La cirugía endovascular ya es capaz de alcanzar arterias de 0,5 mm de diámetro
Madrid (03-07/12/2011) - Redacción
• Repermeabilizando zonas a las que antes era imposible devolverles el riego sanguíneo, según expertos de la SEACV
• Han precisado que aunque por ahora estos diámetros se alcanzan sólo en determinados casos, los hospitales españoles trabajan de manera habitual con arterias de diámetros de 2 mm
El desarrollo de la tecnología y las técnicas endovasculares está permitiendo a la Medicina llegar con éxito a lugares del cuerpo humano en los que antes era prácticamente imposible el acceso. Así, el doctor Carlos Vaquero Puerta, vicepresidente del Capítulo de Cirugía Endovascular de la SEACV (Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular), ha indicado que "la cirugía endovascular ya es capaz de alcanzar arterias de 0,5 milímetros de diámetro, repermeabilizando zonas a las que antes era imposible devolverles el riego sanguíneo".
El profesor Vaquero, que también es catedrático de Angiología y Cirugía Vascular de la Universidad de Valladolid y jefe de Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, ha realizado estas declaraciones en el marco de la celebración del II Simposium Internacional de Cirugía Endovascular, organizado por el Capítulo de Cirugía Endovascular de la SEACV, y que se ha desarrolla en Madrid los días 1 y 2 de diciembre.
El experto ha precisado que "aunque por ahora estos diámetros se alcanzan sólo en determinados casos, los hospitales españoles trabajan de manera habitual con arterias de diámetros de 2 mm. En ellas introducimos las guías por las que después canalizamos y balones y stents de 1 y 1,5 mm de grosor. Estas herramientas son especialmente útiles en el manejo de isquemias (falta de riego sanguíneo) en áreas distales (especialmente, en los pies), donde los vasos sanguíneos son de un calibre muy estrecho y no se puede actuar con las técnicas quirúrgicas habituales".
La ventaja para los pacientes es evidente. "Al tratarlos, ya sólo es necesario una leve punción en la arteria femoral, a la altura de la ingle, por la que se canalizan las guías y balones, todo ello, guiado por técnicas de imagen. Una vez alcanzada la zona afectada, se puede tratar con gran precisión".
Tanto es así, que las nuevas técnicas endovasculares permiten la repermeabilización de conductos muy largos que abarcan zonas en las que el riego sanguíneo era prácticamente inexistente (isquemia) con el consiguiente riesgo de gangrena y de amputación (pie diabético).
Una de las principales herramientas de repermeabilización de las arterias ocluidas es "el empleo de balones que se van introduciendo lentamente, a la vez que se apartan los materiales que la obstruyen y se van dilatando dichas arterias. En algunos casos, para asegurar que exista una luz mínima en el vaso sanguíneo, nos valemos de mallas metálicas (stents) de muy pequeño calibre que mantienen el paso de sangre".
Un paso más allá de esta técnica, lo supone "el uso de balones con fármacos. Al introducir el balón en la arteria, ya no sólo se consigue apartar los materiales que la obstruyen, sino que disponemos de fármacos que completan el tratamiento mecánico (balón) con el tratamiento biológico (fármaco), inhibiendo el crecimiento de las excrecencias que taparían de nuevo la arteria".
Y es que la repermeabilización es un proceso biológico en continuo cambio. Por ello, "en ocasiones se hace necesario volver a actuar en la zona. La ventaja es que con el tratamiento endovascular se puede realizar el tratamiento de nuevo sin grandes problemas, logrando así una reducción significativa de las áreas gangrenadas y, por consiguiente, de las amputaciones".
El profesor Vaquero, que también es catedrático de Angiología y Cirugía Vascular de la Universidad de Valladolid y jefe de Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, ha realizado estas declaraciones en el marco de la celebración del II Simposium Internacional de Cirugía Endovascular, organizado por el Capítulo de Cirugía Endovascular de la SEACV, y que se ha desarrolla en Madrid los días 1 y 2 de diciembre.
El experto ha precisado que "aunque por ahora estos diámetros se alcanzan sólo en determinados casos, los hospitales españoles trabajan de manera habitual con arterias de diámetros de 2 mm. En ellas introducimos las guías por las que después canalizamos y balones y stents de 1 y 1,5 mm de grosor. Estas herramientas son especialmente útiles en el manejo de isquemias (falta de riego sanguíneo) en áreas distales (especialmente, en los pies), donde los vasos sanguíneos son de un calibre muy estrecho y no se puede actuar con las técnicas quirúrgicas habituales".
La ventaja para los pacientes es evidente. "Al tratarlos, ya sólo es necesario una leve punción en la arteria femoral, a la altura de la ingle, por la que se canalizan las guías y balones, todo ello, guiado por técnicas de imagen. Una vez alcanzada la zona afectada, se puede tratar con gran precisión".
Tanto es así, que las nuevas técnicas endovasculares permiten la repermeabilización de conductos muy largos que abarcan zonas en las que el riego sanguíneo era prácticamente inexistente (isquemia) con el consiguiente riesgo de gangrena y de amputación (pie diabético).
Una de las principales herramientas de repermeabilización de las arterias ocluidas es "el empleo de balones que se van introduciendo lentamente, a la vez que se apartan los materiales que la obstruyen y se van dilatando dichas arterias. En algunos casos, para asegurar que exista una luz mínima en el vaso sanguíneo, nos valemos de mallas metálicas (stents) de muy pequeño calibre que mantienen el paso de sangre".
Un paso más allá de esta técnica, lo supone "el uso de balones con fármacos. Al introducir el balón en la arteria, ya no sólo se consigue apartar los materiales que la obstruyen, sino que disponemos de fármacos que completan el tratamiento mecánico (balón) con el tratamiento biológico (fármaco), inhibiendo el crecimiento de las excrecencias que taparían de nuevo la arteria".
Y es que la repermeabilización es un proceso biológico en continuo cambio. Por ello, "en ocasiones se hace necesario volver a actuar en la zona. La ventaja es que con el tratamiento endovascular se puede realizar el tratamiento de nuevo sin grandes problemas, logrando así una reducción significativa de las áreas gangrenadas y, por consiguiente, de las amputaciones".
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