“El sistema nervioso, al ser muy plástico, se adapta muy bien al ritmo circadiano”

Con el otoño, llega un nuevo cambio de hora. La noche del sábado el reloj se retrasaba una hora y más allá del típico despiste al día siguiente, el investigador Ricardo Martínez del Centro Superior de Investigaciones Sociológicas “CSIC” explica a Diariomedico.com cómo afecta a nuestro organismo este retraso horario.

Miriam Errejón Rojas | 31/10/2011 17:42

A grandes rasgos el cambio horario, desde el punto de vista de nuestra salud, “afecta cualitativamente al día a día, pero el individuo lo puede superar sin problemas”. Este es el punto de partida que marca Ricardo Martínez, investigador del CSIC para describir cómo influye el retraso horario experimentado este fin de semana.”Los cambios son psicológicos, pero los mecanismos de respuesta son fisiológicos”.

“El cambio horario no aporta ningún beneficio a nuestro organismo; si bien podría ocasionar algún trastorno a aquellas personas que padezcan trastornos depresivos o tendencias suicidas, agravándolas. Es muy importante cómo influyen las horas de luz y oscuridad que recibimos y cómo responde nuestro organismo ante ellas, es decir, el ritmo circadiano”, expone Martínez. Este cambio, señala el investigador, se lleva a cabo sin problemas gracias “al sistema nervioso que , al ser muy plástico, se adapta muy bien gracias a neurotrasmisores como la serotonina”, menos en las personas con dichos problemas psicológicos, ya que “su adaptación no es tan perfecta”, matiza.

”Los cambios son psicológicos, pero los mecanismos de respuesta son fisiológicos”

Como referencia, se establecen 3 días de periodo de adaptación al nuevo horario, pero Martínez señala que “teniendo en cuenta que para el jet lag se establece el mismo periodo y es un trastorno mucho más brusco, con 3 días el cambio tendría que estar totalmente superado”. Otro aspecto, indica, “es la astenia, que dura de 2 a 4 semanas, pero es un aspecto muy relativo porque cada individuo tiene su sostenibilidad propia”.
En cuanto al grupo de población al que más afecta, Martínez señala a los ancianos y a los niños, como los más vulnerables; a los primeros les cuesta conciliar más el sueño y su apetito se verá mermado, mientras que los más pequeños que no ganan peso fácilmente lo tendrán más difícil durante el periodo de adaptación.

"Es muy importante cómo influyen las horas de luz y oscuridad y cómo responde nuestro organismo ante ellas, el ritmo circadiano"

No existe, explica Martínez, ningún truco para combatir estos efectos del cambio horario “más allá de concienciarse psicológicamente del medio en el que estamos y, en caso de no conciliar el sueño, encender la luz y hacer vida normal” hasta que nuestro organismo esté preparado para dormirse.

“El sistema nervioso, al ser muy plástico, se adapta muy bien al ritmo circadiano” - DiarioMedico.com