eleva la mortalidad por isquemia
La frecuencia cardiaca con tendencia al alza es perjudicial
El aumento de la frecuencia cardiaca en reposo en personas sanas a lo largo de diez años eleva el riesgo de fallecer por cualquier causa, y en particular, por enfermedad cardiaca isquémica, según concluye un estudio sobre 30.000 individuos que se publica hoy en JAMA.
Redacción | 21/12/2011 00:00
En diversos trabajos previos se ha reflejado que una frecuencia cardiaca elevada puede asociarse con un aumento de la enfermedad cardiovascular y de la mortalidad en la población general, independientemente de otros factores de riesgo convencionales. Sin embargo, no se había determinado si los cambios en la frecuencia a lo largo del tiempo también influyen en la enfermedad cardiaca isquémica.
- El estudio, que incluye a 30.000 personas sanas, revela que la reducción de la frecuencia a lo largo del tiempo no influye positivamente en el riesgo
A todos ellos se les midió en dos ocasiones la frecuencia cardiaca, con un intervalo entre cada una de las mediciones de diez años. La segunda medición se realizó entre agosto de 1995 y junio de 1997. Los investigadores realizaron posteriormente un seguimiento hasta diciembre e 2008. Unos 60 participantes en el trabajo se perdieron en este tiempo al emigrar del país.
Menos de 70 lpm
De los que completaron el estudio, 3.038 fallecieron. Entre ellos, 975 murieron por causas cardiovasculares y 388 por cardipatía isquémica. Los autores del trabajo compararon las cifras de frecuencia cardiaca y constataron que aquéllos con la frecuencia en reposo menor de 70 latidos por minuto (lpm) en la primera medición pero con más de 85 lpm en la segunda tenían un 90 por ciento más riesgo de fallecer por cardiopatía isquémica que los individuos que registraron menos de 70 lpm en ambas mediciones. Los individuos que registraron entre 70 y 85 lpm en la primera medición y una cifra mayor de 85 lpm en la segunda, arrojaron un 80 por ciento más de riesgo.
El estudio también ha establecido una asociación entre esa tendencia al alza de la frecuencia cardiaca y la mortalidad por cualquier causa, aunque se estima que es un efecto débil. En cambio, la reducción de la frecuencia cardiaca a lo largo del tiempo no parece mostrar ningún beneficio en relación al riesgo de la cardiopatía isquémica.
(JAMA 2011: 306: 2.579-87).
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