jueves, 15 de diciembre de 2011

Los árboles de la vida | Noticias | elmundo.es

EXPOSICIÓN | Pintura terapéutica

Los árboles de la vida

María Ramírez Meca

  • María plasmó sus meses de diálisis y el proceso de su trasplante en la pintura

Creyeron que era estrés, que el exagerado cansancio de María se esfumaría en cuanto descansara un poco. Pero después de hacerle muchas pruebas, un día la llamaron al trabajo. "Vente al hospital", le dijeron. Y el diagnóstico de una insuficiencia renal crónica en fase terminal la pilló por sorpresa y la dejó en estado de shock. Tanto, que la única manera que encontró para desahogarse y expresar sus sentimientos fue la pintura. Cuatro años y 17 cuadros de árboles después ha recibido un trasplante y expone su obra en Barcelona.

"De un día para otro me encontré con que tenía una insuficiencia renal grave, que debía entrar en diálisis y que mi única esperanza era aguardar por un trasplante. Fue durísimo. No me lo creía ni entendía por qué yo, que siempre llevé una vida muy sana y hacía deporte", recuerda María Ramírez Meca a ELMUNDO.es.

"De la incredulidad inicial pasé a la vulnerabilidad, a darme cuenta de que la vida es un soplo", añade.
Empezaron entonces sus ganas de luchar por la vida y su convencimiento de que ésta dependía de la ciencia médica. Por eso eligió el árbol como motivo pictórico e hilo conductor de su obra. La necesidad de compatibilizar los sentimientos y la parte más animal del ser humano (el árbol de la vida) con la razón y el método (el árbol de la ciencia). Sólo el equilibrio de ambos proporcionaría su supervivencia.

Cuadro a cuadro, María refleja las emociones con las que ha ido lidiando todo este tiempo. "Han sido momentos muy difíciles", reconoce, "y todos los árboles significan algo, pero hay uno, titulado 'saturación' que refleja la época más dura de todas. Por eso, el cuadro es también el más negro. Fue un punto en el que pensé en tirar la toalla, no quería vivir más. Pero la gente que me quiere me hizo ver que no podía rendirme y a partir de ahí empiezo a confiar otra vez en el futuro", rememora.

Las primeras fases que reflejan sus pinturas, durante la diálisis, dan título a los cuadros y son: 'En silencio', 'Incredulidad', 'Petrificación', 'Sufrimiento acompañado', 'Soledad acompañada', 'Deseo Desesperado' y 'Saturación'. Después, cuando se acerca la hora del trasplante, los sentimientos son más alegres y dan paso a 'Sueños necesarios', 'Vivir de pie', 'Otra oportunidad' y 'Renacer'.

Por último, María pinta 'Los que esperan', una obra con la colaboración de más de 140 personas, todas ellas cercanas a la realidad que supone vivir pendiente de un trasplante: médicos, enfermeras, familiares, amigos y enfermos. Ella lo recibió en el mes de julio y se encuentra bastante bien. "Me ha cambiado la vida. Puedo hacer cosas sin tener que planificarlo todo. Es como nacer otra vez", admite.

Aunque nunca pintó los árboles para que los vieran otros, sino para desahogarse, cuando escuchó que en 2010 habían descendido las donaciones -por un descenso de los accidentes de tráfico, fundamentalmente- pensó que quizás sus cuadros podrían ayudar a otros, que podrían lanzar un mensaje positivo. Lo mismo creyó la Fundación Catalana de Trasplantes, que organiza la exposición.


La muestra 'Ciencia y Vida-Vida y Ciencia' de María Ramírez Meca se expone en la sala Arts Santa Mònica (La Rambla, 7) de Barcelona hasta el próximo 18 de diciembre.
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