La quimioterapia en la infancia no aumenta el riesgo de tener hijos con malformaciones congénitas
Madrid (15/12/2011) - E.P.
La prevalencia general de defectos congénitos entre los hijos de supervivientes a un cáncer fue muy similar a lo que se viene registrando entre la población general
Los hijos de los pacientes que sobrevivieron a un cáncer infantil tras recibir radioterapia en testículos u ovarios y quimioterapia no presentan un mayor riesgo de desarrollar defectos congénitos, en comparación con los hijos de supervivientes al cáncer que no recibieron estos tratamientos. Así lo ha demostrado un gran estudio retrospectivo de la Vanderbilt University en Nashville (Estados Unidos).
El equipo liderado por Lisa Signorello, profesor asociado de Medicina en la Vanderbilt y epidemióloga del International Epidemiology Institute, en Rockville, utilizó información procedente del Childhood Cancer Survivor Study, una gran investigación retrospectiva sobre los tratamientos y resultados obtenidos en más de 20.000 supervivientes de un cáncer infantil diagnosticados entre 1970 y 1986.
Así, examinaron datos de 4.699 niños, hijos de 1.128 hombres y de 1.627 mujeres supervivientes a cinco años de un cáncer infantil. Los supervivientes informaron sobre los problemas de salud de sus hijos a través de cuestionarios y los investigadores también analizaron los registros médicos tanto de estos supervivientes como de sus hijos, centrándose en el historial de los supervivientes que recibieron radioterapia en testículos u ovarios y quimioterapia con agentes alquilantes.
De los supervivientes, el 63 por ciento (1.736) recibieron radiación para el cáncer de niños y el 44 por ciento de hombres (496) y el 50 por ciento de mujeres(810) fue tratado con quimioterapia con agentes alquilantes. En general, el 2,7 por ciento (129) de los hijos de los supervivientes tenía al menos un defecto congénito, como Síndrome de Down, acondroplasia o labio leporino.
Los investigadores descubrieron que el 3 por ciento de los hijos de madres expuestas a la radiación o tratadas con quimioterapia alquilante tenían defectos genéticos al nacer, en comparación con el 3,5 por ciento de los hijos de madres que sobrevivieron al cáncer, pero que no tuvieron esta exposición.
Sólo el 1,9 por ciento de los niños de varones supervivientes al cáncer que recibieron estos tratamientos que dañan el ADN presentaban este tipo de defectos de nacimiento, en comparación con el 1,7 por ciento de niños de varones supervivientes que no habían recibido este tipo de radiación o de quimioterapia.
Así, el estudio concluye que los hijos de supervivientes al cáncer no corren un mayor riesgo de presentar defectos de nacimiento relacionados con la exposición de los padres a quimioterapia o radiación. Además, según los investigadores, la prevalencia general de defectos congénitos entre los hijos de supervivientes a un cáncer fue muy similar a lo que se viene registrando entre la población general.
"Los supervivientes a un cáncer infantil tienen que enfrentar verdaderas preocupaciones reproductivas, incluyendo los efectos desconocidos de la terapia. Sin embargo, afortunadamente, este estudio proporciona tranquilidad a este tipo de pacientes, ya que sus hijos no presentan un mayor riesgo de desarrollar defectos congénitos a causa de que sus padres recibieran este tratamiento", ha indicado Signorello.
El equipo liderado por Lisa Signorello, profesor asociado de Medicina en la Vanderbilt y epidemióloga del International Epidemiology Institute, en Rockville, utilizó información procedente del Childhood Cancer Survivor Study, una gran investigación retrospectiva sobre los tratamientos y resultados obtenidos en más de 20.000 supervivientes de un cáncer infantil diagnosticados entre 1970 y 1986.
Así, examinaron datos de 4.699 niños, hijos de 1.128 hombres y de 1.627 mujeres supervivientes a cinco años de un cáncer infantil. Los supervivientes informaron sobre los problemas de salud de sus hijos a través de cuestionarios y los investigadores también analizaron los registros médicos tanto de estos supervivientes como de sus hijos, centrándose en el historial de los supervivientes que recibieron radioterapia en testículos u ovarios y quimioterapia con agentes alquilantes.
De los supervivientes, el 63 por ciento (1.736) recibieron radiación para el cáncer de niños y el 44 por ciento de hombres (496) y el 50 por ciento de mujeres(810) fue tratado con quimioterapia con agentes alquilantes. En general, el 2,7 por ciento (129) de los hijos de los supervivientes tenía al menos un defecto congénito, como Síndrome de Down, acondroplasia o labio leporino.
Los investigadores descubrieron que el 3 por ciento de los hijos de madres expuestas a la radiación o tratadas con quimioterapia alquilante tenían defectos genéticos al nacer, en comparación con el 3,5 por ciento de los hijos de madres que sobrevivieron al cáncer, pero que no tuvieron esta exposición.
Sólo el 1,9 por ciento de los niños de varones supervivientes al cáncer que recibieron estos tratamientos que dañan el ADN presentaban este tipo de defectos de nacimiento, en comparación con el 1,7 por ciento de niños de varones supervivientes que no habían recibido este tipo de radiación o de quimioterapia.
Así, el estudio concluye que los hijos de supervivientes al cáncer no corren un mayor riesgo de presentar defectos de nacimiento relacionados con la exposición de los padres a quimioterapia o radiación. Además, según los investigadores, la prevalencia general de defectos congénitos entre los hijos de supervivientes a un cáncer fue muy similar a lo que se viene registrando entre la población general.
"Los supervivientes a un cáncer infantil tienen que enfrentar verdaderas preocupaciones reproductivas, incluyendo los efectos desconocidos de la terapia. Sin embargo, afortunadamente, este estudio proporciona tranquilidad a este tipo de pacientes, ya que sus hijos no presentan un mayor riesgo de desarrollar defectos congénitos a causa de que sus padres recibieran este tratamiento", ha indicado Signorello.
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