jueves, 24 de noviembre de 2011

'Las redes sociales no ayudan a la creatividad' | Neurociencia | elmundo.es

ENTREVISTA | Patricia Churchland

'Las redes sociales no ayudan a la creatividad'

La científica Patricia Churchland en el Caixa Forum de Madrid. | José Ayma La científica Patricia Churchland en el Caixa Forum de Madrid. | José Ayma
  • Patricia Churchland reflexiona sobre las bases neurológicas de la creatividad
  • Cree que esta capacidad es fruto de la evolución y está presente en animales

"No sé si ha quedado claro lo que quería decir". La investigadora norteamericana Patricia Churchland, fundadora de la Neurofilosofía, acaba de arrancar sucesivos y entusiastas aplausos al público en el Caixa Forum de Madrid, invitada por el Instituto Ibercrea. Pero no duda en expresar sus recelos sobre la efectividad de su intervención, que versaba en torno a la creatividad desde un punto de vista evolutivo y científico.

Profesora de la Universidad de San Diego y el Instuto Salk, ambos en California, y autora de importantes libros sobre los fundamentos del cerebro y la filosofía de la mente, Churchland ha conocido a varios de los científicos más destacados del último siglo, aunque también ha convivido con los grandes pensadores del pasado. Sus preferidos son David Hume, Adam Smith y Aristóteles.

Es, desde hace décadas, una temible y decidida adversaria de la llamada psicología 'folk' o psicología del sentido común. Tampoco en el ámbito de la creatividad -y esto es lo que teme que no se haya comprendido- sus ideas reflejan lo que la sabiduría popular diría sobre tan evanescente asunto.

Churchland cree que la creatividad no es patrimonio exclusivo de artistas o escritores; ser creativo es saber encontrar soluciones a los problemas que se presentan, y ejemplos de ello pueden encontrarse en los extintos 'Homo erectus' y neandertales, como también en primates, mamíferos cuadrúpedos e incluso aves.

De todos ellos, y también de científicos y filósofos, ha hablado en su intervención, así como de los procesos de innovación que desarrollan las compañías farmacéuticas o tecnológicas (el nombre de Steve Jobs ha sonado varias veces). Aunque sólo se ha detenido en un artista, en el sentido más tradicional de la expresión: el pintor renacentista Arcimboldo, que componía retratos con frutas y verduras.

Afirma que la expresión artística "es algo que, obviamente, nos cautiva de algún modo", pero reconoce que la neurología, disciplina en la que fundamenta todo su pensamiento, "carece de técnicas para saber qué sucede en el cerebro con resultados fiables".

 

Afirmaciones sin base real

Para la doctora Churchland, la certeza científica es importante. Considera que muchas de las afirmaciones de psicólogos y filósofos de la mente, fundamentadas en el sentido común, no tienen base real. También en la física las apariencias engañan: los átomos, aun los que forman objetos en reposo, están en continuo movimiento, recuerda.

Es una certeza, eso sí, que la creatividad existe, pero sólo porque el cerebro debe tomar decisiones rápidas si quiere sobrevivir, y eso lo aprendió hace mucho tiempo, antes incluso de que surgiera nuestra especie 'sapiens'.

"El sistema nervioso está adaptado para ser creativo desde hace mucho tiempo en la evolución, y esa creatividad se manifiesta en el arte, la música, la ciencia, la política...". También Bernard Madoff, inversor condenado por un fraude de 50.000 millones de dólares, fue creativo a su manera, "en un sentido delictivo, por desgracia".

El compositor Karlheinz Stockhausen fue más allá hace unos años, al proclamar que los atentados de las Torres Gemelas fueron "una obra de arte de Lucifer". Churchland no está de acuerdo con esta conclusión: "El terrorismo no es creativo", afirma.

Tampoco comparte la idealización del genio creativo, tan extendida en nuestra cultura. Los Beatles nunca habrían llegado al nivel que alcanzaron si no hubieran pasado una temporada en Alemania tocando ocho horas al día, sostiene. Hay que trabajar duro, aconseja, y además tener suerte: "Estar en el sitio adecuado en el momento adecuado". Si Shakespeare no hubiera nacido "en el seno de una cultura poderosa, no habría conseguido nada".

 

La creatividad social

"Creo que, si estudiamos detenidamente a personas que consideramos creativas o excepcionales, es posible que sí, que sean algo mejores que el común de la gente, pero no es que estén varios órdenes de magnitud por encima de ti o de mí. Y algo similar ocurre con los logros científicos, o políticos", resume Churchland. Por otra parte, la creatividad tiene "mucho" de social.

"Ya desde la Grecia Clásica: esos tipos hablaban unos con otros constantemente". Recuerda también una confesión de Francis Crick, uno de los descubridores de la molécula de ADN, a quien ha conocido y tratado: "Si no hubiéramos sido nosotros, otros lo habrían hecho", admitía el prestigioso científico.

Churchland cree en el intercambio de ideas, en el trabajo en equipo y en crear ambientes de trabajo que fomenten la creatividad y el pensamiento crítico. Opina que, para crear, "hay que estar con las manos en la masa".

Pero recela, no obstante, de las redes sociales virtuales que proliferan estos días, y a las que algunos atribuyen un poder de transformación casi mágico. "No creo que puedan ayudarnos a ser más creativos", comenta. "La creatividad científica, que es la que mejor conozco, se desarrolla en el laboratorio".

La interacción virtual que proporcionan herramientas como Facebook o Twitter será poco fructífera en materia de investigación, opina Churchland. Aunque, eso sí: "Cuando llegues a cierto nivel de desarrollo, puedes usar las redes sociales para transmitir lo que crees que has conseguido", concede.
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