Pocos avances en los esfuerzos por mejorar la atención ambulatoria
Un gran análisis encuentra declives o estancamiento en muchas medidas básicas de la saludTraducido del inglés: martes, 18 de octubre, 2016
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
LUNES, 17 de octubre de 2016 (HealthDay News) -- Los esfuerzos por mejorar la calidad de la salud en Estados Unidos han tenido poco impacto en muchos aspectos de la atención ambulatoria, muestra un nuevo y abarcador análisis.
Los investigadores examinaron la calidad de la atención en los consultorios (definida como visitas a los médicos, a los ayudantes médicos y a los enfermeros practicantes) entre 2002 y 2013.
Los déficits continuos en la atención "plantean peligros graves para la salud del público estadounidense", concluyeron los autores del estudio.
Por ejemplo, uno de cada cuatro estadounidenses elegibles no recibió la evaluación recomendada para el cáncer.
"Eso no cambió en lo absoluto a lo largo de 10 años, y de hecho empeoró en instancias como la mamografía y las pruebas de exploración del cáncer cervical", señaló el autor del estudio, el Dr. David Levine.
Levine es internista e investigador del Hospital Brigham and Women's y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, en Boston.
Levine y su equipo también identificaron gastos superfluos y un posible daño debido al uso inadecuado de tratamientos y fármacos.
Por ejemplo, a más o menos a la mitad de los estadounidenses que buscaron atención por un virus les recetaron antibióticos. Y esto ocurrió a pesar de las firmes evidencias de que esos medicamentos no combaten las infecciones virales.
El uso excesivo de antibióticos expone a los pacientes a un costo innecesario, a posibles efectos secundarios y a una prevalencia mayor de bacterias resistentes a los antibióticos, explicaron los autores del estudio. Pero el hecho de evitar el uso inadecuado de antibióticos en realidad empeoró a lo largo del periodo del estudio.
Algo importante es que el estudio no refleja los cambios que ocurrieron como resultado de la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio (Affordable Care Act), también conocida como Obamacare. La ampliación del seguro de la ley entró en vigencia tras el periodo de inscripción abierta de octubre de 2013.
Pero los investigadores dijeron que habían esperado ver "cambios mejores y más grandes" en el periodo del estudio, dijo Levine.
El equipo de investigación de Boston reportó sus hallazgos en la edición en línea del 17 de octubre de la revista JAMA Internal Medicine.
El nuevo análisis sigue a un revolucionario trabajo, publicado hace una década, que reveló que los estadounidenses reciben solo más o menos la mitad de la atención recomendada.
Desde entonces, esfuerzos locales, regionales y nacionales se han enfocado en formas de garantizar que los estadounidenses reciban una atención mejor y más segura.
Pero persisten brechas en la atención, según Elizabeth McGlynn, quien dirigió el estudio anterior mientras trabajaba en RAND Health en Santa Mónica, California.
Actualmente, McGlynn es directora del Centro de Investigación sobre la Efectividad y la Seguridad de Kaiser Permanente, en Pasadena, California.
En un comentario que acompañó al estudio, McGlynn y sus colaboradores de Kaiser Permanente y la Universidad de Michigan plantean que medir la calidad no es suficiente para mejorarla.
Usando datos de una encuesta anual nacionalmente representativa de la población adulta de EE. UU., el equipo de Levine evaluó 46 indicadores de calidad. Incluyeron medidas del uso insuficiente y del uso excesivo de los tratamientos médicos, y las experiencias de los pacientes.
Entre 2002 y 2013, la población en conjunto se hizo un poco más vieja, menos blanca, más hispana, con más educación universitaria y menos propensa a fumar, encontró el estudio. Por otra parte, la proporción de estadounidenses con tres o más enfermedades crónicas aumentó del 8 al 18 por ciento.
Aunque el estudio mostró avances modestos en algunas medidas clínicas, otros indicadores de calidad permanecieron sin cambio o incluso sufrieron declives.
En la calidad clínica, el uso adecuado de bloqueadores beta para la insuficiencia cardiaca y de estatinas para el accidente cerebrovascular mostró la mayor mejora. Levine sospecha que esos avances se vieron impulsados por el sistema de reembolso de tarifa por servicio para los proveedores de atención de la salud, que es mayoritario en el país.
"Si uno recomienda algo, al final le reembolsan", apuntó.
Al mismo tiempo, ocurrieron declives en el uso de antihipertensivos conocidos como inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina (ECA) y bloqueadores del receptor de la angiotensina (BRA) en los pacientes con diabetes e hipertensión.
Levine no pudo explicar ese declive. Es "sorprendente, y no resulta alentador", dijo.
De cualquier forma, el porcentaje de adultos que calificaron sus experiencias con la atención de la salud como un 8, un 9 o un 10 de 10 aumentó del 72 al 77 por ciento a lo largo del periodo del estudio. Y las calificaciones de los pacientes sobre el acceso a la atención aumentaron de un 48 a un 58 por ciento.
Otros hallazgos del estudio fueron:
- Más o menos 1 de cada 4 estadounidenses no recibe las pruebas diagnósticas y preventivas recomendadas.
- Casi uno de cada tres estadounidenses no recibe la atención recomendada para la diabetes.
- Alrededor del 60 por ciento de los estadounidenses elegibles no reciben los tratamientos beneficiosos para la enfermedad cardiaca y pulmonar.
- Las pruebas de exploración del cáncer de colon recomendadas mejoraron, de un 48 a un 63 por ciento de los adultos elegibles. Pero el porcentaje de adultos mayores que se libran de una exploración inadecuada del cáncer de colon se redujo de un 70 a un 61 por ciento.
El estudio no examina los motivos de que la calidad ambulatoria se estancara o empeorara. Pero Helen Burstin, directora científica de National Quality Forum, una organización sin fines de lucro en Washington, D.C., explicó que muchos esfuerzos de mejora de la calidad se basan en los hospitales y se enfocan en la seguridad del paciente.
"Hacer lo imposible es difícil, y creo que algunos de los esfuerzos dirigidos de mejora han experimentado mejoras dirigidas", dijo Burstin.
Levine cree que un mejor uso de los sistemas de expedientes electrónicos ayudaría. Pero ahora mismo, se usan sobre todo para la facturación, no para la atención del paciente, comentó.
"Cuando construyamos un sistema con suficiente inteligencia como para decir 'Oye, el Sr. Smith no ha recibido todavía esa atención recomendada, o está recibiendo mucha atención de forma inadecuada. ¿A qué se debe esto? Mira esto'. De repente, creo que veríamos grandes cambios reales en la calidad de la atención", planteó Levine.
Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
FUENTES: David Levine, M.D., internist and research fellow, Brigham & Women's Hospital and Harvard Medical School, Boston; Elizabeth McGlynn, Ph.D., director, Center for Effectiveness and Safety Research, Kaiser Permanente, Pasadena, Calif.; Helen Burstin, M.D., chief scientific officer, National Quality Forum, Washington, D.C.; Oct. 17, 2016, JAMA Internal Medicine, online
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