campo de la nutrición donde se concentran numerosos estudios de probióticos, "sobre todo en obesidad (la Akkermansia es adelgazante y está ahora mismo en ensayo clínico), y también en el ámbito de los trastornos mentales, en autismo, ansiedad, depresión y Alzheimer, y en patologías alérgicas y dermatológicas", detalla Guillermo Álvarez Calatayud, pediatra del Hospital Gregorio Marañón y presidente de la Sepyp.
A la espera de resultados
Son estudios que nacieron en los laboratorios de gastroenterología y hepatología y que hoy se extienden ya a numerosas especialidades. Las enfermedades intestinales inflamatorias esperan mucho de los probióticos; hay evidencias, pero aún no resultados científicos. Precisamente elFaecalibacterium está ahora en investigación en relación con la inflamación intestinal.
Microbiólogos, gastroenterólogos, veterinarios, enfermeros, pediatras... Además del número de asistentes (más de quinientos este año), también se ha incrementado la variedad de especialidades reunidas en estas novenas jornadas de la Sepyp. Es muy buen indicio, para Álvarez, la presencia de pediatras, "porque sobre todo nos cuesta llegar a los médicos de primaria", aunque en la actualidad ya nadie duda del carácter transversal de los probióticos.
La guía de la Organización Mundial de Gastroenterología (WGO) integra una larga lista de probióticos con sus respectivas indicaciones. "Es la guía más descargada de la WGO", cuenta Francisco Guarner, de Digestivo del Hospital Valle de Hebrón, que participó en su elaboración. Guarner trabajó también en el MetaHIT, el estudio que agrupó a científicos y empresas en 2007 y que "ya ha generado mucha tecnología para investigación, extendida sobre todo por Asturias, Valencia, Madrid, Barcelona y Granada".
Lo que la Sepyp quiere combatir es "el mal uso de los probióticos y las promesas que los acompañan -dice Álvarez Calatayud-. Se crean muchas falsas expectativas y no son terapias milagrosas, aunque han abierto muchas puertas a la investigación".
Envejecimiento
Incluso en personas sanas, podrían ayudar a prevenir enfermedades y retrasar el envejecimiento, una línea en la que trabaja Mónica De la Fuente, catedrática de Fisiología en la Universidad Complutense y miembro de la junta de la Sepyp.
"Como los probióticos mejoran el sistema nervioso y el inmunológico, forman parte de esos estilos de vida que investigamos como retardadores del envejecimiento", explica De la Fuente. Su estudio, recién iniciado, está en el contexto del eje intestino-cerebro y pone a prueba la longevidad saludable en animales de experimentación. Incluso, "la conducta puede modificarse dependiendo de la microbiota".
También se muestra esperanzador el conocimiento del microbioma con respecto a las enfermedades autoinmunes; y no sólo a las intestinales. En el noveno workshop de la Sepyp, Vicente Navarro, infectólogo de la Universidad Católica de Murcia, ha presentado los resultados de un estudio en psoriasis. "Si se combina el tratamiento con un probiótico, éste mejora el efecto de los corticoides, produciendo así una respuesta más rápida e, incluso, duradera una vez terminada la aplicación de corticoides". Navarro ha recibido el Premio a la Mejor Comunicación Oral de la Sepyp.
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