Lunes 15 de octubre de 2012 | Publicado en edición impresa
Nota regular para el menú de los argentinos
Es la conclusión de un informe de la Escuela de Nutrición de la UBA
La calidad de la dieta promedio argentina es un 56% menor que el ideal de la alimentación saludable. Apenas obtendría 44 puntos de un total de 100, de acuerdo con un índice de alimentación saludable elaborado por primera vez por la Cátedra de Política Alimentaria de la Escuela de Nutrición de laUBA, en forma integrada con investigaciones del Programa de Agronegocios y alimentos de la misma universidad, y de la carrera de Nutrición de la Universidad Nacional de Entre Ríos, que compara datos reunidos por los Ministerios de Economía y Agricultura, cámaras empresarias, revistas especializadas, empresas alimentarias y referentes calificados con las metas planteadas por la Organización Mundial de la Salud.
El exhaustivo trabajo, firmado por Sergio Britos, Agustina Saraví, Nuria Chichizola y Florencia Silva, intenta describir en qué medida la dieta promedio ("la mesa") de los argentinos se adecua a una alimentación ideal, y en qué rangos se desvía de lo que se considera una nutrición saludable. Identifica 80 alimentos de todas las categorías y analiza las grasas totales, saturadas y trans, el sodio y azúcares agregados, el consumo de fibra, las calorías dispensables (es decir, las de baja densidad de nutrientes), entre otros.
Ingrediente por ingrediente
Según este informe, el argentino promedio consume unas 750 calorías o un 33% más de las aconsejadas, "un valor que es consistente con la prevalencia de sobrepeso y obesidad que registran las encuestas nacionales del Minsiterio de Salud y otros estudios -escriben los autores-. Desde las metas de la alimentación saludable, las inadecuaciones más importantes se dan en el bajo consumo de hortalizas y frutas, el alto porcentaje de calorías dispensables, azúcar y sodio. En menor medida, la inadecuación de grasas saturadas."
Entre las principales conclusiones del estudio, los investigadores también mencionan las siguientes:
-La calidad de la dieta promedio argentina es un 56% menor que un estándar ideal y las calorías de baja calidad son el doble de lo recomendado.
-El consumo de carne es alto y se da principalmente en sus cortes grasos.
-El consumo de leche y yogur es bajo y se da principalmente en variedades enteras.
-La variedad es muy limitada: seis familias de productos (harinas y pan, carnes, azúcar y dulces, aceites, bebidas y lácteos grasos o enteros) concentran el 80% de las calorías que consumimos.
-Las mayores inadecuaciones en materia de alimentación saludable tienen que ver con tres excesos: sodio, azúcares y cantidades (globales) de alimentos, pero también muchos déficits: hortalizas, frutas, legumbres, pstas y arroz integrales, lácteos no enteros.
"El estudio y el índice sobre alimentación saludable aportan algunas reflexiones que puedan responder a la pregunta ¿cómo seguimos a partir de estos resultados ? -dice Britos, que lideró el trabajo-. Por un lado, hay que subrayar la idea de que cualquier política efectiva debe considerar e intervenir sobre la dieta en su conjunto, más que sobre compartimentos estancos ("el kiosco", "la comida chatarra", "regular la publicidad"). Poner el énfasis de las intervenciones para ampliar la oferta de productos saludables e incentivar tanto su desarrollo como estimular su demanda. Para esto último son claves los comedores escolares como vehículo privilegiado de alimentos saludables, así como también los programas de tarjetas alimentarias que llegan a millones de personas (¿por qué no subsidiar con descuentos las compras "saludables" que hacen los beneficiarios de esas tarjetas ?). Y lo último, así como el MInisterio de Salud ha trabajado en los últimos años, y muy bien, en materia de reducción de sodio y grasas trans, dos desafíos urgentes que hay que atender ahora son los azúcares (su exceso) y los tamaños de las porciones."
Esta tarde, en el Dia Mundial de la Alimentación, la Coordinadora de Industrias y Productos Alimenticios (Copal) y la Sociedad Argentina de Nutrición alertarán sobre la necesidad de promover acciones contra la obesidad y propondrán estrategias para que tanto el sector público como el privado trabajen en conjunto contra esta nueva epidemia.
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