Asunción Hervás
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ESPAÑA
radioprotectores, en el punto de mira de la I+D
Perfilar la unión de la radiación y otras terapias mejorará el control tumoral
La asociación de la radiación con citostáticos o con agentes biológicos es una de las grandes aportaciones al tratamiento oncológico. Se sabe que eleva el control tumoral y la supervivencia, pero las investigaciones buscan limitar al máximo las toxicidades, así como proteger los tejidos sanos sin restar potencia y efectividad a los tratamientos combinados. Raquel Serrano - Jueves, 24 de Diciembre de 2009 - Actualizado a las 12:07h.
La asociación de terapias ha mostrado que potencia la acción de la irradiación y, por tanto, obtiene mayor control y mejor supervivencia en muchos tumores. De hecho, actualmente es el tratamiento estándar en la mayoría de procesos neoplásicos.
"En los últimos años, además de con la quimioterapia, la irradiación ha empezado a combinarse con las terapias biológicas, unión que aporta ventajas añadidas", ha dicho a DM Asunción Hervás, del Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Ramón y Cajal, de Madrid, centro donde se ha celebrado el I Curso de Tratamientos Combinados en Oncología Radioterápica, coordinado por Hervás y por Alejandro de la Torre, jefe del Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Puerta de Hierro, en Madrid, y en el que también ha participado Branislaw Jeremic, del Instituto del Cáncer de Pulmón de Serbia.
Radioquimioterapia En el encuentro, llevado a cabo dentro de la Escuela Española de Oncología Radioterápica, iniciativa que ha empezado a funcionar este año y que ha impulsado la sociedad española de la especialidad, se ha puesto de manifiesto que las combinaciones más actuales de radioterapia con terapias biológicas se centran en anticuerpos monoclonales (AM), y más concretamente el anti-EGFR cetuximab en cáncer de cabeza y cuello.
No obstante, existen otros muchos ensayos clínicos, en los que participa el equipo del Ramón y Cajal, con agentes como bevacizumab y pamitumumab, entre otros, en localizaciones como el sistema nervioso central o el recto, según Hervás, que considera que "es probable que esta vía suplante a la quimioterapia o se use en combinación".
Según la oncóloga radioterapeuta, la radioterapia sigue siendo el abordaje princeps, mientras que el resto de tratamientos añadidos actúan como moduladores, ya que "si es necesario suspender algún tratamiento, por toxicidad o por mal estado del paciente, lo que se evita es lo que acompaña a la radiación: el quimioterápico o el fármaco biológico".
La potenciación entre unas y otras está mediada por mecanismos biológicos. "Los distintos abordajes se emplean en función de las vías moleculares sobre las que actúan. Esta es su principal ventaja y por eso se emplean fármacos diferentes en cada localización. La conjunción aprovecha el potencial adictivo de cada una y se traduce en un efecto mayor al que se conseguiría si se administraran por separado".
Lógicamente, la respuesta aumenta, pero también lo hacen las toxicidades y, "aunque de manera tolerable en el caso de las terapias biológicas, es un factor que hay que tener en cuenta". Otra importante línea discurre por el ámbito de los denominados fármacos radioprotectores, cuyo objetivo es proteger el tejido sano de los daños producidos por la irradiación, la quimioterapia o los agentes biológicos. Ya existen estudios con una batería de fármacos "que al proteger el tejido sano permitirían intensificar las dosis".
Metronómica En la parte tecnológica, Hervás ha destacado las investigaciones en hipofraccionamiento porque el reto está en cómo integrar los hipofraccionamientos con el resto de terapias. "Es una vía en desarrollo en la que todavía no existen ensayos clínicos. De momento, la administración metronómica emplea dosis muy pequeñas de citostáticos con efecto radiosensibilizante porque actúa sobre la angiogénesis".
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