Enfermedad de alta prevalencia, pero poco conocida
La disfagia orofaríngea está subestimada
La disfagia orofaríngea es una enfermedad de la que existe poco conocimiento a pesar de su alta prevalencia, sobre todo en pacientes de más de 70 años ingresados en centros hospitalarios.
Javier Granda Revilla. Barcelona | 02/11/2011 00:00
La disfagia orofaríngea se caracteriza por dos circunstancias opuestas. Por un lado, tiene una prevalencia elevada, y aproximadamente la mitad de los pacientes neurológicos y la mitad de las personas de más de 70 años ingresadas por cualquier proceso agudo en un hospital general la presentan. "A pesar de esta elevadísima prevalencia, es una enfermedad muy poco conocida y no se maneja igual en todos los centros", ha alertado Pere Clavé, adjunto del Departamento de Cirugía del Hospital de Mataró y responsable del laboratorio de fisiología digestiva del centro, que ha coordinado la V edición del Curso Intensivo Teórico-Práctico sobre Disfagia Orofaríngea.
El objetivo de la reunión es tomar esta enfermedad, reconocida por la OMS, y explicar a un grupo de 200 profesionales cómo debe manejarse desde el punto de vista de la fisiopatología, el diagnóstico y el tratamiento. El programa científico ha incluido sesiones teóricas y prácticas con pacientes ingresados en el propio Hospital de Mataró.
Al ser una patología infradiagnosticada, cobran importancia los métodos clínicos de cribado y diagnóstico, que pueden llevarse a cabo en la cabecera de la cama del paciente. También son relevantes otros métodos complementarios de diagnóstico, como la videofluoroscopia y la videolaringoscopia. Otro aspecto crucial es que la disfagia orofaríngea cuenta con un código ICD, por lo que debe codificarse la enfermedad en el diagnóstico de alta de los pacientes.
Detección
"Si se conoce la enfermedad y las herramientas adecuadas, no es difícil de diagnosticar, aunque debe aprenderse cómo hacerlo. Pero no es más difícil que diagnosticar una diabetes y las complicaciones en ambas enfermedades son igual de graves. Y la prevalencia de ambas es similar", ha advertido Clavé.
La principal complicación de la disfagia orofaríngea es la malnutrición: aproximadamente la mitad de los pacientes la sufren, ya que la enfermedad afecta a la capacidad de transporte de alimentos. "Explicamos a los médicos cómo adaptar la dieta y cómo establecer un tratamiento nutricional que permita manejar a los pacientes. Porque la adaptación de la alimentación es básica para el abordaje de esta enfermedad; es la primera piedra que hay que poner en el edificio del tratamiento", ha recalcado.
La segunda gran complicación, y que suele causar la muerte del paciente, es de tipo respiratorio, habitualmente la neumonía aspirativa.
Neumonías
Se produce sobre todo en aquéllos con enfermedades neurodegenerativas, pacientes ancianos y los que están en residencias o con enfermedad tipo Alzheimer. Habitualmente la muerte se produce debido a una neumonía causada por la combinación de disfagia y colonización orofaríngea.
Las bases del tratamiento se fundamentan en tres pilares. El primero es la adaptación de la dieta, con una serie de consensos a nivel internacional que definen qué nivel de viscosidades deben tomar los pacientes y las características de la ingesta. El segundo es la rehabilitación, especialmente la neurorrehabilitación, ya que se consigue mejorar la función deglutoria en los pacientes. Por último, el tercer pilar es muy novedoso, puesto que se basa en nuevos tratamientos que permiten la estimulación sensorial oral y faríngea, que facilitan la activación de la respuesta motora.
La disfagia orofaríngea está subestimada - DiarioMedico.com
El objetivo de la reunión es tomar esta enfermedad, reconocida por la OMS, y explicar a un grupo de 200 profesionales cómo debe manejarse desde el punto de vista de la fisiopatología, el diagnóstico y el tratamiento. El programa científico ha incluido sesiones teóricas y prácticas con pacientes ingresados en el propio Hospital de Mataró.
Al ser una patología infradiagnosticada, cobran importancia los métodos clínicos de cribado y diagnóstico, que pueden llevarse a cabo en la cabecera de la cama del paciente. También son relevantes otros métodos complementarios de diagnóstico, como la videofluoroscopia y la videolaringoscopia. Otro aspecto crucial es que la disfagia orofaríngea cuenta con un código ICD, por lo que debe codificarse la enfermedad en el diagnóstico de alta de los pacientes.
Detección
"Si se conoce la enfermedad y las herramientas adecuadas, no es difícil de diagnosticar, aunque debe aprenderse cómo hacerlo. Pero no es más difícil que diagnosticar una diabetes y las complicaciones en ambas enfermedades son igual de graves. Y la prevalencia de ambas es similar", ha advertido Clavé.
La principal complicación de la disfagia orofaríngea es la malnutrición: aproximadamente la mitad de los pacientes la sufren, ya que la enfermedad afecta a la capacidad de transporte de alimentos. "Explicamos a los médicos cómo adaptar la dieta y cómo establecer un tratamiento nutricional que permita manejar a los pacientes. Porque la adaptación de la alimentación es básica para el abordaje de esta enfermedad; es la primera piedra que hay que poner en el edificio del tratamiento", ha recalcado.
La segunda gran complicación, y que suele causar la muerte del paciente, es de tipo respiratorio, habitualmente la neumonía aspirativa.
Neumonías
Se produce sobre todo en aquéllos con enfermedades neurodegenerativas, pacientes ancianos y los que están en residencias o con enfermedad tipo Alzheimer. Habitualmente la muerte se produce debido a una neumonía causada por la combinación de disfagia y colonización orofaríngea.
Las bases del tratamiento se fundamentan en tres pilares. El primero es la adaptación de la dieta, con una serie de consensos a nivel internacional que definen qué nivel de viscosidades deben tomar los pacientes y las características de la ingesta. El segundo es la rehabilitación, especialmente la neurorrehabilitación, ya que se consigue mejorar la función deglutoria en los pacientes. Por último, el tercer pilar es muy novedoso, puesto que se basa en nuevos tratamientos que permiten la estimulación sensorial oral y faríngea, que facilitan la activación de la respuesta motora.
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