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Institutos Nacionales de la Salud
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Asocian el cambio de horario de verano con un aumento de los infartos
Traducido del inglés: martes, 18 de diciembre, 2012
18 dic (Reuters) - Adelantar el horario de verano generaría un escenario propicio para un pequeño aumento de los infartos al día siguiente, según revela un estudio que responsabilizaría por la situación a la falta de sueño.
Investigadores de dos hospitales de Michigan revisaron seis años de historias clínicas y hallaron que trataban unos 23 infartos el domingo que los estadounidenses cambiaban el horario de verano, comparado con 13 infartos en un domingo habitual.
"Actualmente, la gente quiere saber cómo puede reducir el riesgo de desarrollar enfermedad coronaria y otros trastornos", dijo la doctora Monica Jiddou, autora principal del estudio y cardióloga del Hospital William Beaumont, Royal Oak.
"El sueño es algo que podemos controlar. Hay muchos estudios que demuestran que su calidad puede influir en el estado de salud de una persona", remarcó.
Pero un cardiólogo ajeno al estudio fue cauto al interpretar los resultados. "Nunca pensamos que perder una hora de sueño podría causar infartos. Podría o no ser así", dijo el doctor Steven Nissen, jefe del Departamento de Medicina Cardiovascular Robert y Suzanne Tomsich de la Clínica de Cleveland.
Pero este no es el primer estudio que detecta una conexión entre el cambio horario semianual y la cantidad de infartos.
Para el estudio publicado en The American Journal of Cardiology, el equipo de Jiddou revisó las historias clínicas de 328 pacientes que habían tenido un infarto durante la semana siguiente al cambio de horario de verano entre el 2006 y el 2012, y de 607 pacientes tratados dos semanas antes y después del cambio.
Excepto por el pequeño aumento registrado los domingos con el nuevo horario de verano, el equipo no halló diferencias significativas en la tasa de infarto durante la primera semana posterior al cambio de horario en primavera o en otoño, cuando la población ajusta sus relojes al horario habitual.
Aun así, los autores consideran que las pequeñas tendencias observadas sugieren que el cambio horario estaría asociado con un leve aumento de los infartos en primavera y una leve reducción en otoño.
También opinan que la falta de sueño por el cambio horario podría aumentar los niveles de la hormona del estrés y las sustancias químicas inflamatorias como para generar un infarto, en especial en la población de riesgo.
Aunque el leve aumento de los infartos los días siguientes al cambio horario fue tan pequeño que podría atribuirse al azar, Jiddou dijo que el problema estaría en el tamaño de la muestra estudiada.
"(Los resultados) no son significativos, pero pienso que se deben en gran parte a la poca cantidad de pacientes estudiados", dijo Jiddou. "Los números no son necesariamente sorprendentes, pero las tendencias nos hacen parar y meditar".
FUENTE: The American Journal of Cardiology, online 10 de diciembre del 2012.
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