en 'Annals of Internal Medicine'
La dieta mediterránea reduce el riesgo de diabetes sin restricción calórica, práctica de ejercicio o pérdida de peso
Los pacientes con alto riesgo de enfermedades cardiacas que siguen una dieta mediterránea rica en aceite de oliva virgen extra no necesitan restringir calorías, aumentar el ejercicio o bajar de peso para prevenir la diabetes.
Redacción | 07/01/2014 00:00
Los cambios en el estilo de vida que inducen la pérdida de peso han demostrado que disminuyen la incidencia de diabetes hasta un 50 por ciento. Los investigadores de este trabajo, publicado en Annals of Internal Medicine, trataron de determinar si seguir una dieta mediterránea podría reducir la incidencia de diabetes sin tener en cuenta las calorías, aumentar el ejercicio físico o la pérdida de peso.
En el estudio se asignó aleatoriamente a 3.500 adultos mayores sin diabetes y con alto riesgo de enfermedad cardiovascular a una dieta mediterránea suplementada con AOVE o frutos secos o una dieta control baja en grasas. Los del grupo de dieta mediterránea comían principalmente frutas, verduras, cereales integrales y pescado y sus dietas eran ricas en grasas de AOVE o frutos secos.
A los participantes del grupo de control se les indicó que redujeran la ingesta de grasas en la dieta de todas las fuentes. Los dietistas proporcionaron sesiones periódicas de capacitación para ayudar a los pacientes a cumplir con sus dietas y los individuos en los tres grupos no estaban obligados a restringir la ingesta de calorías o aumentar la actividad física.
Después de cuatro años, los participantes que siguieron las dietas mediterráneas tuvieron una reducción sustancial en el riesgo de diabetes tipo 2 en comparación con aquellos del grupo control. Así, los científicos concluyen que la dieta mediterránea puede tener implicaciones para la salud pública en cuanto a la prevención de la diabetes.
En el estudio se asignó aleatoriamente a 3.500 adultos mayores sin diabetes y con alto riesgo de enfermedad cardiovascular a una dieta mediterránea suplementada con AOVE o frutos secos o una dieta control baja en grasas. Los del grupo de dieta mediterránea comían principalmente frutas, verduras, cereales integrales y pescado y sus dietas eran ricas en grasas de AOVE o frutos secos.
A los participantes del grupo de control se les indicó que redujeran la ingesta de grasas en la dieta de todas las fuentes. Los dietistas proporcionaron sesiones periódicas de capacitación para ayudar a los pacientes a cumplir con sus dietas y los individuos en los tres grupos no estaban obligados a restringir la ingesta de calorías o aumentar la actividad física.
Después de cuatro años, los participantes que siguieron las dietas mediterráneas tuvieron una reducción sustancial en el riesgo de diabetes tipo 2 en comparación con aquellos del grupo control. Así, los científicos concluyen que la dieta mediterránea puede tener implicaciones para la salud pública en cuanto a la prevención de la diabetes.
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