viernes, 16 de julio de 2010

Los estudios médicos en los que participan niños podrían ser propensos al sesgo: MedlinePlus



Los estudios médicos en los que participan niños podrían ser propensos al sesgo
Los ensayos financiados por la industria farmacéutica tienen un mayor riesgo de alteración que los financiados por el gobierno u organizaciones sin fines de lucro, de acuerdo con una revisión


Dirección de esta página: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_101123.html (*estas noticias no estarán disponibles después del 10/13/2010)

Alan Mozes
Traducido del inglés: Jueves, 15 de julio, 2010

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MIÉRCOLES, 14 de julio (HealthDay News/HolaDoctor) -- Una revisión de cerca de 150 estudios publicados recientemente sobre salud infantil encontró que aproximadamente la mitad estaban en alto riesgo de arrojar resultados sesgados y distorsionados, señalan los investigadores.

La revisión de ensayos clínicos pediátricos de la Johns Hopkins encontró que entre el 40 y 60 por ciento tenían defectos de diseño que podrían resultar en sesgos, o que los investigadores no describieron de manera adecuada las medidas que adoptaron para minimizar ese riesgo.

El hallazgo, del cual se informa en la edición de agosto de Pediatrics, se deriva de una revisión de 146 ensayos controlados aleatorios en niños que aparecieron en una de ocho revistas médicas de prestigio entre 2007 y 2008, entre ellas Pediatrics, Pediatric Infectious Diseases, Journal of Pediatrics, Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine, Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry, The Journal of the American Medical Association, The New England Journal of Medicine y The Lancet.

Dirigidos por el médico pediatra Michael Crocetti del Centro Infantil de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, los autores de la revisión observaron que todas las revistas están bien consideradas y que las tres últimas son las publicaciones de medicina de interés general más prestigiosas del mundo.

"En estos momentos, hay miles de ensayos pediátricos que se están llevando a cabo en todo el mundo, y dado el riesgo de resultados distorsionados, debemos asegurarnos de vigilar la forma en que se diseñan, realizan y evalúan estos estudios", dijo Crocetti en un comunicado de prensa del editor de la revista. "Nuestra revisión es un paso en esa dirección".

Para comprender el potencial de los problemas de sesgo en ensayos que tienen que ver con niños, Crocetti y sus colegas observaron qué tan bien manejaban los estudios la asignación aleatoria de pacientes a diferentes opciones de tratamiento, una característica clave del estándar por excelencia en materia de investigación.

Además, examinaron hasta qué grado los pacientes y los médicos desconocían si cualquier paciente recibía o no uno de los medicamentos del estudio o una píldora de azúcar (que se conoce como placebo).

Los investigadores encontraron que en el 41 por ciento de los ensayos revisados no se habían establecido ni descrito de forma adecuada los procedimientos "aleatorios" utilizados.

Por ejemplo, la mayoría de los estudios (57 por ciento) no utilizaban las técnicas de anonimato o de "ciego" de forma correcta para garantizar que ni los médicos ni los pacientes supieran qué paciente recibía cuál tratamiento u olvidaban describirlas con claridad, mientras que casi el 20 por ciento no aplicaba suficientes técnicas de "ciego" para mantener dicha información encubierta, explicaron los autores.

En particular, los estudios que fueron financiados por compañías farmacéuticas y/o fabricantes de dispositivos médicos eran seis veces más propensos a tener un alto riesgo de sesgo en la asignación aleatoria de sujetos a diversos tratamientos, en relación con los estudios financiados por organizaciones sin fines de lucro o por el gobierno.

"La financiación de la industria es un motor importante de descubrimientos médicos, pero es vital que los investigadores que participan en tales procesos garanticen no sólo que los estudios son concebidos y ejecutados de manera cuidadosa con un mínimo riesgo de sesgo, sino que las precauciones adoptadas contra los sesgos sean reportadas de manera transparente", explicó Crocetti en el comunicado de prensa.

Además, los estudios que no se registraban en una base de datos pública, según lo recomienda el Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas, eran mucho más propensos a tener defectos de diseño, lo que podría aumentar los sesgos. Menos del 60 por ciento de los ensayos pediátricos revisados se registraban de esa manera.

Como resultado de sus hallazgos, el equipo de la Hopkins instó a los pediatras a aplicar el sentido común cuando lean nuevos trabajos pediátricos publicados, sobre todo si las conclusiones tienen el potencial de alterar de forma drástica la práctica médica actual.


Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTE: Pediatrics, news release, July 12, 2010


HealthDay

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