Muchos niños de kínder ya están en camino de la obesidad, según un estudio
Para prevenir problemas de salud, los programas de estilo de vida deben iniciarse a principios de la niñez, afirman expertos
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Traducido del inglés: miércoles, 23 de noviembre, 2011
"No se trata solo de que los niños que ya tienen sobrepeso engorden más, se trata de un cambio integral. Incluso los que tienen un peso normal aumentan de peso", señaló la autora líder del estudio Ashlesha Datar, economista principal de Rand Corp. en Santa Mónica, California.
Los investigadores analizaron datos sobre casi 6,000 niños blancos, negros e hispanos que participaron en el Estudio longitudinal de la niñez temprana, una muestra nacionalmente representativa, y en quienes se midió la estatura y el peso durante nueve años: en kindergarten, en primero, tercero, quinto y octavo cursos.
El estudio halló que casi el 40 por ciento de los alumnos de kínder tenían un índice de masa corporal (IMC) en el percentil 75 o más, frente a 25 por ciento en los años 70 y los 80, cuando los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) desarrollaron las tablas de crecimiento.
Aunque un IMC en el percentil 75 sigue en el rango normal, ese niño podría estar dirigiéndose al sobrepeso o la obesidad, dijo Datar. Y si ya están en el percentil 75 en kínder, no tienen que ir lejos para caer en la categoría de sobrepeso u obesidad, lo que los pone en riesgo de problemas graves de salud en la adultez.
Tradicionalmente, un IMC en el percentil de 85 a 95 se considera sobrepeso, mientras que por encima del percentil 95 se considera obesidad. El número de niños en el rango superior también se ha inflado.
Alrededor del 28 por ciento de los niños de la muestra actual tenían un IMC en los percentiles 85 a 95, frente a 10 por ciento en generaciones anteriores, mientras que 12 por ciento tenían un IMC superior al percentil 95, frente a 5 por ciento en el grupo anterior de niños.
Los aumentos en el IMC fueron más contundentes entre los niños hispanos y las chicas negras, según el estudio, que aparece en la edición de diciembre de la revista Pediatrics.
El percentil mide cómo un niño se compara con los otros niños de su edad. Se supone que un niño en el percentil 75 de peso tiene un mayor peso que 75 por ciento de los demás niños de su edad, dado que los niños se comparan entre sí. Por definición, el 25 por ciento de los niños deben estar en esa categoría.
Pero con tantos niños con más peso de lo que tenían antes, las antiguas distribuciones del peso podrían no sostenerse, apuntó Datar.
También hay menos niños en el extremo más bajo del espectro de peso. Alrededor del 14 por ciento estaban en el cuartil inferior en cuanto al peso en comparación con 25 por ciento en generaciones anteriores, y 18 por ciento estaban en el segundo cuartil en comparación con 25 por ciento en generaciones anteriores.
El aumento de peso se aceleraba entre el kindergarten y el tercer curso. La proporción de niños en el cuartil superior (a partir del percentil 75) fue de casi 48 por ciento para tercer curso, pero el aumento de peso se nivelaba después de ese momento.
Los expertos señalaron que los hallazgos muestran que para tener un impacto sobre las crecientes tasas de obesidad infantil, los programas para fomentar unos mejores hábitos alimentarios y una mayor actividad física deben comenzar muy pronto, posiblemente incluso en el preescolar. Esos programas también deben incluir a los niños de peso normal.
"Si uno halla que un niño está en el percentil 75, debe servir de advertencia de que el niño está en mayor riesgo de ser un adulto obeso, y hay que comenzar a pensar sobre lo que la familia hace respecto a los hábitos alimentarios, la ingesta de comida y el ejercicio", aconsejó Datar.
Los motivos de que los niños estadounidenses se hagan más gordos en general no se comprenden del todo, pero hay muchas posibilidades, apuntó el Dr. Albert Rocchini, profesor de pediatría del Hospital Pediátrico C.S. Mott de la Universidad de Michigan.
Incluyen la fácil disponibilidad y comodidad de los refrigerios y alimentos procesados ricos en grasa, azúcar y calorías, así como una menor actividad física debido a los videojuegos, la televisión y menos tiempo de juego al aire libre. Muchas familias dependen más de la comida rápida y de restaurante, que tiende a contener más calorías que lo que se cocina en casa.
"Este estudio refuerza lo que la gente nota, y es un poco desalentador", dijo Rocchini. "La incidencia de obesidad aumenta porque todos están engordando", lamentó.
Añadió que, por motivos de salud, es importante controlar el aumento de peso de los niños. Un estudio publicado hace poco en la New England Journal of Medicine halló que los niños obesos que se convertían en adultos obesos estaban en un riesgo mucho mayor de diabetes tipo 2, hipertensión, colesterol alto y aterosclerosis.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
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