INDAGAN EN EL IMPACTO DE INHIBIR PARP
Mutaciones hereditarias pueden perfilar un tratamiento más preciso en cáncer de próstata metastásico
Un estudio presentado en una reunión de la sociedad de cáncer americana avala los tratamientos estándar a los pacientes con mutaciones en genes de reparación del ADN, pues a pesar de su mutación, se benefician igual que aquellos que no las sufren, a la espera de que concluyan ensayos con tratamientos más específicos.
Redacción | 08/02/2018 17:00
Imagen de un tumor de próstata radiotratado. (DM)
Joaquín Mateo, investigador principal del Grupo de Investigación Traslacional en Cáncer de Próstata del VHIO, de reciente creación, acaba de presentar en la reunión sobre tumores genitourinarios de la Asociación Americana de Oncología Médica (ASCO) en San Francisco los resultados de un estudio que concluye que los pacientes con cáncer de próstata metastásico que sufren unas mutaciones en genes reparadores del ADN se siguen beneficiando de los tratamientos estándares para este tipo de tumores. A pesar de que esos tratamientos están dirigidos a la base hormonal del cáncer de próstata, y no a la mutación genética, a la vista de los resultados obtenidos por el equipo de Mateo parece que estas mutaciones no afectan a la eficacia del tratamiento. La presentación de este trabajo -observacional, retrospectivo e internacional- coincide con su publicación en la revista European Urology.
El cáncer de próstata es uno de los más frecuentes en los varones, y en 2017 fue, según datos de Sociedad Española de Oncología Médica, el tumor que se diagnosticó con más frecuencia en varones, con unos 30.000 nuevos casos en España. A veces se habla del cáncer de próstata como un tumor de evolución larga y lenta que afecta a ancianos y que se trata de forma poco agresiva, pero la realidad es que a causa de este tumor mueren anualmente, solo en el territorio español, casi 6.000 personas, y que en muchas ocasiones se comporta de forma agresiva, genera metástasis, y a veces incluso aparece tempranamente.
Por ello, no cesan los estudios para entender qué es lo que determina que estos tumores se comporten de un modo tan distinto entre ellos; y el VHIO, que ya dispone del Grupo de Investigación Clínica del programa de Tumores Genitourinarios, del SNC y Sarcoma, dirigido por Joan Carles, ha reforzado esta área con la llegada en noviembre del Joaquín Mateo para poder trabajar de modo totalmente traslacional, buscando tratamientos novedosos que se puedan transferir del laboratorio a la clínica gracias al trabajo coordinado entre estos dos grupos.
Hasta fechas recientes se creía que el cáncer de próstata era una enfermedad que dependía exclusivamente de la vía de las hormonas masculinas. Esta concepción había motivado que la mayoría de los tratamientos para esta enfermedad se enfocasen exclusivamente a controlar esas hormonas. Sin embargo, recientes investigaciones han hecho que se esté cambiando el modo de entenderlo.
Precisamente fue un trabajo en el que participó Joaquín Mateo el que motivó este cambio. En 2015, un estudio publicado en Cell puso de manifiesto que hasta un 20-25 por ciento de los pacientes con cáncer de próstata metastásico presentaban mutaciones relacionadas con la reparación del ADN, con mutaciones en el gen BRCA u otros similares. En 2016, Mateo y sus colaboradores publicaron en The New England Journal of Medicine que la mutación había sido heredada al nacer en la mitad de estos casos (aproximadamente 1/10 pacientes con cáncer de próstata metastásico). Eso motivó que estas mutaciones se empezaran a tener en cuenta en los pacientes con cáncer de próstata, como ya sucede con otros tumores de mama u ovario. Estos estudios abrieron la puerta a pensar si estos pacientes con mutaciones podrían responder mejor a otros tratamientos si se conocía de antemano que sufrían esta mutación.
Un ensayo dirigido por Mateo en el Hospital Royal Marsden de Londres identificó que algunos de estos pacientes con mutaciones responden a los inhibidores de PARP, que ya están aprobados en el caso del cáncer de mama metastásico en portadoras de mutaciones de BRCA, por ejemplo, y ha llevado a la apertura de varios ensayos clínicos internacionales en cáncer de próstata que están en marcha ahora mismo. El siguiente paso fue seguir a estos pacientes para ver su respuesta al tratamiento una vez conocida la mutación y si esta alteración podía afectar a la eficacia del tratamiento.
En total se analizaron los resultados de 390 pacientes de cáncer de próstata metastásico en los cuales se sabía el estado de la mutación en genes reparadores del ADN, para de este modo valorar como habían respondido ante los tratamientos estándares. "Los resultados indican que los pacientes con mutaciones en los genes BRCA siguen beneficiándose del tratamiento estándar de manera similar a otros pacientes de cáncer de próstata metastásico que no las sufren, con una media de supervivencia global y de progresión libre de enfermedad similares", explica Mateo. Tampoco se observaron diferencias significativas en la tasa de respuesta en tratamiento de primera línea. Además, se observó que entre los pacientes con mutaciones había una tendencia hacia una mayor supervivencia global en aquellos que habían participado en estudios con inhibidores de PARP o platinos.
"Es la primera vez que se hace un análisis de estas características, ya que es la primera cohorte de pacientes de la que tenemos datos a largo plazo después de recibir inhibidores de PARP y platinos. Lo que vemos es que estos pacientes con mutaciones se benefician de los tratamientos estándares, pero además podrían tener opciones adicionales de tratamiento, lo cual es importante de cara a planear la estrategia de tratamiento a largo plazo", expone Mateo. "Es cierto que son datos todavía muy preliminares, pero nos invitan a ser optimistas. De hecho, en el VHIO disponemos de diversos ensayos con inhibidores de PARP para cáncer de próstata", concluye.
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