Nota de la Directora
El abuso y uso no médico de medicamentos de prescripción es un problema grave de salud pública en los Estados Unidos. Aunque la mayoría de las personas toman los medicamentos de prescripción de manera responsable, se calcula que unas 52 millones de personas (el 20 por ciento de las personas de 12 años y mayores) han consumido medicamentos de prescripción por razones no médicas al menos una vez en su vida, y los jóvenes tienen una representación importante en este grupo. De hecho, el Estudio de Observación del Futuro (MTF, por sus siglas en inglés) del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA, por sus siglas en inglés), encontró que en el 2010 uno de cada 12 estudiantes de la secundaria reportó uso no médico, en el año anterior, del analgésico de prescripción Vicodina y uno de cada 20 reportó haber consumido OxyContin de manera indebida, lo cual hace que estos analgésicos estén entre los medicamentos que más abusan los adolescentes.
El abuso de ciertos medicamentos de prescripción, entre ellos, los opioides, los depresores del sistema nervioso central (SNC) y los estimulantes, puede conducir a una variedad de efectos adversos para la salud, incluyendo la adicción. Casi el 14 por ciento de los que reportaron el uso no médico de un medicamento de prescripción en el año anterior a la encuesta cumplieron con los criterios de diagnóstico para el abuso o la dependencia de estos medicamentos. Las razones de la alta prevalencia de abuso de medicamentos de prescripción varían según la edad, el género y otros factores, pero probablemente incluyen el hecho de que son más disponibles.
El número de recetas para algunos de estos medicamentos ha incrementado dramáticamente desde principios de la década de los noventa (vea las gráficas). Por otra parte, otros factores que probablemente contribuyen a este problema son la cultura de consumo en que las personas están dispuestas a “tomar una pastilla para lo que les pase” y la percepción de que los medicamentos de prescripción hacen menos daño que las drogas ilícitas. El problema es urgente: el número de muertes no intencionales por sobredosis que involucran analgésicos opioides se ha cuadruplicado desde 1999 y, en el 2007, superó el número total de muertes por heroína y cocaína.
El NIDA espera cambiar esta situación aumentando el conocimiento del público sobre este problema y promocionando investigaciones adicionales sobre el abuso de medicamentos de prescripción. Éste no es un problema nuevo, pero sí es un problema que merece una nueva mirada. Es imprescindible que, como nación, estemos conscientes de las consecuencias asociadas con el abuso de estos medicamentos.
Nora D. Volkow, M.D.
Directora
Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas
Directora
Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas
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