La Fundación BBVA apoya la investigación con un programa eminentemente traslacional
Los biomarcadores tumorales variarán 'la hoja de ruta' de las actuales terapias
Un cambio en las actuales expectativas terapéuticas contra el cáncer. Es la principal aportación del desarrollo de biomarcadores tumorales, que son los protagonistas del convenio que han establecido tres instituciones comprometidas con la investigación: la Fundación BBVA, el Hospital de Massachusetts, en Boston, y el Valle de Hebrón, en Barcelona.
Raquel Serrano | 17/11/2011 00:00
Josep Baselga, Francisco González y Andrés de Kelety, en la presentación del nuevo programa. (José Luis Pindado)
Conseguir un mayor número de tratamientos personalizados para los pacientes con cáncer es el objetivo final del convenio de colaboración entre la Fundación BBVA, el Massachusetts General Hospital Cancer Center (MGHCC), en Boston (Estados Unidos), y el Instituto Oncológico Valle de Hebrón (VHIO), en Barcelona, que han firmado sus máximos representantes en Madrid: Francisco González, presidente de la Fundación BBVA, Josep Baselga, jefe de la División de Oncología y Hematología del MGHCC, y Andrés de Kelety, director general del VHIO.
Con este acuerdo se crea el Programa Fundación BBVA para la Investigación en Biomarcadores Tumorales, que impulsará la colaboración entre estos dos centros y que, según González, supone "la incursión y el apoyo de la Fundación BBVA en el terreno de la investigación traslacional y clínica a través de centros de excelencia". No es la primera vez que la Fundación BBVA apuesta por todo lo relacionado con la I+D como medida estratégica. De hecho, el apoyo a la investigación básica oncológica, así como la investigación en salud y conservación del medio ambiente, disponen de programas de apoyo.
- Los estudios iniciales se centrarán en biomarcadores para colon, pulmón y mama, pero está previsto ampliarlos a melanoma, próstata y linfomas
En esta ocasión, la Fundación aportará, durante cinco años, "aunque podrían prorrogarse", según González, una financiación de 2,5 millones de euros que se repartirán a partes iguales entre las dos instituciones.
Este proyecto de investigación tiene, por un lado, un enfoque traslacional, lo que permitirá acelerar los resultados para que lleguen cuanto antes a la actividad asistencial y, además, "contribuye a la búsqueda de la excelencia mediante convenios con centros dotados para ellos. Se trata de fomentar la investigación de calidad", ha indicado De Kelety.
- El estudio a tiempo real del tumor permitirá generar marcadores que dicten qué vías se activan, lo que dará lugar al desarrollo de fármacos adaptativos
Como ejemplo de cambio en las expectativas terapéuticas, Baselga hizo alusión al melanoma metastásico, en el que el descubrimiento de las mutaciones en B-RAF, mutado en el 40 por ciento de estos melanomas, ha abierto las puertas al tratamiento con el fármaco PLX4032, "con un 65 por ciento de respuestas", según los datos que se publicaron en The New England Journal of Medicine. Actualmente existen otras 20 moléculas de estas características que están siendo efectivas en melanoma metastásico y que se centran en biomarcadores tumorales.
El convenio establecido por las citadas instituciones indica que se trabajará en una doble línea: conseguir nuevos fármacos y mejorar u optimizar el uso de algunos ya existentes.
Los estudios iniciales se centrarán en algunos de los cánceres más comunes como mama, colon o pulmón, aunque está previsto que la investigación se amplíe a otros como melanoma, próstata y ciertos linfomas. No obstante, Baselga ha recordado que en estos momentos están en marcha cerca de 60 terapias dirigidas en fase I con multitud de tumores para que "sus tratamientos, que serán siempre combinados, se ajusten más a las características de cada proceso".
Sobre cómo se encuentra actualmente la aplicación clínica y real de los biomarcadores que están disponibles, el investigador ha señalado que, cuando un marcador se asocia de manera clara al beneficio de un fármaco, la incorporación a la clínica es rápida, al menos en los centros oncológicos en los que existe una parte de investigación. "Un ejemplo claro es el de la mutación B-RAF en melanoma metastásico, que cualquier hospital tiene capacidad de abordar".
En centros como los que han firmado el convenio, en los que existe investigación, hay plataformas de descubrimiento. Por ejemplo, en el Valle de Hebrón se está secuenciando, de modo rutinario para pacientes con metástasis, un panel de unas 200 mutaciones. "Mutaciones, además, sobre las que se puede actuar porque disponen de fármacos que posiblemente ofrezcan un efecto positivo".
Fármacos adaptativos
En este sentido, ha hecho hincapié en que el recién desarrollado Programa de Biomarcadores Tumorales va a permitir, por un lado, llevar a cabo una secuenciación más profunda porque analizará la totalidad del genoma de los tumores, "hecho esencial porque existen mutaciones pequeñas y poco frecuentes, pero complejas, que con la plataforma actual no somos capaces de detectar".
Para el oncólogo, otro componente de vital importancia de este programa es ofrecer las herramientas biológicas "para interrogar al tumor en tiempo real. Actualmente se emplea un fármaco y se bloquea una determinada vía. Pero no hay que olvidar que el tumor tiene una capacidad adaptativa de responder y de adaptarse al bloqueo impuesto. Así, estudiamos marcadores para saber cuáles son las vías alternativas que se activan y desarrollar fármacos adaptativos que ataquen de forma inteligente".
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