Denosumab favorece la adherencia terapéutica en los pacientes con osteoporosis
A Coruña (8/11/2011) - Antonio Pais
• Así lo ha destacado el especialista francés Christian Roux, que se ha referido asimismo a la eficacia y seguridad de un fármaco que se inyecta una vez cada seis meses, en un simposio organizado por Amgen en el marco del XVI Congreso de la SEIOMM
• En la reunión se ha incidido en la importancia del hueso cortical y trabecular en la enfermedad, en la creciente importancia de las fracturas no vertebrales y en que el futuro, ya presente, pasa por personalizar los tratamientos
"Un 60 por ciento de los pacientes con osteoporosis abandona el tratamiento después de un año; la adherencia terapéutica es aquí un problema de primera magnitud", ha señalado, en declaraciones a EL MÉDICO INTERACTIVO, el prestigioso especialista francés Christian Roux, del Hospital Cochin y de la Universidad Descartes de París, que en este sentido ha destacado la ventaja que supone para los pacientes ser tratados con denosumab, que se aplica con una inyección subcutánea cada seis meses.
Al lado de esta importante aportación a la adherencia terapéutica para mejorar la lucha contra la osteoporosis, el especialista galo se ha referido a la eficacia y seguridad del fármaco, demostrada en estudios como el FREEDOM. Y ha destacado que el futuro, "ya presente", en el tratamiento contra la osteoporosis pasa por "seleccionar a los pacientes y personalizar, individualizar el tratamiento para también prever sus riesgos", ha dicho. Además, en su intervención reiteró la importancia creciente que en este campo tienen las fracturas no vertebrales: ya no sólo las de cadera, sino también otras como puede ser la de húmero.
El profesor Roux ha hecho estas declaraciones al término del simposio satélite organizado por Amgen en el marco del XVI Congreso de la Sociedad Española de Investigación Ósea y del Metabolismo Mineral (SEIOMM), que se ha celebrado en A Coruña. El simposio, moderado por el profesor Xavier Nogués, del Hospital del Mar y la Universidad Autónoma de Barcelona, ha versado sobre 'La importancia del hueso y cortical y hueso trabecular en el tratamiento y manejo del paciente osteoporótico'.
Nogués se ha referido a que frente a la osteoporosis "interesa cualquier nuevo tratamiento que demuestre eficacia y seguridad, que demuestre que reduce las fracturas con pocos efectos adversos y que además es cómodo para los pacientes. Porque al final, éstos son la base de todo y tenemos que pensar en la mejora de su salud y de su calidad de vida".
El especialista del Hospital del Mar se ha referido a los avances conseguidos en el tratamiento contra la osteoporosis, reflejados en esa especificidad cada vez mayor y en la distinción entre hueso cortical y trabecular, en cómo el remodelado óseo es distinto en ambos con el paso de los años. "El esquema básico del hueso de hace veinte años se ha complicado, ahora sabemos que hay muchos factores que intervienen en él y la investigación básica y trasnacional se centra en ello. Estamos empezando a conocer más datos y mejorando los estudios con determinados fármacos, sabiendo por qué mejora cada parte del hueso", ha señalado.
La lucha contra la osteoporosis
El profesor de reumatología en la Universidad de París, presidente del grupo de investigación sobre la osteoporosis en Francia e integrante de sociedades científicas europeas y americanas, Christian Roux, ha lanzado una gran pregunta, la pregunta base, en su intervención: ¿Qué podemos hacer para reducir las fracturas óseas, tanto vertebrales como no vertebrales? Y en este sentido, ha destacado el avance que ha supuesto la aparición del denosumab.
"El riesgo de fractura está influido por el tamaño y la forma de los huesos, la distribución de su masa en hueso trabecular y cortical, la porosidad y grosor corticales... Históricamente, el enfoque al tratar la osteoporosis se ha centrado en las fracturas vertebrales y en la pérdida de la masa ósea trabecular, con menos atención hacia las fracturas no vertebrales y a la pérdida de hueso cortical... aunque aproximadamente el 80 por ciento de las fracturas son no vertebrales y se producen en su mayoría en localizaciones corticales y el 90 por ciento de la morbilidad y mortalidad de la enfermedad está asociada a fracturas no vertebrales", ha explicado Roux.
Entre los 50 y los 64 años, las mujeres pierden aproximadamente el 22 por ciento del hueso trabecular y únicamente un cuatro por ciento del hueso cortical . A partir de los 65 años, en cambio, la mayoría de la pérdida ósea tiene lugar en el hueso cortical.
Denosumab es el primer inhibidor del ligando del RANK (RANKL). La unión de denosumab al RANKL evita la interacción del RANKL/RANK, inhibiendo la formación, la función y la supervivencia de los osteoclastos, lo que provoca la disminución de la resorción ósea en el hueso trabecular y cortical.
Denosumab actúa en el compartimento extracelular y circula continuamente en la sangre y el líquido extracelular, lo que le permite llegar tanto al hueso trabecular como cortical, incluyendo las superficies intracorticales, gracias a los pequeños vasos sanguíneos que las irrigan.
Durante el desarrollo preclínico, en experimentos con ratones y con monos ovariectomizados, y durante todo el desarrollo clínico, denosumab ha demostrado eficacia antiresortiva en todas las localizaciones del esqueleto medidas, incluyendo tanto zonas de hueso cortical como trabecular.
En el estudio FREEDOM, de fase III, controlado con placebo, el tratamiento con denosumab durante tres años en mujeres con osteoporosis posmenopáusicas redujo significativamente la incidencia de nuevas fracturas vertebrales en un 68 por ciento, no vertebrales en un 20 por ciento y de cadera en un 40 por ciento en comparación con placebo a la vez que aumentó significativamente la densidad mineral ósea.
Al lado de esta importante aportación a la adherencia terapéutica para mejorar la lucha contra la osteoporosis, el especialista galo se ha referido a la eficacia y seguridad del fármaco, demostrada en estudios como el FREEDOM. Y ha destacado que el futuro, "ya presente", en el tratamiento contra la osteoporosis pasa por "seleccionar a los pacientes y personalizar, individualizar el tratamiento para también prever sus riesgos", ha dicho. Además, en su intervención reiteró la importancia creciente que en este campo tienen las fracturas no vertebrales: ya no sólo las de cadera, sino también otras como puede ser la de húmero.
El profesor Roux ha hecho estas declaraciones al término del simposio satélite organizado por Amgen en el marco del XVI Congreso de la Sociedad Española de Investigación Ósea y del Metabolismo Mineral (SEIOMM), que se ha celebrado en A Coruña. El simposio, moderado por el profesor Xavier Nogués, del Hospital del Mar y la Universidad Autónoma de Barcelona, ha versado sobre 'La importancia del hueso y cortical y hueso trabecular en el tratamiento y manejo del paciente osteoporótico'.
Nogués se ha referido a que frente a la osteoporosis "interesa cualquier nuevo tratamiento que demuestre eficacia y seguridad, que demuestre que reduce las fracturas con pocos efectos adversos y que además es cómodo para los pacientes. Porque al final, éstos son la base de todo y tenemos que pensar en la mejora de su salud y de su calidad de vida".
El especialista del Hospital del Mar se ha referido a los avances conseguidos en el tratamiento contra la osteoporosis, reflejados en esa especificidad cada vez mayor y en la distinción entre hueso cortical y trabecular, en cómo el remodelado óseo es distinto en ambos con el paso de los años. "El esquema básico del hueso de hace veinte años se ha complicado, ahora sabemos que hay muchos factores que intervienen en él y la investigación básica y trasnacional se centra en ello. Estamos empezando a conocer más datos y mejorando los estudios con determinados fármacos, sabiendo por qué mejora cada parte del hueso", ha señalado.
La lucha contra la osteoporosis
El profesor de reumatología en la Universidad de París, presidente del grupo de investigación sobre la osteoporosis en Francia e integrante de sociedades científicas europeas y americanas, Christian Roux, ha lanzado una gran pregunta, la pregunta base, en su intervención: ¿Qué podemos hacer para reducir las fracturas óseas, tanto vertebrales como no vertebrales? Y en este sentido, ha destacado el avance que ha supuesto la aparición del denosumab.
"El riesgo de fractura está influido por el tamaño y la forma de los huesos, la distribución de su masa en hueso trabecular y cortical, la porosidad y grosor corticales... Históricamente, el enfoque al tratar la osteoporosis se ha centrado en las fracturas vertebrales y en la pérdida de la masa ósea trabecular, con menos atención hacia las fracturas no vertebrales y a la pérdida de hueso cortical... aunque aproximadamente el 80 por ciento de las fracturas son no vertebrales y se producen en su mayoría en localizaciones corticales y el 90 por ciento de la morbilidad y mortalidad de la enfermedad está asociada a fracturas no vertebrales", ha explicado Roux.
Entre los 50 y los 64 años, las mujeres pierden aproximadamente el 22 por ciento del hueso trabecular y únicamente un cuatro por ciento del hueso cortical . A partir de los 65 años, en cambio, la mayoría de la pérdida ósea tiene lugar en el hueso cortical.
Denosumab es el primer inhibidor del ligando del RANK (RANKL). La unión de denosumab al RANKL evita la interacción del RANKL/RANK, inhibiendo la formación, la función y la supervivencia de los osteoclastos, lo que provoca la disminución de la resorción ósea en el hueso trabecular y cortical.
Denosumab actúa en el compartimento extracelular y circula continuamente en la sangre y el líquido extracelular, lo que le permite llegar tanto al hueso trabecular como cortical, incluyendo las superficies intracorticales, gracias a los pequeños vasos sanguíneos que las irrigan.
Durante el desarrollo preclínico, en experimentos con ratones y con monos ovariectomizados, y durante todo el desarrollo clínico, denosumab ha demostrado eficacia antiresortiva en todas las localizaciones del esqueleto medidas, incluyendo tanto zonas de hueso cortical como trabecular.
En el estudio FREEDOM, de fase III, controlado con placebo, el tratamiento con denosumab durante tres años en mujeres con osteoporosis posmenopáusicas redujo significativamente la incidencia de nuevas fracturas vertebrales en un 68 por ciento, no vertebrales en un 20 por ciento y de cadera en un 40 por ciento en comparación con placebo a la vez que aumentó significativamente la densidad mineral ósea.
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