Descubren por qué la proteína MYC puede provocar diferentes tipos de cáncer
02/10/2012 - E.P.
Los resultados tienen importantes implicaciones en el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas para algunos tipos de cáncer
En el estudio, llevado a cabo por investigadores de los Institutos Nacionales de Salud, se observó que, a diferencia de muchos otros reguladores del crecimiento celular, MYC no apaga o enciende genes, sino que aumenta la expresión de aquellos ya activados. Los resultados aparecen publicados en Cell.
Según el coautor Keji Zhao, director del Centro de Biología de Sistemas en el Instituto Nacional de Pulmón y Corazón, este descubrimiento ofrece una idea unificadora sobre cómo y por qué los niveles anormales de MYC se encuentran en tipos de cáncer tan diversos como el cáncer de mama, el cáncer de pulmón, y varios tipos de cáncer de sangre.
Keji Zhao y David Levens, investigador en el Laboratorio de Patología del Instituto Nacional del Cáncer, señalan que esta nueva información sobre la función de MYC podría influir en los futuros tratamientos de tumores asociados a la proteína. Así, tratar de limitar la actividad de MYC sería una mejor estrategia que utilizar la quimioterapia dirigida para tratar de eliminar toda su actividad.
MYC ayuda en la activación celular, un proceso en el que las células maduran y se dividen rápidamente. Los investigadores sabían que los niveles anormalmente altos de MYC pueden conducir al cáncer pero, hasta ahora, se desconocía cómo está proteína puede causar cánceres muy diferentes.
Los científicos usaron una proteína fluorescente especialmente diseñada que les permitió en el laboratorio, rastrear MYC en los leucocitos. Se eligieron entonces las células B y T que combaten las infecciones, debido a que están afectadas frecuentemente por un MYC anormal, y se pueden transformar en linfomas y mielomas. El equipo expuso estas células B y T a toxinas para estimular una respuesta inmune y activar la MYC fluorescente; luego, los investigadores examinaron las células en diferentes momentos y observaron qué genes se ven afectados por MYC.
El análisis reveló que MYC no prefiere un tipo específico de gen, sino que está presente en casi todos los genes ya activos. Los investigadores también notaron que la cantidad de MYC en cada gen expresado se correlaciona con el nivel de actividad de dicho gen antes de la estimulación inmune.
Los autores concluyen que MYC es un amplificador universal, mediante el desarrollo de un conjunto de células B que no produjeron MYC funcional. Cuando fueron estimuladas, el monto total de ARN celular, un indicador de la cantidad de proteína presente, no aumentó. Por otro lado, cuando las células B normales se activaron, el ARN celular total aumentó.
Según el coautor Keji Zhao, director del Centro de Biología de Sistemas en el Instituto Nacional de Pulmón y Corazón, este descubrimiento ofrece una idea unificadora sobre cómo y por qué los niveles anormales de MYC se encuentran en tipos de cáncer tan diversos como el cáncer de mama, el cáncer de pulmón, y varios tipos de cáncer de sangre.
Keji Zhao y David Levens, investigador en el Laboratorio de Patología del Instituto Nacional del Cáncer, señalan que esta nueva información sobre la función de MYC podría influir en los futuros tratamientos de tumores asociados a la proteína. Así, tratar de limitar la actividad de MYC sería una mejor estrategia que utilizar la quimioterapia dirigida para tratar de eliminar toda su actividad.
MYC ayuda en la activación celular, un proceso en el que las células maduran y se dividen rápidamente. Los investigadores sabían que los niveles anormalmente altos de MYC pueden conducir al cáncer pero, hasta ahora, se desconocía cómo está proteína puede causar cánceres muy diferentes.
Los científicos usaron una proteína fluorescente especialmente diseñada que les permitió en el laboratorio, rastrear MYC en los leucocitos. Se eligieron entonces las células B y T que combaten las infecciones, debido a que están afectadas frecuentemente por un MYC anormal, y se pueden transformar en linfomas y mielomas. El equipo expuso estas células B y T a toxinas para estimular una respuesta inmune y activar la MYC fluorescente; luego, los investigadores examinaron las células en diferentes momentos y observaron qué genes se ven afectados por MYC.
El análisis reveló que MYC no prefiere un tipo específico de gen, sino que está presente en casi todos los genes ya activos. Los investigadores también notaron que la cantidad de MYC en cada gen expresado se correlaciona con el nivel de actividad de dicho gen antes de la estimulación inmune.
Los autores concluyen que MYC es un amplificador universal, mediante el desarrollo de un conjunto de células B que no produjeron MYC funcional. Cuando fueron estimuladas, el monto total de ARN celular, un indicador de la cantidad de proteína presente, no aumentó. Por otro lado, cuando las células B normales se activaron, el ARN celular total aumentó.
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