El mecanismo de defensa vuelve a los pacientes con malaria altamente vulnerables a infecciones
Madrid (20/12/2011) - E.P.
La mayor susceptibilidad a las infecciones de salmonella se debe a un efecto inmunológico muy específico, que no afecta al sistema inmunológico en su conjunto
Los pacientes con malaria tienen un alto riesgo de desarrollar infecciones bacterianas mortales, especialmente infecciones causadas por salmonella. Hasta ahora se creía que esto era debido a la inmunosupresión generalizada por malaria, mediante la cual el sistema inmunitario se debilita y queda comprometido. Sin embargo, investigadores de la Escuela de Londres de Higiene y Medicina Tropical, han descubierto que la mayor vulnerabilidad a las infecciones por salmonella es un efecto secundario de los intentos del organismo para protegerse de los efectos perjudiciales de la infección por malaria. El estudio ha sido financiado por el Consejo de Investigación Médica (MRC) y se encuentra publicado en la revista Nature Medicine.
Los investigadores describen este mecanismo de defensa como un trade-off (situación en la cual se debe perder cierta cualidad a cambio de otra cualidad), donde el organismo está combatiendo a un enemigo, pero exponiéndose a otro. El nuevo estudio explora la relación entre la malaria y la salmonella no tifoidea -una infección especialmente peligrosa para los niños.
Los niños con malaria pueden desarrollar anemia, lo que los pone en un mayor riesgo de desarrollar infecciones bacterianas graves de la sangre, causadas, hasta un 70 por ciento de los casos, por salmonella no tifoidea -infección mortal en un 25 por ciento de los niños infectados. Para evitar estas infecciones bacterianas, o desarrollar un tratamiento eficaz, los científicos consideran necesario comprender el mecanismo detrás de la relación entre la malaria y la salmonella.
La profesora Eleanor Riley, una de las autoras principales del estudio, expone que "es una creencia generalizada que la malaria es una enfermedad inmunosupresora, que una vez que la enfermedad se contrae el paciente es susceptible a otras infecciones debido a un sistema inmune comprometido. Sin embargo, este estudio muestra que la mayor susceptibilidad a las infecciones de salmonella se debe a un efecto inmunológico muy específico, que no afecta al sistema inmunológico en su conjunto".
La infección por el parásito de la malaria provoca periódicamente la destrucción de glóbulos rojos con la consiguiente liberación del parásito, y también un producto de degradación de la hemoglobina, extremadamente tóxico, una vez fuera de la célula.
Los investigadores observaron que, en modelos experimentales con malaria (que muestran exactamente la misma susceptibilidad a la salmonelosis que los humanos) la respuesta natural para defenderse de los peligros del producto de degradación de la hemoglobina, una enzima muy selectiva, afecta al sistema inmunológico, paralizando la producción de glóbulos neutrófilos, esenciales para luchar contra la salmonella no tifoidea.
"La clave está en la ruptura de los glóbulos rojos", dice el doctor Aubrey Cunnington, coautor del estudio, quien añade que "la malaria es la causa más común de salmonella no tifoidea".
El equipo identificó la protoporfirina de estaño como candidata para la prevención de la infección por salmonella, ya que inhibe la actividad de la enzima hemo-oxigenasa, revirtiendo la susceptibilidad a la salmonelosis en las infecciones de malaria.
Los investigadores describen este mecanismo de defensa como un trade-off (situación en la cual se debe perder cierta cualidad a cambio de otra cualidad), donde el organismo está combatiendo a un enemigo, pero exponiéndose a otro. El nuevo estudio explora la relación entre la malaria y la salmonella no tifoidea -una infección especialmente peligrosa para los niños.
Los niños con malaria pueden desarrollar anemia, lo que los pone en un mayor riesgo de desarrollar infecciones bacterianas graves de la sangre, causadas, hasta un 70 por ciento de los casos, por salmonella no tifoidea -infección mortal en un 25 por ciento de los niños infectados. Para evitar estas infecciones bacterianas, o desarrollar un tratamiento eficaz, los científicos consideran necesario comprender el mecanismo detrás de la relación entre la malaria y la salmonella.
La profesora Eleanor Riley, una de las autoras principales del estudio, expone que "es una creencia generalizada que la malaria es una enfermedad inmunosupresora, que una vez que la enfermedad se contrae el paciente es susceptible a otras infecciones debido a un sistema inmune comprometido. Sin embargo, este estudio muestra que la mayor susceptibilidad a las infecciones de salmonella se debe a un efecto inmunológico muy específico, que no afecta al sistema inmunológico en su conjunto".
La infección por el parásito de la malaria provoca periódicamente la destrucción de glóbulos rojos con la consiguiente liberación del parásito, y también un producto de degradación de la hemoglobina, extremadamente tóxico, una vez fuera de la célula.
Los investigadores observaron que, en modelos experimentales con malaria (que muestran exactamente la misma susceptibilidad a la salmonelosis que los humanos) la respuesta natural para defenderse de los peligros del producto de degradación de la hemoglobina, una enzima muy selectiva, afecta al sistema inmunológico, paralizando la producción de glóbulos neutrófilos, esenciales para luchar contra la salmonella no tifoidea.
"La clave está en la ruptura de los glóbulos rojos", dice el doctor Aubrey Cunnington, coautor del estudio, quien añade que "la malaria es la causa más común de salmonella no tifoidea".
El equipo identificó la protoporfirina de estaño como candidata para la prevención de la infección por salmonella, ya que inhibe la actividad de la enzima hemo-oxigenasa, revirtiendo la susceptibilidad a la salmonelosis en las infecciones de malaria.
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