Los niños de EE. UU. están expuestos a cuatro horas de televisión de fondo al día, según un estudio
La exposición excesiva afecta negativamente la capacidad de aprendizaje, advierten los médicos
Dirección de esta página: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_129853.html (*estas noticias no estarán disponibles después del 12/31/2012) Traducido del inglés: martes, 2 de octubre, 2012 Los niños más pequeños, los negros y los pobres crecen con incluso más horas de televisión de fondo, en que la televisión está encendida, pero nadie la está viendo u otra persona de la casa la está viendo.
"La cantidad de exposición que hallamos me dejó totalmente sorprendida", señaló la autora del estudio Deborah Linebarger, profesora asociada de educación de la Universidad de Iowa, en Iowa City.
Investigaciones anteriores han hallado que la televisión de fondo (en lugar de realmente ver televisión) parece afectar negativamente las habilidades sociales, el control de los impulsos, así como la capacidad de concentrarse, enfocarse y terminar las tareas.
"Creemos que el problema podría provenir de los efectos de sonido, de los cambios en el diálogo y en el tono de la voz, que en conjunto captan constantemente la atención de un niño y hacen que su atención oscile entre su tarea de juego y la tele", apuntó Linebarger. "Y ese cambio constante dificulta más que aprendan a concentrarse y a prestar atención de forma adecuada".
Para el estudio, que aparece en la edición en línea del 1 de octubre de la revista Pediatrics, Linebarger y colegas encuestaron a casi 1,500 padres y cuidadores de niños de 8 meses a 8 años de edad, en 2009.
Los autores citan estimados que sugieren que el niño estadounidense promedio ve directamente alrededor de 80 minutos de televisión al día desde que nace hasta los 6 años de edad. Las preocupaciones sobre la forma en que esa exposición "frontal" podría impedir el desarrollo se han centrado sobre todo en el impacto potencial a largo plazo de la programación violenta y explícitamente sexual.
En cambio, las inquietudes sobre la exposición a la televisión de fondo se han enfocado menos en el contenido y más en el factor de distracción general. La idea es que la televisión de fondo podría amenazar la capacidad de los niños de prestar atención y ejecutar actividades que no tengan que ver con la televisión.
Se pidió a los participantes de la encuesta que llevaran un diario de un día sobre la exposición de sus hijos a la televisión de fondo. También se les preguntó cuántos aparatos de televisión tenían, cuántos había en una habitación y con qué frecuencia estaba la televisión encendida normalmente.
El resultado: por cada minuto que veían televisión directamente, los niños estaban expuestos a alrededor de tres minutos de televisión indirecta de fondo, y la televisión de fondo daba cuenta de alrededor de 232 minutos de televisión al día, en promedio.
Los bebés menores de dos años eran los que tenían la mayor exposición a la televisión de fondo, con una tasa de 5.5 horas al día, y la exposición declinaba a medida que los niños crecían. Los niños entre los 6 y los 8 años experimentaban un poco menos de tres horas de exposición.
Los niños en las familias que vivían por debajo de la línea de la pobreza veían alrededor de seis horas por día, señaló Linebarger. Los que vivían en hogares de padres solteros experimentaban más de cinco horas al día de exposición, frente a menos de cuatro horas entre los que estaban en hogares con dos padres.
El equipo también halló que los niños negros se enfrentaban a unos mayores niveles de exposición que los que vivían en hogares de blancos: 5.5 horas frente a 3.5 horas.
Los niños con televisiones en sus habitaciones también tenían una mayor exposición a la televisión de fondo.
"Lo que sugerimos es ver televisión con un propósito", apuntó Linebarger. "Encienda la televisión para ver un programa específico, y apáguela cuando se termine. No encienda la televisión para comer o dormir. Y simplemente intente tener en cuenta cuánto tiempo la tiene encendida. Es desafiante, pero simplemente tener más conciencia de cuándo está encendida puede plantear una diferencia en el desarrollo de su hijo".
David Bickham, científico investigador del Centro sobre Medios y Salud Infantil del Hospital Pediátrico de Boston, se hizo eco de las sugerencias de Linebarger.
"La televisión sigue siendo una gran presencia en la familia estadounidense, y hay bastantes datos sustanciales que muestran que la presencia de una televisión puedan interferir con las sesiones de juego de los niños", apuntó. "Y una exposición de cuatro horas al día de televisión de fondo es demasiado. Con el tiempo, ciertamente tiene el potencial de un impacto a largo plazo sobre las habilidades de aprendizaje y de atención de los niños".
Bickham, que también es profesor de pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard en Boston, concurrió en que la televisión debe estar apagada cuando nadie la esté viendo.
"No les decimos a las personas que no la vean en lo absoluto", apuntó. "Simplemente que debemos ser televidentes intencionales cuando la veamos".
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
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