LVIII CONGRESO DE HEMATOLOGÍA Y HEMOTERAPIA
La cronificación de las enfermedades hematológicas, un éxito y un reto organizativo
La cronificación en enfermedades hematológicas implica un desafío para el sistema porque los pacientes precisan de un seguimiento cercano y de la colaboración de distintas especialidades por las enfermedades concomitantes derivadas del envejecimiento.
María R. Lagoa. Santiago de Compostela | 20/10/2016 12:04
Concha Boqué, coordinadora del Grupo Español de Hematogeriatría, este jueves en el congreso de la SEHH. (Andrés Panaro)
Éxito es la palabra que define lo conseguido con el tratamiento de las enfermedades hematológicas en los países occidentales. Los avances acaecidos durante los últimos quince años han incrementado la supervivencia hasta el punto que de que estas patologías se están cronificando. Los resultados son especialmente buenos en cáncer hematológico. Concretamente, en leucemia mieloide crónica cromosoma philadelphia positivo (Ph+), la curva de supervivencia no ha alcanzado todavía la mediana y algunos pacientes pueden incluso abandonar el tratamiento; su longevidad es similar a la de las personas de su edad.
Sin embargo, este éxito implica un reto organizativo, según la coordinadora del Grupo Español de Hematogeriatría, Concha Boqué: "Son pacientes que necesitan un soporte diferente, una vigilancia de la toxicidad de los tratamientos, vigilar las interacciones con otros fármacos". Estos pacientes pueden sufrir enfermedades concomitantes derivadas del envejecimiento y, por este motivo, es necesaria una buena coordinación con otras especialidades, como Geriatría o Cardiología. "Y esto es difícil en este momento porque, aunque se ha avanzado, nuestro sistema sanitario continúa organizado por especialidades diferenciadas y los distintos niveles asistenciales siguen siendo compartimentos estancos, pese a la historia clínica electrónica", ha apuntado Boqué.
Una de las soluciones que propone la experta es la intervención de una enfermera gestora de casos, "con rol y formación para ello", que sirva de agente armonizador, transmita la información entre especialistas y haga un seguimiento cercano de los pacientes.
Respuesta terapéutica positiva
La cronificación de las enfermedades hematológicas es uno de los focos de interés de los congresos nacionales que estos días celebran en Santiago de Compostela la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH).
Los resultados que se han presentado en esta reunión científica, que congrega a más de 1.700 hematólogos y profesionales de especialidades afines, indican que el 90 por ciento de los pacientes con leucemia mieloide crónica Ph+ tienen una respuesta positiva al tratamiento, que suele durar entre 6 y 8 años. Cuando la reacción es estable, el 20 por ciento incluso podrá abandonar el tratamiento.
La utilización a partir del año 2000 de los inhibidores de la tirosina cinasa supuso un paso trascendental al lograr controlar la patología. Hasta la irrupción de estos fármacos, la supervivencia media de los pacientes era de cinco años. "Son medicamentos que se dirigen al origen de la enfermedad, inhiben la actividad del cromosoma philadelphia y agotan el pool de células leucémicas en esos 6-8 años", ha explicado la responsable del Grupo de Hematogeriatría.
Nuevas moléculas y terapia celular
Los especialistas esperan conseguir resultados positivos a medio plazo también en otras dolencias graves. "Ahora tenemos un mejor conocimiento de las bases moleculares de las patologías hematológicas más graves y que tienen una mortalidad más precoz, lo que nos permite diseñar medicamentos dirigidos a dianas moleculares", ha afirmado el presidente de la SEHH, José María Moraleda. Asimismo, se han desarrollado nuevos biomarcadores y métodos diagnósticos más sofisticados y precisos, que facilitan el reconocimiento precoz de la enfermedad y su prevención. "Estamos ante una verdadera explosión de medicamentos innovadores, como las moléculas que bloquean vías de señalización o los nuevos anticuerpos monoclonales que, en muchos casos, son disruptivos y pueden curar enfermedades y, en muchos otros, la cronificación de estas condiciones hematológicas", ha destacado Moraleda.
Los inhibidores de la tirosina cinasa de Bruton, aprobados el año pasado, retrasan la recaída en la leucemia linfática crónica. Y los inmunomoduladores e inhibidores de proteosomas consiguen prolongar el intervalo entre tratamientos en mieloma múltiple, aumentando la supervivencia a más de 10 años (dependiendo del estadío), cuando habitualmente se situaba entre 3 y 7 años. "La respuesta es más profunda y duradera", ha comentado Concha Boqué.
La terapia celular es un campo en continuo desarrollo y generador de grandes expectativas. "En nuestra especialidad se ha comprobado que las células pueden utilizarse como un medicamento para curar o aliviar enfermedades. El trasplante de células madre de médula ósea es la terapia celular por excelencia. Los hematólogos vienen practicándolo y perfeccionándolo desde hace más de cinco décadas", ha recordado José María Moraleda.
La cronificación de las enfermedades hematológicas es uno de los focos de interés de los congresos nacionales que estos días celebran en Santiago de Compostela la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH).
Los resultados que se han presentado en esta reunión científica, que congrega a más de 1.700 hematólogos y profesionales de especialidades afines, indican que el 90 por ciento de los pacientes con leucemia mieloide crónica Ph+ tienen una respuesta positiva al tratamiento, que suele durar entre 6 y 8 años. Cuando la reacción es estable, el 20 por ciento incluso podrá abandonar el tratamiento.
La utilización a partir del año 2000 de los inhibidores de la tirosina cinasa supuso un paso trascendental al lograr controlar la patología. Hasta la irrupción de estos fármacos, la supervivencia media de los pacientes era de cinco años. "Son medicamentos que se dirigen al origen de la enfermedad, inhiben la actividad del cromosoma philadelphia y agotan el pool de células leucémicas en esos 6-8 años", ha explicado la responsable del Grupo de Hematogeriatría.
Nuevas moléculas y terapia celular
Los especialistas esperan conseguir resultados positivos a medio plazo también en otras dolencias graves. "Ahora tenemos un mejor conocimiento de las bases moleculares de las patologías hematológicas más graves y que tienen una mortalidad más precoz, lo que nos permite diseñar medicamentos dirigidos a dianas moleculares", ha afirmado el presidente de la SEHH, José María Moraleda. Asimismo, se han desarrollado nuevos biomarcadores y métodos diagnósticos más sofisticados y precisos, que facilitan el reconocimiento precoz de la enfermedad y su prevención. "Estamos ante una verdadera explosión de medicamentos innovadores, como las moléculas que bloquean vías de señalización o los nuevos anticuerpos monoclonales que, en muchos casos, son disruptivos y pueden curar enfermedades y, en muchos otros, la cronificación de estas condiciones hematológicas", ha destacado Moraleda.
Los inhibidores de la tirosina cinasa de Bruton, aprobados el año pasado, retrasan la recaída en la leucemia linfática crónica. Y los inmunomoduladores e inhibidores de proteosomas consiguen prolongar el intervalo entre tratamientos en mieloma múltiple, aumentando la supervivencia a más de 10 años (dependiendo del estadío), cuando habitualmente se situaba entre 3 y 7 años. "La respuesta es más profunda y duradera", ha comentado Concha Boqué.
La terapia celular es un campo en continuo desarrollo y generador de grandes expectativas. "En nuestra especialidad se ha comprobado que las células pueden utilizarse como un medicamento para curar o aliviar enfermedades. El trasplante de células madre de médula ósea es la terapia celular por excelencia. Los hematólogos vienen practicándolo y perfeccionándolo desde hace más de cinco décadas", ha recordado José María Moraleda.
La anemia, lastre de madres e hijos en países emergentes
La situación es bien diferente en los países emergentes. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo hay 2.000 millones de personas con anemia y más del doble con deficiencia de hierro. La enfermedad hematológica más prevalente en los países emergentes, como India, es la anemia, que tiene una prevalencia cercana al 70 por ciento en niños menores de 5 años, y del 55 por ciento en mujeres de entre 15 y 50 años. La anemia ocasiona el 13 por ciento de la mortalidad materna y se asocia a partos prematuros y de bajo peso.
Sólo el 28 por ciento de las mujeres adultas y un 15 por ciento de los niños menores de 3 años consumen regularmente carne, pescado y huevos. "Si no se toman las medidas necesarias, los niños con anemia pueden desarrollar daños en la función cognitiva", ha advertido el profesor Mammen Chandy, director del Tata Medical Center de Calcuta (India). Otro problema importante en este país es el difícil acceso al tratamiento de la anemia y otras enfermedades de la sangre. A tenor de los datos que maneja Chandy, de los 1.200 millones de habitantes que tiene India, sólo el 5 por ciento cuenta con los recursos necesarios para poder adquirir el tratamiento; un 30 por ciento puede más o menos afrontarlo, y el 65 por ciento sólo puede llegar a él si se lo proporciona el Gobierno, las ONGs u otras instituciones.
Sólo el 28 por ciento de las mujeres adultas y un 15 por ciento de los niños menores de 3 años consumen regularmente carne, pescado y huevos. "Si no se toman las medidas necesarias, los niños con anemia pueden desarrollar daños en la función cognitiva", ha advertido el profesor Mammen Chandy, director del Tata Medical Center de Calcuta (India). Otro problema importante en este país es el difícil acceso al tratamiento de la anemia y otras enfermedades de la sangre. A tenor de los datos que maneja Chandy, de los 1.200 millones de habitantes que tiene India, sólo el 5 por ciento cuenta con los recursos necesarios para poder adquirir el tratamiento; un 30 por ciento puede más o menos afrontarlo, y el 65 por ciento sólo puede llegar a él si se lo proporciona el Gobierno, las ONGs u otras instituciones.
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