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ESPAÑA
ESTUDIO SOBRE TRATAMIENTO RADIOTERÁPICO
Una terapia agresiva no empeora la calidad de vida
Elevar las dosis de la radioterapia (RT) en los pacientes con cáncer de próstata puede reducir a la mitad la recurrencia del tumor y no por ello traducirse en peores efectos secundarios. De hecho, diez años más tarde, la calidad de vida de los enfermos era mejor de lo que estudios anteriores auguraban.
DM. Nueva York - Miércoles, 17 de Marzo de 2010 - Actualizado a las 00:00h.
James Talcott, del Centro de Investigación de Resultados del Hospital General de Massachuesetts, ha dirigido un trabajo en el que se observa que un gran número de hombres que recibieron radioterapia por cáncer de próstata consideraba que los efectos indeseados del tratamiento resultaban menos molestos de lo que a priori cabía esperar. Los datos se publican hoy en JAMA.
"Si estos resultados se aprecian en otros trabajos, debería reconsiderarse el impacto a largo plazo en la calidad de vida de los enfermos que reciben estos tratamientos", afirma Talcott.
El ensayo se ha basado en un seguimiento de los participantes de un estudio iniciado a finales de la década de 1990 en el Hospital General de Massachusetts, en Boston, y en la Universidad Loma Linda, en California. El trabajo comparaba los resultados de dos dosis radioterápicas diferentes en la fase inicial del cáncer de próstata.Cinco años después del tratamiento, el grupo que recibió una dosis mayor de radiación redujo la recurrencia del tumor a la mitad, un efecto beneficioso que persistió en los nueve años desde el tratamiento.
Además, los médicos registraron tasas bajas de toxicidad asociada a la radioterapia en ambos grupos de pacientes.En el trabajo actual los científicos recabaron las opiniones de los propios enfermos y sus experiencias. Los cuestionarios planteados incluían preguntas sobre síntomas miccionales, intestinales y sexuales, que se asocian con el tratamiento del cáncer prostático.
Los 280 pacientes que contestaron mostraron, independientemente del grupo de dosis en el que estuvieran, un bajo deterioro en la calidad de vida achacable a los tratamientos.
"Los síntomas que parecen molestar a otros pacientes al poco tiempo de un diagnóstico de cáncer de próstata se ven normales en estos enfermos una década después del tratamiento. Sabemos, como médicos, que los pacientes se adaptan a su situación y aceptan los cambios físicos como normales", matiza Talcott, pero el trabajo demuestra que, en realidad, al cabo del tiempo los efectos del tratamiento se perciben mucho mejor de lo que era de esperar.
(JAMA 2010; 303).
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