jueves, 3 de enero de 2013

Dermatitis puede producir errores de lectura de las huellas dactilares: MedlinePlus

Dermatitis puede producir errores de lectura de las huellas dactilares: MedlinePlus

 

Dermatitis puede producir errores de lectura de las huellas dactilares


Traducido del inglés: miércoles, 2 de enero, 2013
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Por kathleen Raven
2 ene (Reuters) - Los adultos con sequedad excesiva en la piel de las manos son cuatro veces más propensos que el resto a tener problemas cuando deben pasar por un sistema computarizado de verificación de la identidad por huellas dactilares, reveló un pequeño estudio de Malasia.
"Dado el creciente uso de la biométrica en la vida cotidiana, la dermatitis en las manos será un gran problema", opinó la autora principal, doctora Lee Chew Kek, dermatóloga de la Universidad UCSI, Kuala Lumpur. "Tendrá efectos en la economía, el trabajo y la seguridad".
Las huellas dactilares siguen siendo la característica individual única más común para identificar personas. Otras características biológicas que se pueden utilizar son el iris del ojo y los patrones de uso de los teclados. Se proyecta que este mercado mundial crecerá 16.000 millones de dólares en cuatro años.
La piel agrietada o inflamada puede alterar el patrón único de las líneas de la huella del dedo pulgar que cada vez se utiliza más como mecanismo de control de seguridad en los bancos o los accesos a edificios.
Un estudio previo de Dinamarca había hallado que el 15 por ciento de la población mundial padece dermatitis en las manos, una inflamación de la piel debido a una reacción alérgica.
Lee comentó que el hospital asiste a los pacientes que no pueden tener sus datos biométricos codificados en el chip de su documento de identidad malayo (MyKad) por problemas de lectura de sus huellas.
Para los autores, es el primer estudio sobre la frecuencia de este problema en las personas con dermatitis.
El equipo reunió a 100 pacientes con dermatitis en el pulgar y a 100 participantes con la piel sana (grupo control). Todos tenían tarjetas MyKad con chips que se podían leer.
Cada paciente realizó tres intentos con cada pulgar para obtener una coincidencia precisa con el escáner de huellas que procesaba las imágenes y las asociaba con los datos de las tarjetas MyKad.
Veintisiete de los 100 pacientes con dermatitis tuvieron problemas con la verificación de las huellas, comparado con apenas dos integrantes del grupo control. Ochenta y cuatro pacientes tenían áreas en sus pulgares sin huella o que aparecían empastadas por la piel dura.
Cuanto mayor era la superficie de la distrofia, había más posibilidades de no pasar la prueba de verificación.
Ambos grupos tenían líneas blancas anormales en las huellas causadas por arrugas o cortes en la piel. Pero cuando el escáner las detectaba, los pacientes con dermatitis eran los que más líneas blancas tenían. El equipo advirtió que los cortes alterarían el patrón de diminutas crestas de las huellas.
A pesar del tamaño del estudio, que publica Archives of Dermatology, tiene gran importancia para los dermatólogos, según opinó el doctor Pieter-Jan Coenraads, de la Universidad de Groninga, Holanda. "La biología humana varía mucho más que lo que piensan las autoridades de seguridad", sostuvo Coenraads, que no participó del estudio.
Steve Fischer, portavoz de la División de Servicios de Información de la Justicia Penal del FBI, dijo por e-mail que "la dermatitis es uno de muchos factores que alteran la calidad de imagen de las huellas dactilares".
Contó que esas alteraciones existen en el Sistema Integrado de Identificación Automatizada de Huellas Dactilares del FBI, que contienen más de 70 millones de registros.
El FBI procesa unas 160.000 huellas dactilares por día y rechaza alrededor de un 3 por ciento por mala calidad de las imágenes. La división de Fischer no posee una estimación de las alteraciones atribuibles a la dermatitis.
Dado que esa enfermedad de la piel es muy común, "existirían muchas personas que tendrán problemas con la tecnología de lectura de las huellas", explicó el doctor Bruce Brod, de la Universidad de Pensilvania y que no participó del estudio.


FUENTE: Archives of Dermatology, online 17 de diciembre del 2012.
Reuters Health

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