martes, 4 de julio de 2017

El dolor y el cáncer (PDQ®)—Versión para profesionales de salud - National Cancer Institute

El dolor y el cáncer (PDQ®)—Versión para profesionales de salud - National Cancer Institute

Instituto Nacional Del Cáncer

El dolor y el cáncer (PDQ®)–Versión para profesionales de salud



SECCIONES

Información general sobre el dolor producido por el cáncer

El dolor es uno de los síntomas más comunes de los pacientes de cáncer y, a menudo tiene un efecto negativo sobre el estado funcional y la calidad de vida de los pacientes. El objetivo del siguiente sumario es proporcionar información práctica, actualizada y factual sobre el manejo del dolor producido por el cáncer.
En general, el manejo eficaz del dolor se puede lograr cuando se siguen los siguientes pasos:[1]
  1. Exámenes regulares de detección para asegurar que el dolor del paciente se reconozca temprano. (Para obtener más información, consultar la sección de este sumario sobre Evaluación del dolor).
  2. Caracterización adecuada del dolor para identificar aspectos fisiopatológicos subyacentes que podrían influir significativamente en las opciones de tratamiento. (Para obtener más información, consultar la sección de este sumario sobre Clasificación del dolor).
    • ¿El dolor es agudo o crónico?
    • ¿Es consecuencia del cáncer, el tratamiento del cáncer, otras causas o una combinación?
    • ¿Es somático, visceral, neuropático o mixto?
    • ¿Tiene un componente esporádico?
    • ¿Hay dolor intercurrente?
  3. Determinar si es necesario tratar el dolor con farmacoterapia u otras modalidades de tratamiento. A menudo, el dolor es de naturaleza multifactorial, de modo que se deberán evaluar los factores que pueden modular la expresión de dolor, como el sufrimiento psicológico y el consumo de sustancias. (Para obtener más información, consultar la sección de este sumario sobre Antecedentes y definiciones).
    • ¿Cuál es el efecto del dolor en el paciente?
    • ¿Es probable que el beneficio del tratamiento supere los riesgos?
  4. Identificación de las opciones óptimas de farmacoterapia analgésica y de otro tipo (para obtener más información, consultar la sección de este sumario sobre Farmacoterapias analgésicas), incluso derivaciones a especialistas si fueran necesarias. (Para obtener más información, consultar la sección de este sumario sobre Modalidades de control del dolor: otros abordajes). El dolor complejo a menudo exige una evaluación y una intervención interdisciplinarias y multidimensionales. Al determinar el tratamiento más adecuado, hay muchos aspectos, como los siguientes, que se deben considerar:
    • Tratamientos analgésicos anteriores.
    • Pronóstico del paciente.
    • Factores pronósticos del control del dolor (por ejemplo, sufrimiento psicológico).
    • Efecto en el funcionamiento.
    • Comorbilidades (por ejemplo, insuficiencia renal o hepática).
    • Riesgo de uso indebido o adicción a los analgésicos.
    • Preferencia del paciente.
  5. Proporcionar una educación adecuada sobre el tratamiento, incluso la administración de medicamentos, los efectos secundarios esperados y los tratamientos relacionados, y cuándo los pacientes pueden esperar mejoras. Si se considera administrar opioides, se deberá tener en cuenta si hay opiofobia o riesgo de uso indebido de opioides. Los pacientes y las personas encargadas del paciente se deberán educar sobre la seguridad de su almacenamiento, su uso y su eliminación. En un estudio, se demostró que el uso, almacenamiento y eliminación inapropiados son comunes entre los pacientes de cáncer.[2]
  6. Seguimiento longitudinal del paciente con nuevas consultas para evaluar o ajustar los tratamientos. Los pacientes con dolor por cáncer u otro motivo que necesitan tratamiento crónico se vigilan estrechamente para optimizar el tratamiento y reducir al mínimo la probabilidad de complicaciones por el uso de opioides, incluso el uso inadecuado o el abuso. Los riesgos y beneficios del uso de opioides se evalúan con regularidad, y el médico discute abiertamente sus impresiones con el paciente.

Antecedentes y definiciones

La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor define el dolor como "una experiencia sensorial y emocional relacionada con un daño real o posible, o descrito en términos de tal daño".[3] Los pacientes de cáncer habitualmente experimentan dolor. Su evaluación adecuada exige medir la intensidad del dolor; aclarar su efecto psicológico, social, espiritual y existencial en el paciente, y establecer su cumplimiento terapéutico y grado de respuesta al tratamiento.
Un enfoque comúnmente utilizado para el manejo del dolor es el de la escalera para el alivio del dolor de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la que se categoriza la intensidad del dolor de acuerdo con su gravedad y recomienda analgésicos según su potencia.[4] La intensidad del dolor se evalúa a menudo mediante una escala de valoración numérica (EVN) de 0 a 10. En esta escala, 0 indica ausencia de dolor, 1 a 3 indica dolor suave, 4 a 6 indica dolor moderado y 7 a 10 indica dolor intenso.[5]
El escalón 1 de la escalera para aliviar el dolor de la OMS se refiere al dolor suave. Los pacientes en esta categoría reciben, si los necesitan, analgésicos sin opioides, como acetaminofén (paracetamol), medicamentos antinflamatorios no esteroides o un analgésico adyuvante. En el escalón 2 se trata a los pacientes que experimentan dolor leve a moderado que ya están tomando un analgésico sin opioides, con un analgésico adyuvante o sin este, pero que siguen sintiendo que su analgesia es precaria. Las sustancias en el escalón 2 son tramadol y productos de acetaminofén que contienen hidrocodona, oxicodona y codeína. En el escalón 3 se trata el dolor moderado a intenso con analgésicos fuertes. Los opioides del escalón 3 son morfina, hidromorfona, fentanilo, levorfanol, metadona, oximorfona y oxicodona. En un ensayo aleatorizado sin anonimato de una dosis baja de morfina versus opioides débiles para tratar el dolor moderado del cáncer, se indica que es aceptable eludir los opioides débiles y pasar directamente a los opioides fuertes (sustancias del escalón 3) para los pacientes con dolor de cáncer moderado, porque los pacientes asignados al azar al grupo de dosis bajas de morfina experimentaron una reducción más frecuente y mayor de la intensidad del dolor con una tolerancia buena similar y un efecto más rápido.[6]
Para su uso inocuo y eficaz es necesaria la familiaridad con las características farmacocinéticas de los opioides, su dosificación equianalgésica y sus efectos adversos. La analgesia óptima exige el uso apropiado de las intervenciones farmacológicas adyuvantes y de otro tipo.

Prevalencia

El dolor se presenta en 20 a 50 % de los pacientes de cáncer.[7] Aproximadamente 80 % de los pacientes de cáncer en estadio avanzado sufren dolor moderado a intenso.[8] En un metanálisis en el que se observaron datos conjuntos de 52 estudios, se halló que más de la mitad de los pacientes tenía dolor.[9] Es más probable que los pacientes más jóvenes experimenten dolor por el cáncer y exacerbación del dolor que los pacientes de más edad.[10]
A menudo, los pacientes de cáncer sienten dolor en múltiples sitios.[11] Los pacientes calificaron el dolor de 4 a 6 (intenso) en la EVN y las exacerbaciones hasta con 7.

Causas del dolor del cáncer: cáncer, tratamientos del cáncer y comorbilidades

En un estudio en el que se evaluaron las características de los pacientes (n = 100) de cáncer avanzado que se presentaban a un servicio de cuidados paliativos, se encontró que el tumor primario era la causa principal del dolor en 68 % de los pacientes.[11] La mayor parte del dolor fue somático, y fue tan probable que el dolor fuera continuo como intermitente.
El dolor puede obedecer a los tratamientos para el cáncer, como cirugía, radioterapia, quimioterapia, terapia dirigida, tratamientos complementarios o procedimientos de diagnóstico. En una revisión sistemática de la bibliografía, se identificaron informes de dolor en 59 % de los pacientes que reciben tratamiento antineoplásico y 33 % de los pacientes después de los tratamientos curativos.[9] La prevalencia del dolor crónico por causas diferentes al cáncer —como el dolor lumbar crónico, el dolor de la artrosis, la fibromialgia y las cefaleas crónicas diarias— no se ha caracterizado bien en los pacientes con cáncer. Se ha notificado que este tipo de dolor oscila entre 2 y 76 %, de acuerdo con la población de pacientes y la forma de evaluación del dolor.[12-15]

Síndromes de dolor relacionadas con la infusión

La infusión de quimioterapia intravenosa produce cuatro síndromes de dolor: espasmo venoso, flebitis química, extravasación vesicante y crisis relacionadas con antraciclina.[16-18] El espasmo venoso se trata mediante la aplicación de una compresa caliente o la disminución en la velocidad de la infusión. La flebitis química puede ser el resultado de infusiones de quimioterapia o de otro tipo, como el cloruro de potasio y las soluciones hiperosmóticas.[17] La extravasación vesicante puede producir dolor intenso seguido de descamación y úlceras.[16] La doxorrubicina puede causar una reacción venosa exacerbada que incluye urticaria local, dolor o escozor.[18] Algunas sustancia quimioterapéuticas, como la vinorelbina, pueden causar dolor en el sitio del tumor.[19]

Mucositis relacionada con el tratamiento

La mucositis grave a menudo se presenta como consecuencia de la quimioterapia mielosupresora y la terapia de intensidad estándar.[20] Las sustancias citotóxicas relacionadas por lo común con la mucositis son citarabina, doxorrubicina, etopósido, 5-fluorouracilo y metotrexato. Los inhibidores del receptor del factor de crecimiento epidérmico (RFCE), los inhibidores multidirigidos de tirosina cinasa y los inhibidores del blanco de la rapamicina en los mamíferos también producen mucositis.[21,22] Los factores de riesgo de mucositis incluyen enfermedades orales prexistentes, higiene dental precaria y edad más joven.[20]

Dolor osteomuscular relacionado con la quimioterapia

El paclitaxel genera un síndrome de artralgias y mialgias difusas en 10 a 20 % de los pacientes.[23] Al cabo de 1 a 2 días de la infusión, se presenta dolor articular y muscular difuso que dura una mediana de 4 a 5 días. El dolor surge en la espalda, las caderas, los hombros, los muslos, las piernas y los pies. Soportar peso, caminar o el contacto táctil exacerba el dolor. Los esteroides pueden reducir la tendencia a presentar mialgias y artralgias. Entre las terapias hormonales, los inhibidores de la aromatasa causan síntomas osteomusculares, fracturas osteoporóticas, artralgias y mialgias.[24]

Complicaciones dermatológicas y quimioterapia

Los inhibidores de RFCE causan dermatitis con dolor consiguiente.[25] La incidencia de la neuralgia posherpética aguda es mayor en los pacientes de cáncer, especialmente aquellos con neoplasias hematológicas y los que reciben tratamientos inmunodepresores.[26] Por lo general, el dolor se resuelve dentro de los 2 meses siguientes, pero puede persistir y convertirse en neuralgia posherpética. El síndrome de eritrodisestesia palmoplantar se observa en relación con una infusión continua de 5-fluorouracilo, capecitabina,[27] doxorrubicina liposomal [28] y paclitaxel.[29] Las sustancias dirigidas, como el sorafenib y el sunitinib también se relacionan con un síndrome similar al palmoplantar.[30] Los pacientes presentan hormigueo o ardor palmoplantar, seguidos de una erupción eritematosa. Para el manejo de las complicaciones, a menudo es necesario suspender o reducir la dosis de tratamiento.

Tratamientos complementarios y dolor

Los tratamientos complementarios pueden causar dolor, como lo ejemplifica la osteonecrosis de la mandíbula relacionada con los bisfosfonatos.[31] El uso de corticosteroides también se relacionó con la presentación de necrosis avascular.[32]

Dolor inducido por radiación

La radiación causa varios síndromes de dolor, incluso mucositis, inflamación de la mucosa en las áreas que reciben la radiación, exacerbaciones de dolor y dermatitis por radiación. Los pacientes pueden experimentar dolor por la braquiterapia y por la posición durante el tratamiento con radiación (es decir, ubicación en una camilla de tratamiento con radiación).[33]

Efecto en el funcionamiento y la calidad de vida

El dolor del cáncer se relaciona con un aumento del sufrimiento emocional. Tanto la duración del dolor como la intensidad del dolor se correlacionan con el riesgo de presentar depresión. Los pacientes de cáncer se incapacitan durante un promedio de 12 a 20 días por mes; 28 a 55 % no pueden trabajar debido a su cáncer.[34] Los sobrevivientes de cáncer pueden experimentar angustia cuando su dolor persiste de forma inesperada después de la finalización de los tratamientos del cáncer.[35] Los sobrevivientes también experimentan pérdida de apoyo de su equipo anterior de atención de la salud a medida que los oncólogos dejan a los pacientes a cargo de proveedores de atención primaria.
En un estudio, entre 20 y 50 % de los pacientes de cáncer continuaron experimentando dolor y limitaciones funcionales años después del tratamiento.[36] El dolor no tratado conduce a solicitudes de suicidio asistido por el médico.[37] El dolor no tratado también conduce a hospitalizaciones innecesarias y visitas a los servicios de urgencias.[38]
Bibliografía
  1. Hui D, Bruera E: A personalized approach to assessing and managing pain in patients with cancer. J Clin Oncol 32 (16): 1640-6, 2014. [PUBMED Abstract]
  2. Reddy A, de la Cruz M, Rodriguez EM, et al.: Patterns of storage, use, and disposal of opioids among cancer outpatients. Oncologist 19 (7): 780-5, 2014. [PUBMED Abstract]
  3. Merskey H, Bogduk N, eds.: Classification of Chronic Pain: Description of Chronic Pain Syndromes and Definitions of Pain Terms. 2nd ed. Seattle, Wash: IASP Press, 1994. Also available online. Last accessed April 13, 2017.
  4. Davis MP, Walsh D: Epidemiology of cancer pain and factors influencing poor pain control. Am J Hosp Palliat Care 21 (2): 137-42, 2004 Mar-Apr. [PUBMED Abstract]
  5. Oldenmenger WH, de Raaf PJ, de Klerk C, et al.: Cut points on 0-10 numeric rating scales for symptoms included in the Edmonton Symptom Assessment Scale in cancer patients: a systematic review. J Pain Symptom Manage 45 (6): 1083-93, 2013. [PUBMED Abstract]
  6. Bandieri E, Romero M, Ripamonti CI, et al.: Randomized Trial of Low-Dose Morphine Versus Weak Opioids in Moderate Cancer Pain. J Clin Oncol 34 (5): 436-42, 2016. [PUBMED Abstract]
  7. Fischer DJ, Villines D, Kim YO, et al.: Anxiety, depression, and pain: differences by primary cancer. Support Care Cancer 18 (7): 801-10, 2010. [PUBMED Abstract]
  8. Bruera E, Kim HN: Cancer pain. JAMA 290 (18): 2476-9, 2003. [PUBMED Abstract]
  9. van den Beuken-van Everdingen MH, de Rijke JM, Kessels AG, et al.: Prevalence of pain in patients with cancer: a systematic review of the past 40 years. Ann Oncol 18 (9): 1437-49, 2007. [PUBMED Abstract]
  10. Green CR, Hart-Johnson T: Cancer pain: an age-based analysis. Pain Med 11 (10): 1525-36, 2010. [PUBMED Abstract]
  11. Gutgsell T, Walsh D, Zhukovsky DS, et al.: A prospective study of the pathophysiology and clinical characteristics of pain in a palliative medicine population. Am J Hosp Palliat Care 20 (2): 140-8, 2003 Mar-Apr. [PUBMED Abstract]
  12. Caraceni A, Portenoy RK: An international survey of cancer pain characteristics and syndromes. IASP Task Force on Cancer Pain. International Association for the Study of Pain. Pain 82 (3): 263-74, 1999. [PUBMED Abstract]
  13. Barbera L, Molloy S, Earle CC: Frequency of non-cancer-related pain in patients with cancer. J Clin Oncol 31 (22): 2837, 2013. [PUBMED Abstract]
  14. Childers JW, King LA, Arnold RM: Chronic Pain and Risk Factors for Opioid Misuse in a Palliative Care Clinic. Am J Hosp Palliat Care 32 (6): 654-9, 2015. [PUBMED Abstract]
  15. Massaccesi M, Deodato F, Caravatta L, et al.: Incidence and management of noncancer pain in cancer patients referred to a radiotherapy center. Clin J Pain 29 (11): 944-7, 2013. [PUBMED Abstract]
  16. Sauerland C, Engelking C, Wickham R, et al.: Vesicant extravasation part I: Mechanisms, pathogenesis, and nursing care to reduce risk. Oncol Nurs Forum 33 (6): 1134-41, 2006. [PUBMED Abstract]
  17. Pucino F, Danielson BD, Carlson JD, et al.: Patient tolerance to intravenous potassium chloride with and without lidocaine. Drug Intell Clin Pharm 22 (9): 676-9, 1988. [PUBMED Abstract]
  18. Curran CF, Luce JK, Page JA: Doxorubicin-associated flare reactions. Oncol Nurs Forum 17 (3): 387-9, 1990 May-Jun. [PUBMED Abstract]
  19. Long TD, Twillman RK, Cathers-Schiffman TA, et al.: Treatment of vinorelbine-associated tumor pain. Am J Clin Oncol 24 (4): 414-5, 2001. [PUBMED Abstract]
  20. Peterson DE, Lalla RV: Oral mucositis: the new paradigms. Curr Opin Oncol 22 (4): 318-22, 2010. [PUBMED Abstract]
  21. Lacouture ME, Anadkat MJ, Bensadoun RJ, et al.: Clinical practice guidelines for the prevention and treatment of EGFR inhibitor-associated dermatologic toxicities. Support Care Cancer 19 (8): 1079-95, 2011. [PUBMED Abstract]
  22. Boers-Doets CB, Epstein JB, Raber-Durlacher JE, et al.: Oral adverse events associated with tyrosine kinase and mammalian target of rapamycin inhibitors in renal cell carcinoma: a structured literature review. Oncologist 17 (1): 135-44, 2012. [PUBMED Abstract]
  23. Loprinzi CL, Maddocks-Christianson K, Wolf SL, et al.: The Paclitaxel acute pain syndrome: sensitization of nociceptors as the putative mechanism. Cancer J 13 (6): 399-403, 2007 Nov-Dec. [PUBMED Abstract]
  24. Coleman RE, Bolten WW, Lansdown M, et al.: Aromatase inhibitor-induced arthralgia: clinical experience and treatment recommendations. Cancer Treat Rev 34 (3): 275-82, 2008. [PUBMED Abstract]
  25. Lynch TJ Jr, Kim ES, Eaby B, et al.: Epidermal growth factor receptor inhibitor-associated cutaneous toxicities: an evolving paradigm in clinical management. Oncologist 12 (5): 610-21, 2007. [PUBMED Abstract]
  26. Portenoy RK, Duma C, Foley KM: Acute herpetic and postherpetic neuralgia: clinical review and current management. Ann Neurol 20 (6): 651-64, 1986. [PUBMED Abstract]
  27. Gressett SM, Stanford BL, Hardwicke F: Management of hand-foot syndrome induced by capecitabine. J Oncol Pharm Pract 12 (3): 131-41, 2006. [PUBMED Abstract]
  28. Alberts DS, Garcia DJ: Safety aspects of pegylated liposomal doxorubicin in patients with cancer. Drugs 54 (Suppl 4): 30-5, 1997. [PUBMED Abstract]
  29. Vukelja SJ, Baker WJ, Burris HA 3rd, et al.: Pyridoxine therapy for palmar-plantar erythrodysesthesia associated with taxotere. J Natl Cancer Inst 85 (17): 1432-3, 1993. [PUBMED Abstract]
  30. Chu D, Lacouture ME, Fillos T, et al.: Risk of hand-foot skin reaction with sorafenib: a systematic review and meta-analysis. Acta Oncol 47 (2): 176-86, 2008. [PUBMED Abstract]
  31. Prommer EE: Toxicity of bisphosphonates. J Palliat Med 12 (11): 1061-5, 2009. [PUBMED Abstract]
  32. Mattano LA Jr, Devidas M, Nachman JB, et al.: Effect of alternate-week versus continuous dexamethasone scheduling on the risk of osteonecrosis in paediatric patients with acute lymphoblastic leukaemia: results from the CCG-1961 randomised cohort trial. Lancet Oncol 13 (9): 906-15, 2012. [PUBMED Abstract]
  33. Ripamonti CI, Bossi P, Santini D, et al.: Pain related to cancer treatments and diagnostic procedures: a no man's land? Ann Oncol 25 (6): 1097-106, 2014. [PUBMED Abstract]
  34. Brown LF, Kroenke K, Theobald DE, et al.: The association of depression and anxiety with health-related quality of life in cancer patients with depression and/or pain. Psychooncology 19 (7): 734-41, 2010. [PUBMED Abstract]
  35. Jim HS, Andersen BL: Meaning in life mediates the relationship between social and physical functioning and distress in cancer survivors. Br J Health Psychol 12 (Pt 3): 363-81, 2007. [PUBMED Abstract]
  36. Harrington CB, Hansen JA, Moskowitz M, et al.: It's not over when it's over: long-term symptoms in cancer survivors--a systematic review. Int J Psychiatry Med 40 (2): 163-81, 2010. [PUBMED Abstract]
  37. Foley KM: The relationship of pain and symptom management to patient requests for physician-assisted suicide. J Pain Symptom Manage 6 (5): 289-97, 1991. [PUBMED Abstract]
  38. Mayer DK, Travers D, Wyss A, et al.: Why do patients with cancer visit emergency departments? Results of a 2008 population study in North Carolina. J Clin Oncol 29 (19): 2683-8, 2011. [PUBMED Abstract]
  • Actualización: 23 de junio de 2017








Cancer Pain (PDQ®)—Health Professional Version - National Cancer Institute

National Cancer Institute

Cancer Pain (PDQ®)–Health Professional Version



SECTIONS



Changes to This Summary (06/29/2017)

The PDQ cancer information summaries are reviewed regularly and updated as new information becomes available. This section describes the latest changes made to this summary as of the date above.
Revised text about radiation-induced pain (cited Chow et al. as reference 34).
Added text about a study of dexamethasone to reduce the incidence of radiation-induced pain flares (cited Chow et al. as reference 111).
Added text about pain flares (cited Chow et al. as reference 24).
This summary is written and maintained by the PDQ Supportive and Palliative Care Editorial Board, which is editorially independent of NCI. The summary reflects an independent review of the literature and does not represent a policy statement of NCI or NIH. More information about summary policies and the role of the PDQ Editorial Boards in maintaining the PDQ summaries can be found on the About This PDQ Summary and PDQ® - NCI's Comprehensive Cancer Database pages.
  • Updated: June 29, 2017

No hay comentarios:

Publicar un comentario