Diariomedico.com
ESPAÑA
la red aporta una ingente cantidad de material para la investigación
Tribuna. La importancia de la colosal memoria de la medicina
El autor indaga en el trabajo de embriólogos y genetistas, obstetras y expertos de la reproducción, que han tratado de caracterizar el fenómeno de la gemelación monozigótica, para determinar el tiempo y el modo, las causas y los mecanismos de la duplicación embrionaria.Gonzalo Herranz. Profesor Honorario en el Departamento de Humanidades Biomédicas de la Universidad de Navarra. - Lunes, 28 de Diciembre de 2009 - Actualizado a las 00:00h.
llaves conceptuales:
1. Darwin no sugirió nunca que la polimastia pudiera estar relacionada con la gemelaridad. Ésta se convirtió en un fenómeno regresivo en sello de degeneración de la raza, en un estigma obstétrico
2. La historia es maestra de la vida. La conducta de los médicos de antaño es una lección para nosotros. Sus virtudes y deficiencias son anticipo de características de las publicaciones de hogaño
Las bibliotecas digitalizadas son una ventana abierta a un panorama inmenso, un universo en expansión. Puede uno, sentado ante el ordenador, visitar las mejores bibliotecas, pasarse horas hojeando libros y revistas, saltar de un continente a otro en busca de una publicación. Y puede regresar de esas incursiones con un botín fabuloso, para leer y pensar, buscar y encontrar, cortar y pegar.
Estamos empezando, pero, con lo que ya hoy está disponible en la red, a nadie le faltará materia para el estudio y la investigación. Además, a lo "antiguo", libre de la servidumbre de la propiedad intelectual, se accede gratis. Eso no nos preocupa a los que hemos superado los 75 años: historiar es tarea que apetece a esa edad.
Llevo algún tiempo estudiando, sirviéndome abundantemente de las bibliotecas digitalizadas, la evolución de los datos, las ideas y las elucubraciones con que embriólogos y genetistas, obstetras y expertos de la reproducción han tratado de caracterizar el fenómeno asombroso y todavía no esclarecido de la gemelación monozigótica, para determinar el tiempo y el modo, las causas y los mecanismos de la duplicación embrionaria. Un trabajo que está resultando una continua ocasión de sorpresas.
La gemelación, ¿un atavismo?Una de esas sorpresas es descubrir lo poco que se consultan los textos originales: se habla de ellos, se los cita, pero a ojos vistas está que los autores se contentan muchas veces con manejar fuentes secundarias.
Eso da razón de buena parte de los datos falsos y atribuciones ilusorias que afean la literatura biomédica. Hoy, con el fácil acceso a la literatura digitalizada, esa conducta es menos disculpable.
Hay que ir a las fuentes, porque no hacerlo puede llevarnos a más de una coladura. Vale la pena mostrarlo con un ejemplo, apropiado para este año de Darwin, ya a punto de terminar. En el tiempo que siguió a la publicación de El origen del hombre, se escribieron muchas cosas sobre gemelaridad humana, unas bien fundadas, otras pintorescas. Se debatió con empeño si la gemelación que ahora llamamos dizigótica era un accidente fortuito de la ovulación o era un atavismo, una regresión al pasado filogenético. En revistas, libros y enciclopedias de la época se suele atribuir a Isidore Geoffroy Saint-Hilaire y a Darwin la idea de asociar, como atavismos que mutuamente se refuerzan significativamente, el embarazo múltiple y mamas múltiples.
Pero esa atribución es pura fantasía. Geoffroy Saint-Hilaire concluye sus consideraciones sobre la polimastia señalando que no ve cómo, en la mujer, el aumento del número de mamas puede modificar la función de los órganos de la generación y ser anuncio de una fecundidad extraordinaria. Darwin, por su parte, dice en El origen del hombre que, años atrás, había considerado la polimastia como una reversión, pero que la fuerza de sus argumentos quedó muy debilitada o quizás destruida por los hallazgos de otros autores. Elucubrando sobre la tetilla del varón, imaginó la posibilidad de que en un remotísimo y prolongado pasado los mamíferos machos pudieran haber desarrollado mamas capaces de lactar a sus hijos y así compartir con las hembras la crianza de una numerosa prole. Pero en ningún momento sugirió que la polimastia pudiera estar relacionada con la gemelaridad.
Fueron autores posteriores quienes emparejaron, como atavismos, polimastia y multiparidad, en el entendimiento de que la especie humana, ordinariamente unípara, pudiera descender de lejanos antepasados muy prolíficos y dotados de mamas múltiples. Puesta en circulación la idea, con el prestigioso, pero falsificado, aval de Darwin y Saint-Hilaire, muchos se animaron a divulgarla. Varios libros de texto de obstetricia y embriología se refirieron durante decenios a la naturaleza atávica de la gestación múltiple.
Unos pocos autores, con saña higienista, no se resistieron a embellecerla y amplificarla. La gemelaridad se convirtió así de fenómeno regresivo en sello de degeneración de la raza, en "estigma obstétrico". En revistas médicas serias de aquel tiempo se puede leer que la gemelaridad no sólo provocó el ocaso de las grandes dinastías, sino que era signo precursor de decrepitud familiar y anticipo de trastornos mentales. El extraño concepto de folie gémellaire fue respaldado por prestigiosas autoridades del momento. Por desgracia, para entonces Geoffroy Saint-Hilaire y Darwin habían muerto y no pudieron excluirse del desaguisado.
Maestra de la vidaAl leer la vieja literatura médica, uno no puede evitar la sospecha de que algunos de aquellos médicos, enlevitados y solemnes, se excedían en sus apreciaciones, y no se abstenían de citar de memoria. Son cosas disculpables, dado el carácter polémico de mucho de lo que a la sazón se publicaba. Además, no contaban con el apoyo del sistema de revisión por árbitros ni las facilidades que hoy nos brinda la red.
En ciencia y ética, la historia es maestra de la vida. La conducta de los médicos de antaño es una lección para nosotros. Las virtudes y deficiencias de las publicaciones de antaño son anticipo y prefiguración de las virtudes y deficiencias de las publicaciones de hogaño. Al digitalizar millones de páginas, las bibliotecas virtuales no solo hacen accesibles datos e ideas: ponen también al desnudo el alma de los autores, su respeto por las personas y las cosas, su sinceridad, su mesura y su cuidado de la palabra; pero también su arrogancia gratuita, su frivolidad, el mero cuidado de las apariencias, las extrapolaciones decorativas, los fanatismos ideológicos.
Caveat auctor! Pongamos cuidado al escribir, respetemos a los lectores de ahora y del futuro, porque, queramos o no, nuestras publicaciones serán digitalizadas. Y, seguro, que alguien las escudriñará. Para no merecer su reproche, no citemos de segunda mano: utilicemos las fuentes originales que la red tan generosamente nos brinda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario