Carmen Ayuso
Diariomedico.com
ESPAÑA
SEGÚN UN ESTUDIO DE LA UNIVERSIDAD DE EXTREMADURA
El techo de cristal de las investigadoras
Un reciente estudio de la Universidad de Extremadura (UEX) revela que las mujeres lideran apenas el 20 por ciento de las investigaciones publicadas en Ciencias de la Salud en este entro. El dato sorprende si se tiene en cuenta su predominio en las facultades. DM ha contactado con dos importantes investigadoras españolas, Carmen Ayuso y Rosario Luquin, para saber de primera mano cuáles son los problemas a los que se enfrentan cada día al terminar la licenciatura, y cuáles son los logros que se han conseguido en los últimos años.M.J.P. / A.S.L. - Lunes, 28 de Diciembre de 2009 - Actualizado a las 00:00h.
Desvelar los misterios de la ciencia requiere una dedicación plena y el mérito no siempre se reconoce. Si a esto le añadimos ser mujer, el asunto comienza a ponerse más difícil. Según un estudio de la Universidad de Extremadura (UEX), sólo el 20 por ciento de las investigaciones en Ciencias de la Salud de esta universidad están lideradas por una mujer, mientras que alrededor de un 50 por ciento están dirigidas por un hombre (el resto pertenecen a autores que ya no forman parte de la UEX). María del Rocío Gómez Crisóstomo, una de las participantes en el estudio, aclara que si bien "este trabajo se realizó exclusivamente con los datos referentes a la Universidad de Extremadura, podrían ser aplicados al resto de España".
Los investigadores de la UEX valoraron la autoría principal en función de la posición del nombre. La opción más aceptada, y que fue la que utilizaron, asume que debe ir en primer lugar y en último. De esta manera, por áreas científicas, en Artes y Humanidades las mujeres han liderado algo más del 20 por ciento de los trabajos; sin embargo, debido al escaso número de publicaciones, los investigadores no consideran este dato lo suficientemente representativo, dejando a las Ciencias de la Salud el primer puesto con un 20 por ciento. Las siguen las Ciencias Básicas con un 18 por ciento, e Ingeniería y Arquitectura con tan sólo un 7 por ciento.
Rosario Luquin, neuróloga e investigadora del CIMA de Navarra, asegura que para una mujer ascender es más difícil: "Hay muchas en centros de investigación, pero cuando acaban el doctorado abandonan o se quedan en puestos intermedios. Para un trabajo con igual capacitación las empresas optan por un hombre, y eso sin hablar de salarios. La sociedad, en general, todavía confía más en los hombres sin tener en cuenta la capacitación de las mujeres".
Carmen Ayuso, subdirectora de Investigación de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid también lo ha vivido: "Todavía hay mucha incomprensión. Hay que esforzarse más para tener credibilidad, y no sólo con tus colegas masculinos, también con otras mujeres. Es cierto que hay científicas importantes como Margarita Salas, ministras... Todavía nos queda mucho recorrido. El llamado techo de cristal sí que existe. Para las mujeres hay un límite profesional. Todavía es un mundo muy masculino; no es un reflejo de la sociedad".
Otro informe de la Federación de Jóvenes Investigadores Precarios muestra que si bien predominan las mujeres en los estudios de licenciatura, es justo después, en los estudios de doctorado, cuando se revierte este dato y empiezan a predominar los hombres. La falta de permiso maternal de las becarias en caso de quedarse embarazadas es uno de los factores que más influye cuando la edad para el primer parto está entre los 24 y 34 años en España. Según Luquin, "una de las causas por las que la mujer no lleva una carrera tan brillante es porque tiene que atender a los hijos, y en la sociedad en que vivimos es muy complicado compaginar las dos cosas. Las condiciones sociales no son óptimas para la mujer. El aporte fundamental debe hacerse desde estancias más altas. Si el Estado financiara o diera subvenciones para poder sustituir a esa persona por otra con igual capacitación, la empresa no perdería dinero ni rentabilidad. También ayudaría poder trabajar desde casa o flexibilizar los horarios".
Paso a pasoAyuso apunta que "al acabar la carrera hay que decidir qué quieres hacer con tu vida personal y con tu vida profesional. Conciliar es complicado, requiere mucho esfuerzo. Hay que tener personas en tu entorno que sepan entender tu trabajo y que te ayuden. En esta etapa puede haber problemas de movilidad para hacer el doctorado y eso te limita mucho si ya tienes pareja o familia". Y añade: "También tengo que reconocer que se empieza a sentir cierto apoyo con programas estatales que impulsan la I+D y en algunas instituciones sanitarias. En mi caso debo agradecer haber recibido esta ayuda y respaldo del Instituto de Salud Carlos III y de la Fundación Jiménez Díaz, que tiene en su comité de dirección a tres mujeres en puestos clave: investigación, docencia y enfermería".
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