martes, 6 de julio de 2010

El anticoagulado crónico debe ser controlado desde la AP - DiarioMedico.com


José Ramón de Berrazueta y Antonio García del Río, en el congreso autonómico de Semergen.
José Ramón de Berrazueta y Antonio García del Río, en el congreso autonómico de Semergen. (Roberto Ruíz)

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ESPAÑA
NUEVOS FÁRMACOS MEJORAN EL MANEJO DE PROBLEMAS TROMBÓTICOS
El anticoagulado crónico debe ser controlado desde la AP
La introducción de los nuevos anticoagulantes ha aumentado las opciones de prevención y tratamiento de las alteraciones trombóticas, tanto de origen venoso como arterial. El médico de atención primaria (AP) tiene una labor esencial en este tipo de pacientes.


Santiago Rego Santander - Miércoles, 7 de Julio de 2010 - Actualizado a las 00:00h.


El médico de atención primaria está "muy bien formado" para el tratamiento de los pacientes que requieren terapia de anticoagulación, pero su sistema de formación actual en lo que respecta a cardiología -un solo mes de rotación- es "insuficiente, a pesar de que cerca de un 40 por ciento de los pacientes que atiendan tendrán complicaciones cardiacas. No obstante, la evidencia de un significativo número de nuevos anticoagulantes permite un aumento de las opciones en prevención y terapia de los problemas trombóticos, tanto de origen venoso como arterial", según ha señalado José Ramón de Berrazueta, catedrático de Cardiología de la Universidad de Cantabria y jefe de sección del Hospital Marqués de Valdecilla.

La fibrilación auricular es la arritmia sostenida más común en la clínica y su gestión implica prevenir el ictus, controlar la frecuencia y corregir el ritmo

Berrazueta ha codirigido el taller Nuevos retos en anticoagulación junto a José Antonio García del Río, médico de familia del centro de salud Centro de Santander, dentro del VI Congreso de Semergen Cantabria, donde ambos expertos han puesto de relieve que las investigaciones en marcha tienen ya muy avanzadas nuevas terapias que reemplazarán a las sustancias anticoagulantes actuales, algunas de ellas usadas desde hace varias décadas, por otros compuestos que permitan, en un escenario cercano, una anticoagulación oral prolongada y más conveniente.

De entrada, el catedrático ha dicho que la fibrilación auricular (FA) es la arritmia sostenida más común en la práctica clínica, lo que obliga a una rápida respuesta al reducirse el periodo de llenado ventricular con consecuencias muy negativas: el aumento de la presión venosa, la reducción del gasto cardiaco, y la determinación de la insuficiencia cardiaca e isquemia miocárdica.

El paciente con prótesis valvular sí es susceptible de derivación al cardiólogo hospitalario para mantener una supervisión periódica

"La falta de contracción auricular induce a la formación de trombos con alto riesgo de embolismo sistémico y, de hecho, la cardioversión de la fibrilación auricular se asocia con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular. De ahí que la gestión de la FA implique tres objetivos: prevención del ictus, control de la frecuencia y corrección de la alteración del ritmo. Es necesario, pues, un enfoque adecuado para tratamientos antitrombóticos en la prevención del accidente cerebrovascular. Una estrategia correcta y el uso seguro de lo antiguo y de los nuevos fármacos anticoagulantes nos llevará al buen camino clínico", ha añadido el jefe de sección del Marqués de Valdecilla.

Derivación
¿Cuándo debe derivar entonces el médico de familia al cardiólogo hospitalario? Berrazueta sostiene que los pacientes que llevan una prótesis valvular deben estar bajo la supervisión periódica del cardiólogo, lo que no quita para que el médico de familia y el hematólogo controlen la terapia anticoagulante y otras patologías recurrentes, "porque cuando hay una complicación importante impera el sentido común y entonces el médico de familia pide ayuda o consejo de manera responsable. Pero, en general, el enfermo crónico lo controla el médico de familia", ha observado. Y cuando hay de por medio una fibrilación auricular aislada, la mayor parte de los médicos de familia maneja muy bien en el centro de salud este cuadro clínico, tanto el control de la frecuencia cardiaca como la terapia anticoagulante. "Sólo cuando se descontrola por insuficiencia cardiaca estaría justificada la derivación a especializada. No obstante, el cardiólogo también podría manejar este cuadro cuando ya no existe patología cardiaca de base ni fallo estructural del corazón, pero presenta entradas y salidas de la arritmia, lo cual siempre entraña un peligro".

El docente ha recordado que unos tres millones de personas en todo el mundo padecen cada año ictus relacionados con la FA; que sus efectos suelen ser especialmente graves e incapacitantes, y que la mitad de los casos fallece en el plazo de un año.

Berrazueta ha destacado los buenos resultados que se están observando con un nuevo fármaco, el dabigatrán etexilato, que ha calificado de "pionero dentro de una nueva generación de anticoagulantes orales/inhibidores directos de la trombina, concebidos para cubrir la prevención y el tratamiento de enfermedades tromboembólicas agudas y crónicas".

Ha comentado en esta línea que los datos presentados en la LIX Reunión Anual del Colegio Americano de Cardiología muestran que el dabigatrán etexilato (dosis de 150 mg dos veces al día) reduce la tasa de ictus y embolia sistémica en pacientes con FA en mayor medida que la warfarina, el tratamiento de referencia actual, e independientemente del perfil de riesgo de ictus de los pacientes. "Es tan eficaz como Sintrom, actúa únicamente sobre la trombina y el paciente requiere menos controles, además de reducir la posibilidad de una embolia sin aumentar el riesgo de sangrado. Éste es un primer fármaco, pero vendrán otros muchos".
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