martes, 6 de diciembre de 2011

Estudio muestra que la aspirina reduce el cáncer colorrectal en población de alto riesgo :: Boletín del Instituto Nacional del Cáncer - 6 de diciembre de 2011 - National Cancer Institute

Estudio muestra que la aspirina reduce el cáncer colorrectal en población de alto riesgo

> Artículo en inglés
AspirinaAltas dosis de aspirina redujeron en casi 60% la incidencia de cáncer colorrectal en las personas con el síndrome de Lynch.


Los resultados de un amplio estudio clínico, el primero en su tipo, indican que tomar altas dosis de aspirina a diario durante al menos 2 años reduce considerablemente el riesgo de contraer cáncer colorrectal entre las personas más vulnerables a esta enfermedad.

Realizado en el Reino Unido, el estudio, denominado CAPP2, mostró una reducción de la incidencia del cáncer colorrectal de casi 60% entre los hombres y mujeres con cáncer de colon sin poliposis hereditario (o CCSPH), conocido también como síndrome de Lynch, quienes tomaron 600 mg de aspirina a diario en comparación con los que tomaron un placebo. El CCSPH es una enfermedad hereditaria en la cual las mutaciones en ciertos genes aumentan considerablemente el riesgo de cáncer colorrectal así como de otros tipos de cáncer. Por lo general, este cáncer comienza a aparecer entre los 40 y 50 años de edad en personas con mutaciones hereditarias de estos genes; dichas mutaciones son partes de un tipo de proceso de reparación del ADN denominado reparación de los errores de emparejamiento.  Aproximadamente 15% de los casos de cáncer colorrectal son atribuidos a defectos de los genes en el mencionado proceso de reparación.

Estos hallazgos, publicados el 27 de octubre en la versión en línea de la revista The Lancet, complementan los resultados iniciales del estudio, publicados en 2008. En ese momento, en base a una media de seguimiento de 29 meses, no se encontró que el uso diario de la aspirina redujera la incidencia del cáncer colorrectal o de las lesiones precancerosas.

Los resultados recientes se basan en una media de seguimiento de casi 56 meses en 861 pacientes con CCSPH. En general, se observó una fuerte tendencia hacia la reducción de la incidencia del cáncer colorrectal entre los participantes que tomaban aspirina, sin embargo, la reducción no alcanzó a tener una significación estadística.

Ahora bien, la incidencia del cáncer colorrectal cayó en casi 60% entre aquellos participantes (258) que tomaron aspirina al menos durante dos años, en comparación con los participantes que tomaron un placebo durante el mismo período. Así mismo, el uso de la aspirina durante al menos dos años estuvo asociada a una reducción del 55% de otros tipos de cáncer relacionados con el CCSPH, que pueden incluir el cáncer de estómago, el cáncer de uréter, el cáncer de las vías biliares, el cáncer de piel (glándulas sebáceas) y el cáncer del endometrio, así como el glioblastoma.

Una pregunta para la reflexión: ¿De qué manera la aspirina previene el cáncer?

La acumulación de indicios de que la aspirina y varios otros medicamentos de uso habitual, como los que se utilizan para tratar la diabetes, reducen el riesgo de cáncer y la mortalidad, fue tan fuerte que fue incluida en la iniciativa Cuestiones para la Reflexión (Provocative Questions initiative) del director del NCI, doctor Harold Varmus.

Esta pregunta sugestiva en particular (PQ 5 en la página en inglés) apunta hacia la necesidad de realizar investigaciones que aclaren los mecanismos por medio de los cuales la aspirina y otros medicamentos previenen el cáncer.

"Muchos concuerdan en que la prevención del cáncer es un área en la cual podemos y debemos hacer grandes esfuerzos en los años venideros", dijo el doctor Umar. "Determinar la manera como esos medicamentos funcionan es de extrema importancia, y nosotros invitamos a los investigadores en esta área a plantear trabajos de investigación y a ayudar a encontrar respuestas a esta importante pregunta."

"Nuestros resultados, analizados conjuntamente con la reciente investigación, nos dan las bases para recomendar la quimioprofilaxis con aspirina como tratamiento estándar en la prevención del síndrome de Lynch", declararon el investigador principal del estudio, doctor John Burn, de la Universidad de Newcastle, y sus colegas. "Queda por establecerse el nivel óptimo de dosis y duración del tratamiento".

Estos son los últimos hallazgos en demostrar el potencial de la aspirina como agente de prevención del cáncer. El año pasado, dos metaanálisis de resultados de otros estudios clínicos sobre la aspirina (en los cuales, no obstante, la incidencia del cáncer no fue un criterio de valoración predefinido) mostraron reducciones considerables del riesgo general de cáncer y del riesgo de cáncer colorrectal asociado al uso sistemático de la aspirina por un promedio de 4 años.

El único otro estudio aleatorio sobre la aspirina con la incidencia del cáncer como criterio de valoración predeterminado, el Estudio sobre la Salud de la Mujer (Women's Health Study), no mostró ninguna reducción de la incidencia general del cáncer ni de ningún tipo de cáncer en particular. Sin embargo, se determinó que el riesgo de contraer cáncer entre las participantes del estudio que tomaban una dosis de solo 100 mg de aspirina cada dos días, no era alto, aún cuando debe mencionarse que lo habían hecho por un período más largo que los participantes de CAPP2, quienes tomaban una alta dosis de aspirina a diario.

El seguimiento continuo de los participantes del CAPP2 fue un elemento predeterminado del estudio, explicaron los investigadores. "Este concepto de la quimioprofilaxis retardada del cáncer se observó claramente en los estudios observacionales, en los cuales la protección contra el cáncer en los usuarios sistemáticos de la aspirina tardó 10 años en aparecer", añadieron. Dijeron además que los resultados a más largo plazo "respaldan la hipótesis del efecto retardado de la aspirina en el cáncer colorrectal".

En un comentario adjunto publicado en Lancet, los doctores Scott Lippman y Andrew Chan, del Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas, y la Facultad de Medicina de Harvard, respectivamente, declararon que los resultados "ofrecen una razón de peso para recomendar el uso de la aspirina en las personas con síndrome de Lynch".  A esto debe agregarse a la continua "vigilancia intensiva del cáncer" con herramientas de exploración diagnóstica estándar, añadieron.

Vista la baja incidencia de otros tumores malignos relacionados con el CCSPH entre los participantes del estudio que tomaron aspirina, también es necesario realizar otras investigaciones sobre niveles óptimos de dosis y duración que "ofrezcan máximos beneficios con un mínimo de efectos secundarios" en otras personas altamente vulnerables al cáncer, dijo el doctor Asad Umar, de la División de Prevención del Cáncer del NCI.

A diferencia de las formas esporádicas de cáncer colorrectal, la inflamación no parece tener un efecto considerable en la aparición del cáncer en las personas con CCSPH, añadió el doctor Umar, cuya investigación en los años 1990 determinó que las mutaciones genéticas asociadas a este síndrome obstaculizaban los procesos clave de reparación del ADN en las células. El mecanismo principal de acción de la aspirina y de otros medicamentos antinflamatorios no esteroides, o AINE, es la inhibición de las proteínas COX1 y COX2, que son factores fundamentales en la respuesta inflamatoria del organismo.

"Este trabajo verdaderamente indica que, al menos en las personas con CCSPH, la aspirina podría actuar a través de un mecanismo  muy diferente", dijo el doctor Umar. (Véase la barra lateral).

Los resultados actualizados del estudio CAPP2 no incluyeron ninguna información sobre los efectos secundarios, en particular la hemorragia gastrointestinal, que han estado asociados a la aspirina y a otros medicamentos antinflamatorios. Será muy importante determinar si una dosis más baja podría tener el mismo efecto en la prevención del cáncer, subrayó el doctor Umar, pues podría limitar la toxicidad causada por el uso de la aspirina por períodos cortos o largos como agente para la prevención del cáncer.

Los investigadores de CAPP2, dijo el doctor Burns en un podcast aparecido en Lancet, analizarán muestras de tumores de los participantes del grupo que tomó aspirina y del grupo que tomó placebo en el estudio a fin de ver si pueden identificar diferencias que ayuden a comprender mejor el mecanismo. También se está lanzando el estudio CAPP3 a fin de poner a prueba diferentes dosis de aspirina en las personas con CCSPH.
—Carmen Phillips

Boletín del Instituto Nacional del Cáncer - 6 de diciembre de 2011 - National Cancer Institute

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