Tribuna: El prometedor presente de los abordajes endovasculares

La cirugía vascular, una especialidad que tradicionalmente ha empleado técnicas de cirugía abierta, ha ido adaptándose a los avances y ha incorporado todas las mejoras tecnológicas en beneficio del paciente. Los procedimientos, no obstante, comparten protagonismo en función de la patología.

Eduardo Ros Díe | Presidente del Capítulo de Cirugía Endovascular de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular | 02/12/2011 00:00

La aparición de las técnicas endovasculares constituye un antes y un después en la evolución y avance tecnológico de la moderna cirugía vascular. No ha sido un hecho aislado, ya que responde a un cambio en el planteamiento general de todas las especialidades quirúrgicas que intentan por todos los medios minimizar la agresión y conseguir una mejora de la calidad de vida desde el primer día del postoperatorio.

En cirugía general, la laparoscopia ha sido determinante en la aceptación de estos principios y un paso más lo constituye la cirugía realizada a través de orificios naturales, que está iniciándose pero que, sin duda, va a tener un puesto en las técnicas de los próximos años. La toracoscopia en cirugía torácica, la estereotaxia en neurocirugía, la laparoscopia en ginecología y la artroscopia en traumatología son algunos ejemplos de una buena muestra de cuál es el objetivo general. En cirugía vascular son las técnicas endovasculares las que se han manifestado como las más idóneas para este fin.

En la práctica diaria, a un enfermo diagnosticado de aneurisma de aorta abdominal se le ofertan las dos actuales posibilidades de intervención: técnicas abiertas o procedimientos endovasculares

Pero esto no es solamente una tendencia de los cirujanos. Desde finales del siglo XX y por supuesto en lo que llevamos del XXI el paciente ha exigido y conseguido tener un importante papel decisorio en el tratamiento de su enfermedad. Es cada vez más frecuente que los protocolarios consentimientos informados de hace unos años se sustituyan por extensas informaciones sobre el padecimiento que aqueja al ciudadano, que además quiere participar con el médico en la elección del tratamiento a que va a ser sometido e incluso en la técnica quirúrgica que se le va a aplicar. Esto lo vivimos los cirujanos vasculares a diario cuando a un enfermo diagnosticado de aneurisma de aorta abdominal le ofertamos las dos posibilidades que hay para intervenirle: una técnica abierta o un procedimiento endovascular.

Capacitados para aplicar metodología
No obstante, hemos aprendido también al incorporar la alternativa endovascular a nuestro quehacer diario que siguen teniendo plena vigencia las técnicas abiertas clásicas y por ello reivindicamos el protagonismo del cirujano vascular moderno, que conoce y aplica técnicas endovasculares también, porque estando capacitado para ambas es capaz de aplicar una u otra y lo hace guiado exclusivamente por la que es más conveniente para cada paciente en cada momento. En otras ocasiones tiene que realizar técnicas híbridas en las que se conjuga el método endovascular y el abierto.

Finalmente, otras veces, ante una complicación es capaz de asociar, en el mismo acto operatorio, una técnica abierta a una inicial endovascular o viceversa. Sólo de esta forma se consigue la intervención en un acto único, que es un objetivo fundamental de la gestión clínica actual.

Los profesionales estamos formados para hacer el diagnóstico y el tratamiento, tanto médico como quirúrgico, de cualquier patología circulatoria, a excepción del corazón

Los cirujanos vasculares hemos incorporado con sensatez y entusiasmo las técnicas endovasculares a la práctica clínica diaria y esto ha dinamizado y dirigido la investigación tecnológica que desarrolla estas metodologías. En nuestro país, la especialidad es médico-quirúrgica y se denomina Angiología y Cirugía Vascular, lo que significa que estamos formados para hacer el diagnóstico y el tratamiento, tanto médico como quirúrgico, de cualquier patología del aparato circulatorio con excepción del corazón.

Esta forma unitaria de afrontar la asistencia a patologías vasculares lleva consigo que nuestras indicaciones son con frecuencia secuenciadas y que tratamos al enfermo en su conjunto, indicando tratamientos médicos en las primeras etapas de su enfermedad, reservando las actuaciones endovasculares o abiertas para fases más avanzadas en las que la terapia médica se muestra ineficaz. Cuando se comparan las casuísticas de nuestro país con las de otros países europeos o americanos llama la atención un menor número de técnicas endovasculares de forma global. Probablemente, esto se deba a unas indicaciones más en función de la clínica que presentan los enfermos vasculares, que de sus imágenes radiológicas.

Adecuándose al futuro
La incorporación de las técnicas endovasculares, sin embargo, no se ha visto acompañada en paralelo de una dotación radiológica adecuada. De hecho, en la mayoría de los servicios de Angiología y Cirugía Vascular de nuestro país seguimos practicando estas técnicas con arcos radiológicos portátiles en quirófanos construidos para cirugía abierta. Poco a poco, algunos hospitales van dotándose de quirófanos híbridos en los que tanto los métodos abiertos como los endovasculares son posibles y pueden considerarse por ello instalaciones altamente eficientes y que confieren gran precisión a las técnicas realizadas en ellos. Así ha ocurrido en el Hospital de Gijón, en Cabueñes, en Son Espases, de Palma de Mallorca, en la Fe de Valencia y en el Hospital de Burgos, donde los gestores han tenido visión de futuro y han hecho una clara apuesta por proporcionar a sus pacientes vasculares las herramientas necesarias para el mejor tratamiento posible.

El futuro parece decantarse por su aplicación en servicios de Angiología y Cirugía Vascular y para ello se han preparado los cirujanos vasculares actuales, incorporándose hace ya años a programas de entrenamiento específico y manteniendo una formación continuada de alto nivel. Buena prueba de esto es el II Simposium Internacional de Cirugía Endovascular, que hoy concluye en Madrid.

En este encuentro, además de una serie de mesas redondas de actualización en temas candentes de la especialidad, se incluyen talleres de entrenamiento en diversas técnicas endovasculares y se retransmiten diez intervenciones con técnicas endovasculares desde cinco hospitales de España: el Clínico de Valladolid, el Clínico de Madrid, el Doctor Peset de Valencia, el Valle de Hebrón de Barcelona y el Hospital Clínico de Granada, todos ellos de la red pública asistencial que han reorganizado su actividad durante estos días para hacerlo posible y cuyo personal sanitario implicado en la asistencia ha contribuido a su desarrollo.

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