sábado, 17 de diciembre de 2011

Una lesión impredecible | Noticias | elmundo.es

TRAUMATOLOGÍA | Fractura por estrés

Una lesión impredecible

Imágenes de la lesión de David Villa. | Reuters | Efe Imágenes de la lesión de David Villa. | Reuters | Efe
  • Estas fracturas se producen por fatiga de los tejidos sometidos a mucho estrés
  • Aunque se pueden ver signos previos en el hueso, es difícil saber si se romperá

Las imágenes de la lesión de David Villa durante la semifinal del Mundialito de Clubes que se disputa estos
días en Japón son muy llamativas. La tibia izquierda del delantero azulgrana se fracturó cuando el jugador apoyó la pierna en una carrera 'normal'. No hay contacto con los dos defensas que lo acompañaban ni un mal apoyo. Nada. A falta de confirmación oficial, la tibia del asturiano parece haber sufrido una fractura por estrés, un fenómeno relativamente frecuente en el deporte de élite y difícilmente predecible por los médicos.

"Si doblas una tarjeta de crédito muchas veces y siempre por el mismo sitio, llega un punto en el que se rompe. Igual que los materiales, los tejidos también se fatigan y se pueden romper", explica a ELMUNDO.es Fernando Baró, vicepresidente de la Sociedad Española de Traumatología del Deporte (SETRADE). De modo que la tibia de Villa habría estado sometida a mucho estrés en el mismo sitio por haber realizado el mismo movimiento de forma repetitiva durante un periodo de tiempo.

De hecho, el jugador ya había referido molestias en las últimas semanas y el entrenador del Barcelona, Josep Guardiola, ha reconocido que sufría una pequeña fractura por estrés. Pero, como subraya Baró, "el problema en estos casos es saber si el hueso está tan dañado que es necesario parar". Algo que no es tan sencillo: "Se puede saber si hay cierto riesgo pero no hay forma de averiguar si este tipo de complicación severa se va a producir o cuándo".

Hay dos pruebas fundamentales que se realizan cuando hay sospecha de que un paciente puede estar sometiendo a un hueso a un estrés elevado, la resonancia magnética y la gammagrafía ósea, "pero ninguna de las dos te dirá si se va a producir la fractura", señala el traumatólogo. "En este caso, cuando se trata de deporte de élite, se suele ir al límite", reconoce.

Cuatro meses de recuperación, mínimo

La lesión de Villa es la más reciente pero no la única de este tipo. Una de las más llamativas fue la del saltador estadounidense Llewellyn Starks, que se fracturó en carrera y aterrizó en la arena con la tibia y el peroné rotos. Era su tercer intento de triple salto en los Juegos de Nueva York de 1992, una competición deportiva de EEUU.

Los traumatólogos solucionaron la fractura de Starks tras dos horas de intervención quirúrgica. Por lo que se sabe hasta ahora de Villa, regresará lo antes posible a la Ciudad Condal donde será intervenido. Las estimaciones de los médicos del Barcelona hablan de unos seis meses de baja, lo que significa que el máximo goleador de la última Eurocopa se perdería la próxima edición de este torneo que empieza el 6 de junio del año que viene.

Los seis meses de recuperación "son los marcados por la biología y por el conocimiento que tenemos acerca de este tipo de lesiones", explica Baró. Aunque los tiempos a veces se pueden acortar, "nunca debe ser inferior a cuatro meses porque aumenta mucho el riesgo de recaídas", añade.


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