lunes, 19 de febrero de 2018

Recuperación funcional, reto en el manejo de los trastornos afectivos - DiarioMedico.com

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PERSONALIZACIÓN, OTRA DEMANDA

Recuperación funcional, reto en el manejo de los trastornos afectivos

En la Jornada Lundbeck de Trastornos Afectivos, en Barcelona, se abordaron los avances en la personalización diagnóstica y terapéutica así como en la recuperación funcional de los pacientes con depresión o trastorno bipolar, que es su principal demanda.
Antoni Mixoy. Barcelona   |  16/02/2018 16:52
 
 

Fagliolini y Vieta
Andrea Fagiolini, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Siena, y Eduard Vieta, del Hospital Clínico de Barcelona. (Jaume Cosialls)
La personalización en el abordaje de los trastornos afectivos se abre camino. Se fundamenta en el diagnóstico cada vez más preciso de los síntomas individuales, la estratificación en subgrupos de pacientes -con un papel creciente de biomarcadores específicos- y los nuevos tratamientos farmacológicos con indicaciones cada vez más acotadas. Por otro lado, la mejora de los síntomas que logran los tratamientos actuales, sobre todo en la esfera anímica, no se traduce en muchos pacientes respondedores en una funcionalidad plena, que es su principal demanda.
Estos retos, el abordaje personalizado y la recuperación funcional, fueron dos de los principales temas de debate en una nueva edición de la Jornada Lundbeck de Trastornos Afectivos, celebrada ayer en Barcelona bajo la coordinación de Eduard Vieta, jefe de servicio de Psiquiatría Y Psicología del Hospital Clínico de Barcelona y director científico del CiberSAM.
Centrándose en el abordaje personalizado de la depresión, Andrea Fagiolini, director del Departamento de Salud Mental de la Facultad de Medicina de la Universidad de Siena, insistió en que hay muchos subtipos diferentes de depresión y que es primordial identificar y tratar los síntomas específicos de cada paciente. "Porque no es el mismo tratamiento para un paciente con depresión que presenta insomnio, agitación y ansiedad comórbida frecuente que para otro con hipersomnia, retraso psicomotor y pérdida de motivación, por ejemplo. Es preciso identificar esos síntomas particulares para definir el objetivo terapéutico en cada caso".
Aparte de los síntomas clínicos, los continuos avances en la determinación de biomarcadores implicados, de diversa naturaleza, contribuirán a esa personalización, "pero por su etiología multifactorial, en los trastornos psiquiátricos la aplicación de la farmacogenética será más lenta, pero llegará", señaló Vieta.
En todo caso, para este especialista los nuevos tratamientos farmacológicos tienen y tendrán indicaciones "más acotadas y específicas", porque se ha superado la etapa "de los blockbuster, de los antidepresivos más comercializados de amplio espectro" que no funcionan en todos los casos, aunque entiende que coexistirán con los fármacos más selectivos.

Capacidad funcional

En la jornada, de una marcada orientación práctica e interactiva, se recordó que más del 70 por ciento de los pacientes que responde al tratamiento antidepresivo sigue presentando síntomas cognitivos (dificultades de concentración, memoria, en la toma de decisiones, en la planificación) que lastran su funcionalidad diaria. "Es frecuente que nos digan que cada vez se sienten mejor pero que no llegan a estar como antes de la enfermedad", subrayó Vieta.
Por ello defiende que una "visión moderna" del abordaje de estos trastornos debe ir más allá de los síntomas nucleares del DSM, más centrados en el estado de ánimo, y atender al impacto de estos síntomas residuales que afectan a la funcionalidad, al desenvolvimiento en la vida laboral, familiar y social, "porque lo que el paciente quiere es llevar una vida normal". El éxito terapéutico debe medirse, también, en función de la óptica del paciente. En este sentido, Vieta citó el buen rendimiento de vortioxetina en los dominios cognitivos.
En cuanto al trastorno bipolar (TB), Fagiolini resaltó su carácter "extremadamente heterogéneo", las dificultades en su identificación, la escasa presentación de "episodios puros" y "la elevada tasa de comorbilidad, en especial de abuso de sustancias". A juicio de Vieta, el TB ha sido una enfermedad un tanto olvidada durante mucho tiempo, lo que se ha traducido en carencias formativas de los profesionales cuya reversión en los últimos años está mejorando el pronóstico global.
Para este especialista, el diagnóstico precoz es crucial. "Debemos progresar en nuestra detección de los estadios precoces o premórbidos, que se caracterizan por aparentar estados mentales inespecíficos y de gravedad moderada pero que, con frecuencia, se acompañan de historia familiar de TB, labilidad emocional y síntomas hipomaníacos. Por eso es fundamental la sospecha en personas jóvenes con estas características, lo que hará posible una intervención temprana". En lo terapéutico, en la reunión, enmarcada en el XIX Simposio sobre Trastornos Bipolares, se destacó la necesidad de fármacos innovadores pero también de sacar mayor partido a la combinación de los actuales, con un nivel aceptable de eficacia y una tolerabilidad muy mejorada.

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