La persona obesa tiene que perder grasa además de peso, destacan expertos en un simposio de la Fundación Lilly
Madrid (26-28/11/2011) - Redacción
La obesidad y la diabetes tipo 2 podrían llegar a ser enfermedades quirúrgicas: la cirugía bariátrica supone ya un instrumento de gran utilidad y eficacia para el tratamiento de la primera
Para las personas obesas lo importante no es tanto perder kilos como hacerlo justo de la parte que se sabe que es perjudicial: la grasa corporal. Esto es así debido a la capacidad de esta grasa para producir adipoquinas que tienen un efecto nocivo en el control del metabolismo lipídico o de la presión arterial, entre otros, favoreciendo la aparición de las enfermedades cardiovasculares. Así lo han puesto de manifiesto los cerca de 400 expertos reunidos en el 20 Simposio Científico de la Fundación Lilly 'Obesidad Hoy'.
"Hasta la fecha medíamos el sobrepeso y la obesidad mediante el Índice de Masa Corporal (IMC), es decir, relacionando la altura y el peso, pero hoy sabemos que lo más importante es el porcentaje de grasa corporal", explica la doctora Gema Frühbeck, directora del Laboratorio de Investigación Metabólica de la Clínica Universitaria de Navarra.
Esta experta alerta de las dietas milagro que prometen grandes pérdidas de peso en poco tiempo "porque lo que se pierde es masa muscular, lo que, desde el punto de vista clínico, puede ser incluso más perjudicial que la situación anterior de exceso de peso. Ello es debido a que, aunque hayamos disminuido el peso global, aumenta proporcionalmente la cantidad de tejido adiposo que afecta gravemente a órganos como el páncreas, el riñón o el hígado", señala.
Teniendo en cuenta la constitución física en función del sexo, se considera como normo-peso a aquellos varones cuyo porcentaje de grasa corporal está entre el 10 y el 20 por ciento del total, mientras que en el caso de las mujeres esta cifra se sitúa entre el 20 y el 30 por ciento. A partir del 25 y el 35 por ciento, respectivamente, hablaríamos de obesidad.
El estudio DRECE
Según los últimos datos del Estudio DRECE (Dieta y Riesgo de Enfermedades Cardiovasculares en España), el 21 por ciento de los españoles presenta obesidad. En el mundo, se estima que ahora más de 1.600 millones de personas se encuentran por encima de su peso ideal, de los que más de 500 millones son obesos.
"Sorprende la alta prevalencia en regiones históricamente consideradas infra-nutridas, que incluye no sólo a diferentes países iberoamericanos, sino particularmente a los de Oriente Medio y Oceanía, China, Australia, Vietnam y las Islas del Pacífico, comenzando a observarse prevalencias notables en África y Asia", recuerda el profesor Manuel Serrano Ríos, catedrático emérito de Medicina Interna de la Universidad Complutense de Madrid, Académico de Número de la Real Academia Nacional de Medicina (RANM) y director del Simposio.
Así, este experto llama la atención sobre la epidemia de obesidad "en edades tempranas de la vida como la infancia y la adolescencia". Y es que, sólo en Europa, en países como Malta y Portugal el porcentaje de niños entre siete y once años que tiene obesidad supera el diez por ciento, y otros como España, Creta, Italia, Grecia y Hungría están a punto de alcanzarlo. Concretamente, el 34 por ciento de los niños españoles entre siete y once años tiene sobrepeso u obesidad.
Por su parte, el doctor José Antonio Gutiérrez, director de la Fundación Lilly, subraya la trascendencia sanitaria, social y económica del problema. "Datos de los Estados Unidos muestran un gasto anual en medicamentos o técnicas quirúrgicas para el tratamiento de la obesidad que supera los 4.000 millones de dólares, en tanto el mercado de remedios OTC (sin receta médica) para la pérdida de peso supera anualmente los 50.000 millones", señala. Por ello, añade que este encuentro pretende "hacer una actualización en los conocimientos sobre la obesidad, desde la epidemiología a la fisiología y la prevención o el tratamiento".
Más vale prevenir que tratar
La obesidad "es una de las cargas del mundo moderno", describe el doctor Gutiérrez, "en el que los alimentos de alto valor o densidad calórica resultan abundantes y las tecnologías del ocio que ahorran trabajo físico proliferan". En su opinión, "aunque cabe esperar que en el futuro cercano se desarrollen medicamentos dirigidos al tratamiento de la obesidad, la orientación principal de los profesionales sanitarios debe seguir enfocada al desarrollo de estrategias preventivas fundamentadas en el desarrollo de hábitos alimenticios saludables y la práctica regular de ejercicio físico".
De esta misma opinión es el profesor Serrano Ríos, quien recomienda "ordenar de nuevo nuestra vida. Debemos comer cantidades y calidades de alimentos adecuadas; hacer actividad física regular, aeróbica, individualizada, atender al descanso nocturno... en definitiva, no dejarnos llevar por la herencia de la pereza".
Respecto a los tratamientos, Serrano Ríos señala que "actualmente la cirugía bariátrica supone un instrumento de gran utilidad con resultados muy eficaces para el tratamiento de la obesidad. Los especialistas nunca pensamos que la obesidad y la diabetes tipo 2 podrían llegar a ser enfermedades quirúrgicas". Y es que, tal y como pone de manifiesto el Estudio DRECE, junto con la obesidad, la diabetes supone una verdadera pandemia del siglo XXI que acarrea un riesgo cierto de padecer otras enfermedades como las cardiovasculares "o incluso el cáncer", concluye el doctor Gutiérrez.
"Hasta la fecha medíamos el sobrepeso y la obesidad mediante el Índice de Masa Corporal (IMC), es decir, relacionando la altura y el peso, pero hoy sabemos que lo más importante es el porcentaje de grasa corporal", explica la doctora Gema Frühbeck, directora del Laboratorio de Investigación Metabólica de la Clínica Universitaria de Navarra.
Esta experta alerta de las dietas milagro que prometen grandes pérdidas de peso en poco tiempo "porque lo que se pierde es masa muscular, lo que, desde el punto de vista clínico, puede ser incluso más perjudicial que la situación anterior de exceso de peso. Ello es debido a que, aunque hayamos disminuido el peso global, aumenta proporcionalmente la cantidad de tejido adiposo que afecta gravemente a órganos como el páncreas, el riñón o el hígado", señala.
Teniendo en cuenta la constitución física en función del sexo, se considera como normo-peso a aquellos varones cuyo porcentaje de grasa corporal está entre el 10 y el 20 por ciento del total, mientras que en el caso de las mujeres esta cifra se sitúa entre el 20 y el 30 por ciento. A partir del 25 y el 35 por ciento, respectivamente, hablaríamos de obesidad.
El estudio DRECE
Según los últimos datos del Estudio DRECE (Dieta y Riesgo de Enfermedades Cardiovasculares en España), el 21 por ciento de los españoles presenta obesidad. En el mundo, se estima que ahora más de 1.600 millones de personas se encuentran por encima de su peso ideal, de los que más de 500 millones son obesos.
"Sorprende la alta prevalencia en regiones históricamente consideradas infra-nutridas, que incluye no sólo a diferentes países iberoamericanos, sino particularmente a los de Oriente Medio y Oceanía, China, Australia, Vietnam y las Islas del Pacífico, comenzando a observarse prevalencias notables en África y Asia", recuerda el profesor Manuel Serrano Ríos, catedrático emérito de Medicina Interna de la Universidad Complutense de Madrid, Académico de Número de la Real Academia Nacional de Medicina (RANM) y director del Simposio.
Así, este experto llama la atención sobre la epidemia de obesidad "en edades tempranas de la vida como la infancia y la adolescencia". Y es que, sólo en Europa, en países como Malta y Portugal el porcentaje de niños entre siete y once años que tiene obesidad supera el diez por ciento, y otros como España, Creta, Italia, Grecia y Hungría están a punto de alcanzarlo. Concretamente, el 34 por ciento de los niños españoles entre siete y once años tiene sobrepeso u obesidad.
Por su parte, el doctor José Antonio Gutiérrez, director de la Fundación Lilly, subraya la trascendencia sanitaria, social y económica del problema. "Datos de los Estados Unidos muestran un gasto anual en medicamentos o técnicas quirúrgicas para el tratamiento de la obesidad que supera los 4.000 millones de dólares, en tanto el mercado de remedios OTC (sin receta médica) para la pérdida de peso supera anualmente los 50.000 millones", señala. Por ello, añade que este encuentro pretende "hacer una actualización en los conocimientos sobre la obesidad, desde la epidemiología a la fisiología y la prevención o el tratamiento".
Más vale prevenir que tratar
La obesidad "es una de las cargas del mundo moderno", describe el doctor Gutiérrez, "en el que los alimentos de alto valor o densidad calórica resultan abundantes y las tecnologías del ocio que ahorran trabajo físico proliferan". En su opinión, "aunque cabe esperar que en el futuro cercano se desarrollen medicamentos dirigidos al tratamiento de la obesidad, la orientación principal de los profesionales sanitarios debe seguir enfocada al desarrollo de estrategias preventivas fundamentadas en el desarrollo de hábitos alimenticios saludables y la práctica regular de ejercicio físico".
De esta misma opinión es el profesor Serrano Ríos, quien recomienda "ordenar de nuevo nuestra vida. Debemos comer cantidades y calidades de alimentos adecuadas; hacer actividad física regular, aeróbica, individualizada, atender al descanso nocturno... en definitiva, no dejarnos llevar por la herencia de la pereza".
Respecto a los tratamientos, Serrano Ríos señala que "actualmente la cirugía bariátrica supone un instrumento de gran utilidad con resultados muy eficaces para el tratamiento de la obesidad. Los especialistas nunca pensamos que la obesidad y la diabetes tipo 2 podrían llegar a ser enfermedades quirúrgicas". Y es que, tal y como pone de manifiesto el Estudio DRECE, junto con la obesidad, la diabetes supone una verdadera pandemia del siglo XXI que acarrea un riesgo cierto de padecer otras enfermedades como las cardiovasculares "o incluso el cáncer", concluye el doctor Gutiérrez.
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