CONSTITUYEN UN POTENTE MODELO DE ESTUDIO
Las iPS permiten llevar la enfermedad a la pipeta
Rudolf Jaenisch, científico en el Instituto Whitehead de Investigación Biomédica, y uno de los más respetados en el campo de la reprogramación celular ha participado en un encuentro organizado por el CNIO.
Sonia Moreno | 10/11/2011 00:00
Rudolf Jaenisch, del Instituto Whitehead en Cambridge (Estados Unidos), en el CNIO (Madrid). (Luis Camacho)
El laboratorio de Rudolf Jaenisch, en el Instituto Whitehead (Cambridge, Estados Unidos), fue uno de los primeros en demostrar que la técnica de reprogramación celular, con la que se obtienen a partir de tejido adulto células pluripotenciales inducidas (conocidas por sus siglas inglesas iPS), podía tener fines terapéuticos.
Al menos, así lo consiguió en ratones afectados por anemia falciforme; los fibroblastos murinos se manipularon para desarrollar iPS que, a su vez, se diferenciaron en precursores de células hematopoyéticas; una vez implantados estos en los ratones, se inició una proceso de remisión de la anemia. A este experimento, realizado hace cuatro años, le siguió otro, esta vez en un modelo murino de la enfermedad de Parkinson, también con buenos resultados. Sin embargo, para Jaenisch, el verdadero potencial de la técnica de reprogramación no es por ahora el tratamiento de enfermedades, sino servir como modelo de investigación.
El investigador del Whitehead ha participado en un encuentro sobre pluripotencialidad organizado por el Centro de Investigaciones Oncológicas (CNIO), en Madrid, que ha reunido a gran parte de los científicos más citados en esta área.
- ''Hasta no tener protocolos eficaces para diferenciar células pluripotentes a tipos celulares concretos no podremos aplicarlas a los pacientes''
Respecto al empleo de la reprogramación como una posible estrategia terapéutica, no es algo que para Jaenisch se encuentre a la vuelta de la esquina: "Nuestro grupo obtuvo la prueba de concepto en experimentos murinos, lo que fue muy esperanzador, pero cómo trasladar eso a los pacientes es ya otra cuestión".
Muchas más respuestas
Reconoce que aún hace falta resolver muchas preguntas importantes. ¿Como la del cóctel de genes que se emplean, entre los que se encuentran algunos tumorigénicos? "No, eso es mera tecnología; los genes pueden cambiarse, no creo que ese aspecto constituya un gran problema. Lo difícil, en cambio, es establecer protocolos para diferenciar las células iPS humanas en el tipo celular deseado. En esto aún no hemos obtenido resultados adecuados. Hasta que no consigamos un sistema de diferenciación más eficaz no podremos empezar a hablar de emplear las células iPS para abordar enfermedades humanas".
Además de la diferenciación, Jaenisch apunta a las tecnologías de manipulación genética de las células humanas como otro de los escollos a superar, y considera que de momento es necesaria la investigación en las troncales embrionarias humanas, pues "suponen el gold standard con el que comparar las células iPS. Sí pienso que, a largo plazo, las iPS podrían llegar a ser suficientes".
Siguiendo con el futuro, ha aconsejado a los científicos que empiezan ahora que sean fieles a sus intereses, a los experimentos que de verdad quieren hacer, sin pensar en su carrera. Por si quieren tomar nota, Jaenisch trabaja ahora en desarrollar modelos de enfermedades neuronales con la reprogramación.
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