NO HAY EVIDENCIA PARA DICTAR RECOMENDACIONES
La hidratación es la asignatura pendiente de la nutrición
Aún no existe suficiente evidencia para dictar recomendaciones fiables sobre la hidratación correcta de la población, cuyos niveles no son los adecuados, lo que tiene un impacto negativo en la salud, según se ha afirmado en el II Congreso Nacional de Hidratación.
Isabel Gallardo Ponce | 05/12/2011 00:00
La evidencia científica constata que, en general, la población está ligeramente deshidratada, una situación que afecta negativamente a la salud, produciendo un aumento del riesgo de la aparición de litiasis biliar, una mayor incidencia de cáncer y depresión, entre otros problemas de salud, además de un peor rendimiento al reducir la productividad y la atención, las aptitudes aritméticas, visuales y motoras. "Aún hay un escaso conocimiento sobre la hidratación.
Cada país tiene su aproximación a cuál puede ser la pauta de hidratación aunque, en general, se recomienda la ingesta de, por lo menos, dos litros de agua para la mujer, y dos y medio para el hombre", ha explicado a DM Rosa María Ortega, catedrática de Nutrición y Bromatología de la Universidad Complutense de Madrid, a propósito de su intervención en el II Congreso Nacional de Hidratación, celebrado en Madrid y organizado por Coca Cola. No obstante, las recomendaciones en hidratación no cuentan con la suficiente evidencia y aún hay mucho por investigar. Según Ortega, hasta el momento las pautas más rigurosas son las del Institute of Medicine. Food and Nutrition Board, de Estados Unidos, y de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Ésta última está elaborando un estándar para incluir el agua entre los nutrientes recomendados.
- La ingesta adecuada de líquidos debe calcularse individualmente en función del peso, la edad, la temperatura, la alimentación y la actividad física
La sed no es suficiente
"Además se ha comprobado que la sensación de sed no es suficiente para garantizar la hidratación, puesto que cuando la sentimos ya hay una ligera deshidratación, especialmente en deportistas, niños y ancianos". Este mecanismo se debe a que en el envejecimiento la sensación de sed se pierde, mientras que en la niñez no se ha desarrollado totalmente el proceso. El deporte inhibe la sensación de sed, aunque en este grupo existe una gran conciencia sobre la necesidad de hidratarse correctamente.
En la población general el panorama cambia, según Ortega, ya que, pese a que ha aumentado la información, no se conoce con certeza cuánto se debe beber ni de qué forma. "Las personas no tienen conciencia de lo que deben beber exactamente, ya que los dos litros recomendados deberían ser la mínima ingesta, y habría que tener en cuenta condicionantes, como el peso, la temperatura, la actividad física, la alimentación... Por tanto es necesario regular una recomendación de ingesta diaria, además de seguir investigando para evaluar los requerimientos de cada grupo de población".
Ortega ha concluido que el consumo adecuado debe conformarse del agua que contienen los alimentos, además del agua corriente, que supone el 80 por ciento del total consumido, y el que proviene de otros líquidos -infusiones, zumos...-, aprovechando la variedad de bebidas disponibles.
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