Transmisión
English: Transmission
El riesgo de contraer citomegalovirus (CMV) a través del contacto ocasional es muy bajo. El virus generalmente se transmite de las personas infectadas a otras personas a través del contacto directo con líquidos corporales, tales como la orina, la saliva y la leche materna. El CMV se transmite a través del contacto sexual y también se puede propagar a través de trasplantes de órganos y transfusiones de sangre.
Las personas que están infectadas por el CMV pueden liberar el virus (pasar el virus al medio ambiente a través de los líquidos corporales infectados, como la orina, la saliva, la sangre y el semen). Los niños pequeños generalmente diseminan el CMV durante varios meses después infectarse por primera vez. Si bien los padres de los niños que están diseminando el virus pueden contraer la infección, el CMV no se transmite fácilmente. De hecho, menos de 1 de cada 5 padres de familia con niños que están diseminando el virus se infectan en el transcurso de un año.
Aunque el CMV puede diseminarse en la leche materna, las infecciones que se producen debido a la lactancia por lo general no producen síntomas ni enfermedad en el recién nacido, y no se recomienda interrumpir la lactancia materna. Debido a que la infección por CMV después del nacimiento puede enfermar a los bebés muy prematuros o de bajo peso al nacer, las madres de estos niños deben consultar a sus proveedores de atención médica acerca de la lactancia.
Transmisión del CMV durante el embarazo
En los Estados Unidos, aproximadamente entre el 30 y el 50% de las mujeres embarazadas nunca han tenido una infección por CMV. Alrededor de 1 a 4 de cada 100 mujeres que nunca antes han tenido una infección por este virus, durante el embarazo contraen la primera infección por CMV (llamada primaria). Cerca de un tercio de las mujeres (33 de cada 100) que se infectan por el CMV por primera vez durante el embarazo transmiten la infección al bebé.
En los Estados Unidos, aproximadamente el 50-80% de las mujeres han contraído la infección por CMV antes de cumplir los 40 años de edad. Si una mujer tiene el CMV antes de quedar embarazada, el riesgo de transmitir el virus a su feto es de 1 caso en 100.
En las mujeres embarazadas, las dos exposiciones más comunes al CMV son a través del contacto sexual con la pareja y por contacto con la orina y la saliva de niños pequeños que tienen la infección por CMV.
Si usted está embarazada o planea un embarazo y le preocupa tener citomegalovirus, hable con su proveedor de atención médica.
No se puede reducir por completo el riesgo de contraer el CMV de los niños pequeños, pero hay algunas medidas que pueden reducir su transmisión (para obtener información más detallada, lea la página sobre Prevención). El objetivo principal de estas medidas es evitar que la orina de los niños y la saliva entren en contacto con sus manos, sus ojos, su nariz o su boca.
Transmisión del CMV a los bebés antes del nacimiento
El CMV se puede transmitir de la mujer embarazada a su feto durante el embarazo. El virus en la sangre de la madre pasa a través de la placenta e infecta la sangre del feto.
En los niños que nacen con la infección por CMV (infección congénita por CMV), aproximadamente 1 de cada 5 tendrá discapacidades permanentes, como discapacidades del desarrollo o pérdida de la audición.
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