martes, 27 de diciembre de 2011

"Si el dolor basal está controlado, los fentanilos paliarán el dolor irruptivo" - DiarioMedico.com

un dolor que está a menudo infratratado

"Si el dolor basal está controlado, los fentanilos paliarán el dolor irruptivo"

El dolor es el síntoma más frecuente, por el que más personas acuden al hospital, y el que, muchas veces, se valora menos, porque requiere un gran conocimiento del paciente. En el enfermo con cáncer se pueden emplear diferentes técnicas análgesicas para controlar su dolor, que en ocasiones es lancinante e irritante. En conclusión: es irruptivo.
Ana Callejo Mora   |  27/12/2011 00:00

El paciente oncológico sufre picos de dolor de mayor intensidad y con una duración corta -no más de 30 minutos-. Es lo que se denomina "dolor irruptivo oncológico". Mientras que el dolor basal (muy frecuente en enfermos con cáncer) casi siempre se trata y es conocido, el irruptivo muchas veces no se conoce, está infratatado y empeora notablemente la calidad de vida del paciente.

"Son dolores muy bruscos, por encima de siete en una escala visual analógica (EVA) del uno al diez", ha explicado Ana Mañas, jefa del Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Universitario La Paz, de Madrid, a Diario Médico. Mañas ha participado en la II Jornada de Dolor en el Paciente Oncológico, celebrada en el Hospital Infanta Sofía, de Madrid, y organizada por la Unidad del Dolor -como parte de la Comisión Hospital sin Dolor-, el Servicio de Anestesiología y Reanimación, el de Hematología y el de Oncología Médica del citado centro.
  • Ana Mañas: "El dolor irruptivo debe tratarse siempre, porque le da al paciente una sensación de gravedad y empeoramiento de la enfermedad "
La definición de este dolor corto pero intenso compone una de las partes del Documento de consenso sobre el diagnóstico y tratamiento del dolor irruptivo oncológico, llevado a cabo por las sociedades científicas que tratan el dolor oncológico junto con la empresa Cephalon. La segunda parte se centra en cómo diagnosticarlo. El consenso consta de 42 recomendaciones divididas en tres apartados. El documento ya se ha presentado en los congresos nacionales de las sociedades españolas de Oncología Radioterápica (SEOR) y de Oncología Médica (SEOM), y ahora lo están difundiendo en reuniones en hospitales.

La tercera parte se centra en cómo tratar ese dolor. Según Mañas, "si el dolor basal está bien controlado con analgésicos, lo que hay que hacer es tratar los picos de dolor administrando al paciente fármacos de acción rápida y efecto corto para no sumar la toxicidad de los analgésicos -estreñimiento, aletargamiento, etc.-". Ahí entran en escena los fentanilos (sublinguales o inhalados), medicamentos de acción muy corta, cuyo efecto finaliza, como máximo, a las dos horas. "Se adaptan al punto álgido del dolor y cuando éste cede, el efecto farmacológico también". La oncóloga radioterápica tiene claro que el dolor irruptivo debe tratarse siempre, "porque es el síntoma que más dignidad quita a un paciente. Le da sensación de gravedad y empeoramiento de la enfermedad".
  • María Madariaga: "Mejorando el control del dolor fomentamos la adherencia terapéutica, ayudando a que el paciente cumpla su tratamiento oncológico"
Técnicas analgésicas
Cuando el conocido tercer escalón de analgesia ya no es suficiente para manejar el dolor oncológico, hay varias técnicas analgésicas a disposición del paciente con un tumor sólido o hematopoyético: simpatectomía química o por radiofrecuencia, para pacientes con un dolor localizado, y técnicas de modulación neuroaxial, como el bloqueo epidural o intratecal continuo para pacientes cuyo dolor persiste. Este bloqueo se aplica en los casos en que los fármacos opioides no logran controlar el dolor o no toleran los efectos secundarios derivados de él.

María Madariaga, del Servicio de Anestesiología y Reanimación de la Unidad de Dolor del Infanta Sofía, ha comentado que "entre un 3 y un 10 por ciento de todos nuestros pacientes oncológicos obtienen resultados positivos con este tipo de tratamiento neuroaxial. De los bloqueos neurolíticos se puede beneficiar un número mayor de enfermos con cáncer que nos derivan con indicación, alrededor de un 20 por ciento. Oncólogos y hematólogos nos envían los pacientes que se encuentran dentro del perfil".

Estos tratamientos son compatibles con la terapia oncológica del paciente, es decir, son coadyuvantes. "Precisamente, mejorando el control del dolor fomentamos la adherencia terapéutica, ayudando a que el paciente cumpla su tratamiento radioterápico y evitando factores que puedan interferir".

Para hablar sobre los tumores que provocan dolor con mayor frecuencia, la anestesióloga ha recordado un estudio europeo realizado mediante encuesta telefónica a casi 5.000 pacientes con cáncer. "Hasta el 70 por ciento del total de entrevistados reportaban dolor. Los que más informaban de su dolor eran los que tenían cáncer de pulmón, páncreas, mielomas y sarcomas. La metástasis a distancia y la afectación regional son los procesos que más dolor producen". Un problema añadido es que "los pacientes tardan en admitir su dolor a los oncólogos porque creen que eso significa una evolución de la enfermedad. Son pacientes que tienen que soportar un dolor constante, además de momentos de dolor irruptivo".

¿Cuándo acaba su labor?
"Cuando la enfermedad remite, los fármacos opioides se van reduciendo poco a poco hasta quitarlos por completo", ha indicado Madariaga.

Durante la jornada, Raúl Córdoba, de la Sección de Hematología del Infanta Sofía, ha puesto como ejemplo el abordaje desde el punto de vista quimioterápico y analgésico del dolor crónico e irruptivo en caso de una fractura vertebral causada por un mieloma múltiple.

 

TIPOS DE DOLOR IRRUPTIVO

Existen varios tipos de dolor irruptivo oncológico. El paciente con metástasis cuando se mueve siente un dolor lancinante, o aquel que tiene una mucositis producida por su tumor, al comer sufre un dolor irritante. "Pero hay otro tipo de dolor, el procedimental, que se produce cuando los oncólogos hacemos determinados tratamientos. Por ejemplo, en un paciente con afectación ósea cuando le pones en una camilla para realizarle un escáner o cuando le vas a hacer un tratamiento o una biopsia", ha afirmado Mañas.
"Tenemos que intentar evitar ese dolor procedimental. Para ello, es necesario preguntarle al paciente, es decir, conocer al enfermo. Es muy importante que el paciente se queje; no debe pensar que por hacerlo es menos valiente".
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