Los telómeros más largos están ligados al riesgo de tumor cerebral
12/06/2014 - E.P.
El alargamiento de los telómeros proteger a las células frente al envejecimiento
Una nueva investigación genómica liderada por científicos de la Universidad de California San Francisco (UCSF), en Estados Unidos, revela que dos variantes genéticas comunes que provocan el alargamiento de los telómeros, que muchos científicos creen que confieren salud al proteger a las células frente al envejecimiento, también aumentan significativamente el riesgo de desarrollar cánceres mortales de cerebro, conocidos como gliomas.
Las variantes genéticas en dos genes asociados con los telómeros conocidos como TERT y TERC, están, respectivamente, presentes en el 51 por ciento y 72 por ciento de la población general, aunque. "hay fuertes barreras contra el desarrollo de los gliomas, tal vez porque el cerebro tiene una protección especial", afirma Margaret Wrensch, de la Cátedra Stanley D. Lewis y Virginia S. Lewis del Centro de Investigación de Tumores Cerebrales en UCSF y autora principal del nuevo estudio, publicado en 'Nature Genetics'.
En un ejemplo de este acto de equilibrio genético entre los riesgos y los beneficios de la longitud del telómero, con un conjunto de datos utilizado en el actual estudio, un análisis genómico masivo de la longitud del telómero en casi 40.000 personas realizado en la Universidad de Leicester, en Reino Unido, los telómeros más cortos se asociaron con un riesgo significativamente mayor de enfermedad cardiovascular.
"Aunque los telómeros largos pueden ser buenos para las personas, reduciendo muchos riesgos para la salud y retrasando el envejecimiento, también pueden impedir a algunas células vivir más tiempo del que deberían, lo que es una de las características del cáncer", relata Kyle M. Walsh, profesor asistente de Cirugía Neurológica y miembro del Programa de Genética del Cáncer en el Centro Integral del Cáncer Helen Diller de la UCSF.
En la primera etapa del nuevo estudio, investigadores de la UCSF y la Clínica Mayo, en Estados Unidos, analizaron los datos de todo el genoma de 1.644 pacientes de glioma y 7.736 controles sanos, entre ellos algunos indviduos que han participado en el proyecto 'Atlas del Genoma del Cáncer', patrocinado por el Instituto Nacional del Cáncer y el Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano, en Estados Unidos.
Este trabajo confirma una relación entre TERT y los gliomas que se había detectado en una investigación anterior realizada por la UCSF, además de identificar por primera vez a TERC como factor de riesgo de glioma. Desde que se conocen las funciones de ambos genes en la regulación de las acciones de la telomerasa, la enzima que mantiene la longitud del telómero, el equipo de investigación buscó entre los datos de la Universidad de Leicester y halló que las mismas variantes asociadas a TERT y TERC con riesgo de glioma se vincularon con mayores longuitudes de los telómeros.
La investigadora de la UCSF Elizabeth Blackburn compartió el Premio Nobel 2009 de Fisiología o Medicina por su trabajo pionero sobre los telómeros y la telomerasa, un área de investigación que comenzó a mediados de la década de 1970. En las décadas siguientes, ha sido complejo desenredar las relaciones entre la longitud de los telómeros y la enfermedad.
En muchos trabajos, se ha considerado la longuitud de los telómeros un signo, demostrando, por ejemplo, que las personas expuestas a experiencias estresantes crónicas tienen los telómeros más cortos. Como las células cancerosas promueven su propia longevidad manteniendo la longitud del telómero, las compañías han buscado un fármaco que se dirija y bloquee específicamente la telomerasa en los tumores con la esperanza de que las células cancerosas acumulen daños genéticos y mueran.
Walsh explica que la relevancia de la nueva investigación debe extenderse más allá de los gliomas, ya que las variantes de TERT también se han visto implicadas en los cánceres de pulmón, próstata, testículo y mama, y ??las de TERC en la leucemia, el cáncer de colon y el mieloma múltiple, además de que ambas aumentan el riesgo de fibrosis pulmonar idiopática, una enfermedad progresiva de los pulmones.
En algunos de estos casos, las variantes asociadas a la enfermedad promueven el alargamiento de los telómeros y en otros, el acortamiento de los telómeros, lo que sugiere que "tanto el alargamiento como el acortamiento de los telómeros puede ser patógeno, dependiendo de la enfermedad en cuestión", escriben los autores.
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