El acoso cambia de internet a los mensajes de texto, según un estudio
Las tecnologías cambian, pero la angustia de los niños y la preocupación de los adultos son constantes
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(*estas noticias no estarán disponibles después del 02/20/2012)
Traducido del inglés: martes, 22 de noviembre, 2011
Los jóvenes usan la tecnología para conservar y conectarse, y al igual que con los métodos en persona, "hay cosas positivas y negativas", apuntó la autora líder del estudio Michele Ybarra, presidenta y directora de investigación de Internet Solutions for Kids, una organización de investigación sin fines de lucro de San Clemente, California.
La buena noticia es que "nuestros datos no respaldan que las cosas estén empeorando en internet en cuanto a la frecuencia o la intensidad" en términos del hostigamiento, el acoso, y las experiencias sexuales no deseadas, apuntó.
El estudio observó la exposición a la violencia en computadoras y mensajes de texto (pero no de acceder a sitios web o a través de un teléfono inteligente o smartphone). También midió la reacción de los jóvenes, o sea la forma en que calificaban su propio nivel de angustia.
Alrededor de un tercio de los adolescentes y preadolescente reportaron sentirse muy o extremadamente angustiados por las experiencias sexuales basadas en internet, y entre 20 y 25 por ciento dijeron que se sentían igual sobre el hostigamiento en línea.
Para el estudio, los investigadores usaron encuestas en línea para llegar a casi 1,600 adolescentes entre los diez y los quince años de edad a partir de 2006, con seguimientos anuales en 2007 y 2008.
"Las propuestas sexuales no deseadas" mediante mensajes de texto fueron 1.9 veces más numerosas en 2008 que en 2006, un aumento significativo. Los participantes reportaron si en el año anterior "alguien había intentado hablarme sobre sexo cuando yo no deseaba hacerlo", o "me pidió información sexual sobre mí" o "hacer algo sexual que yo no quería hacer".
La encuesta observó la perpetración (ataque) además de la victimización, preguntando a los adolescentes si habían envidado mensajes de texto no deseados o fotografías de naturaleza sexual, lo que comúnmente se conoce como "sexting". Las probabilidades de hacerlo aumentaron entre 2007 y 2008, pero no fue un cambio estadísticamente significativo.
A principios de mes, HealthDay reportó sobre hallazgos de que el sexting era común entre los estudiantes de secundaria del área de Boston y que para algunos era emocionalmente angustiante.
El hostigamiento mediante mensajes de texto también aumentó significativamente con el tiempo. El segundo año se añadió una pregunta sobre el acoso, que sugirió una tendencia similar.
"El acoso es algo que sucede con el tiempo, de forma repetitiva, y entre personas con diferencias de poder", apuntó Ybarra. "El hostigamiento es una conducta molesta y detestable más general. Puede suceder una vez o más veces, entre personas con igual poder o no".
Los investigadores también midieron la exposición a la violencia relacionada con la tecnología en las noticas, los sitios web sobre muerte y de odio, y en los sitios "adultos".
Incluso después de que les preguntaran al respecto en el estudio, muchos niños no sabían qué era un sitio web de odio o de muerte. La frecuencia con que se veían dibujos animados violentos se redujo a medida que los participantes crecían. Los adolescentes de minorías eran menos propensos a ser víctimas de cualquier tipo de violencia en internet o mediante mensajes de texto, hallaron los investigadores.
El estudio aparece en la edición en línea del 21 de noviembre y en la edición impresa de diciembre de la revista Pediatrics.
Los resultados son motivo de preocupación, aseguró el Dr. Jorge Srabstein, director médico de la Clínica de Problemas de Salud Relacionados con el Acoso del Centro Médico Pediátrico Nacional de Washington, D.C.
"Este excelente estudio aumenta la concienciación de que la exposición y experiencia de maltrato o victimización de los jóvenes en internet ha permanecido sin disminución durante varios años, y que 25 por ciento de los jóvenes reportaban sentirse muy angustiados por esta experiencia", apuntó Srabstein, quien testificó ante el Congreso de EE. UU. sobre la seguridad de los estudiantes en los medios cibernéticos en junio de 2010.
"Las personas que son acosadas y/o aquellas que acosan a otros, además de los que son testigos, están en un riesgo significativamente alto de sufrir de síntomas físicos y emocionales frecuentes, que incluyen depresión, irritabilidad, dificultades para dormir, dolor de cabeza, dolor de estómago, ansiedad, y sobre todo, intentos de suicidio", advirtió.
Aunque las computadoras y los teléfonos celulares añaden una dimensión virtual al acoso y otras formas de violencia, Srabstein e Ybarra apuntaron que también existen muchas oportunidades en el mundo real que no deben dejar de ser tomadas en cuenta.
En investigaciones anteriores, Ybarra halló que "los niños eran más propensos a reportar la angustia en la escuela que la angustia en línea" por el acoso. El desplazamiento de los niños hacia y desde la escuela provee otro lugar para el abuso, anotó.
"El acoso o el maltrato no solo ocurren en las escuelas y en internet, sino también en casa entre los hermanos, en las relaciones románticas y en el lugar de trabajo", apuntó Srabstein. "Que ocurra en internet ilumina la inminente necesidad internacional de salud pública de prevenirlo".
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
HealthDay
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