según un estudio publicado en 'circulation'
La ablación por cirugía mínimamente invasiva es más eficaz en fibrilación
Un estudio de los hospitales Clínico de Barcelona y San Antonio de Holanda que se publica en Circulation puede lograr que se generalice el uso de la ablación mediante cirugía mínimamente invasiva en centros terciarios con equipos altamente entrenados puesto que, en comparación con la ablación convencional, se ha mostrado más eficaz.
Carmen Fernández. Barcelona | 28/12/2011 00:00
¿Qué técnica da mejores resultados ante la fibrilación auricular: la ablación mediante catéter transcutánea o la ablación con cirugía mínimanente invasiva? Un equipo del Hospital Clínico de Barcelona y del Hospital San Antonio de Nieuwegein, en Holanda, ha respondido a esta cuestión por primera vez en la literatura médica mundial a través de un artículo que se publica en la edición electrónica de Circulation, que ha sido seleccionado para el congreso de la American Heart Association.
Según han explicado los coautores del Clínico, la fibrilación auricular es la arritmia cardiaca más común en la práctica clínica y todo un reto porque es la que más aumenta entre todas las enfermedades cardiovasculares.
Se caracteriza por la presencia de un ritmo cardiaco irregular, lo que puede ser fuente de trombos y embolias y, como consecuencia, de complicaciones cardiovasculares importantes. Los síntomas más frecuentes son palpitaciones en reposo o en esfuerzo, disnea -sensación de falta de aire-, dolor torácico y mareo. Se calcula que en Europa la padecen cerca de 5 millones de personas, y al ser una enfermedad asociada al envejecimiento, se prevé el aumento de su incidencia en 2,5 veces de aquí al año 2050. El tratamiento farmacológico actual estabiliza durante un tiempo pero no soluciona el problema y tiene efectos secundarios, según ha precisado a Diario Médico Lluis Mont, médico investigador del Instituto del Tórax y jefe de la Unidad de Arritmias del Hospital Clínico, coordinador del trabajo junto con Manuel Castellà, jefe de Cirugía Cardiaca del mismo centro, y WimJan van Boven, del hospital holandés.
La ablación (aislamiento de las venas pulmonares) mediante catéter y la ablación con cirugía mínimamente invasiva son las dos técnicas que hay para tratar la fibrilación auricular refractaria a fármacos. Utilizar una u otra está condicionado por la complejidad de la técnica, el tiempo que requieren y las complicaciones que pueden surgir en el paciente tras su aplicación. Valorar la seguridad y eficacia de las dos estrategias terapéuticas fue el objetivo del estudio realizado en Barcelona y Holanda. Los dos equipos compararon los dos tipos de ablación (por cateterismo y mediante cirugía) en una muestra total de 124 pacientes con distinto grado de fibrilación auricular.
Un año de seguimiento
Tras un año de seguimiento, concluyeron que la ablación quirúrgica fue un éxito en el 65,6 por ciento de los casos, frente al 36,5 por ciento de los resultados obtenidos tras la ablación mediante catéter, si bien la cirugía causó un mayor número de complicaciones (neumotórax). Por tanto, según este trabajo, la ablación mediante cirugía mínimamente invasiva se presenta como la opción más eficaz para tratar la fibrilación auricular refractaria al tratamiento farmacológico.
Mont ha destacado que los pacientes con arritmia de la muestra, con una media de 56 años de edad, son muy especiales y de riesgo, con recurrencia después de un primer tratamiento. Ha puesto de relieve también que la ablación con catéter es poco invasiva y se puede repetir si no logra el resultado previsto inicialmente, pero la cirugía, aunque más agresiva y con anestesia general, obtiene casi el doble de casos de éxito.
¿Significa eso que la cirugía se perfila como primera opción en estos pacientes? "Recomendamos que primero se realice la técnica convencional (por catéter) pero que también se disponga de esta segunda opción, que es una cirugía compleja, a realizar por profesionales muy hábiles, que es algo que quizá no haga falta tener en todos los centros terciarios sino sólo en unos cuantos de referencia", ha apuntado.
¿Hay una tercera opción? "En el Clínico también estudiamos la crioablación con catéter a través de un estudio multicéntrico europeo; se trata de ir avanzando", ha dicho Mont. Castellà, por su parte, ha explicado que la estrategia de las dos opciones comparadas es la misma: por radiofrecuencia se calienta el tejido a 60 grados, no para carbonizarlo sino para convertirlo en una cicatriz que actúe como aislante eléctrico. En fibrilación aislada suele funcionar bien y, si no lo hace, es porque el aislamiento no ha sido completo o porque el problema no estaba en las venas pulmonares (que en la mayor parte de los casos lo está).
"Es mejorable"
A su juicio, éste es un estudio muy importante porque antes no se sabía la verdadera aportación de la cirugía. Los problemas que él le ve a la generalización de esta opción es que requiere de un aprendizaje largo y que presenta complicaciones, pero menos graves porque en la muestra sólo se dio un caso de accidente cerebral en esta vía y tres con la ablación convencional. Castellà cree que es posible mejorar resultados de la cirugía con más entrenamiento (en el Clínico llevan cinco años de experiencia).
El equipo, además, quiere mejorar la técnica haciéndola totalmente por toracoscopia y complementándola con otras líneas. También se plantean tratamientos híbridos. "Continuaremos, sin duda", ha asegurado el cirujano cardiovascular. Hay que tener en cuenta que la prevalencia de esta cardiopatía aumenta con la edad, pasando de un 0,4 por ciento en la población general a prácticamente un 5 por ciento en los mayores de 65 años.
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