NOBEL DE MEDICINA 2016
Un proceso transversal con múltiples aplicaciones clínicas
Numerosos grupos españoles centran su actividad en la autofagia. Los investigadores con los que se ha puesto en contacto Diario Médico han reconocido la expansión que ha experimentado este ámbito científico a raíz de los hallazgos de Yoshinori Ohsumi, galardonado con el Premio Nobel de Medicina 2016.
Sonia Moreno/María Sánchez-Monge | 03/10/2016 14:51
La autofagia es el mecanismo celular que proporciona la capacidad de digerir partes de la propia célula, manteniendo de esta forma el estatus energético y reciclando los elementos alterados. José Manuel Fuentes, investigador principal del Ciber de Enfermedades Neurodegenerativas (Ciberned) y miembro del Departamento de Bioquímica de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Extremadura, confirma que se trata de "un campo de estudio emergente desde hace 15 años".
Algo que ha facilitado la investigación es que se trata de "un proceso tremendamente conservado a lo largo de la evolución", señala Fuentes. Por eso, los trabajos iniciales en levaduras han podido extrapolarse al ser humano.
En el terreno de la neurología, se ha podido comprobar que alteraciones de la autofagia conducen a una escasa eliminación de las proteínas mal plegadas y alteradas en el interior de la célula. De ahí que la búsqueda de dianas terapéuticas que favorezcan este proceso sea un objetivo fundamental de diversos grupos de investigación, como el de Fuentes entre ellos.
Muerte celular programada
Guillermo Velasco, profesor de la Universidad Complutense de Madrid y del Instituto de Investigaciones Sanitarias San Carlos (IdISSC), considera que el Nobel es un espaldarazo a la investigación en el campo de la autofagia celular, "un proceso transversal, que cada vez se identifica en más áreas, pues sus genes se encuentran implicados en la regulación del metabolismo, el sistema inmune y migración celular, por citar algunos", enumera.
Guillermo Velasco, profesor de la Universidad Complutense de Madrid y del Instituto de Investigaciones Sanitarias San Carlos (IdISSC), considera que el Nobel es un espaldarazo a la investigación en el campo de la autofagia celular, "un proceso transversal, que cada vez se identifica en más áreas, pues sus genes se encuentran implicados en la regulación del metabolismo, el sistema inmune y migración celular, por citar algunos", enumera.
Velasco recuerda, además, que si bien la autofagia se considera en principio un proceso protector y de supervivencia de la célula, puesto que tiene un papel esencial en la obtención de nutrientes en circunstancias de inanición, también está relacionado con la muerte celular programada.
De hecho, una de las líneas de investigación de su grupo se centra en esa implicación; más concretamente, Velasco y su equipo están pendientes de la publicación en la revista Autophagyde un trabajo que profundiza en el proceso de la muerte celular programada por autofagia en células de glioma.
La existencia de una revista con un índice de impacto de 11 exclusivamente sobre la autofagia celular da una idea del peso que está tomando en la investigación científica en el mundo. Y también en España: sin ir más lejos, en 2013 en Miraflores de la Sierra (Madrid) se celebró la primera reunión del consorcio NEAR (Network of Excellence for Autophagy Research), una red de investigadores españoles implicados en el estudio del proceso celular y sus implicaciones en las patologías.
Rapamicina
Entre las aplicaciones terapéuticas, José Antonio Sánchez Alcázar, director del grupo de investigación de Fisiopatología Celular en la Enfermedad y el Desarrollo, de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla), ha aludido a la rapamicina. Este fármaco inductor de la autofagia empleado como inmunomodulador es objeto ahora de ensayos sobre su potencial en el envejecimiento y en diversas alteraciones degenerativas. Pero no es el único: "La estimulación de la autofagia en gran parte de las situaciones patológicas es beneficioso, por lo que está teniendo un gran desarrollo. Cuando la autofagia se produce de forma más lenta de lo normal, se genera una acumulación de orgánulos y moléculas que no funcionan correctamente, y que acaba provocando la patología celular".
Entre las aplicaciones terapéuticas, José Antonio Sánchez Alcázar, director del grupo de investigación de Fisiopatología Celular en la Enfermedad y el Desarrollo, de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla), ha aludido a la rapamicina. Este fármaco inductor de la autofagia empleado como inmunomodulador es objeto ahora de ensayos sobre su potencial en el envejecimiento y en diversas alteraciones degenerativas. Pero no es el único: "La estimulación de la autofagia en gran parte de las situaciones patológicas es beneficioso, por lo que está teniendo un gran desarrollo. Cuando la autofagia se produce de forma más lenta de lo normal, se genera una acumulación de orgánulos y moléculas que no funcionan correctamente, y que acaba provocando la patología celular".
Para Sánchez Alcázar, este premio Nobel es el reconocimiento a uno de los temas de mayor emergencia en la biomedicina. Su grupo trabaja en un tipo de autofagia, la mitofagia, que es la autofagia selectiva de las mitocondrias. "Tiene un papel clave en las enfermedades mitocondriales, porque se encarga de eliminar las mitocondrias que no funcionan correctamente. Estamos viendo en nuestros modelos que la estimulación de esta autofagia selectiva resulta muy positiva para corregir los efectos fisiopatológicos de las células".
Neurodegeneración y cáncer
Ana Serrano-Puebla, estudiante de tesis en el Centro de Investigaciones Biológicas del CSIC, en Madrid, investiga sobre muerte celular y autofagia en modelos de neurodegeneración. En su opinión, el trabajo de Ohsumi ha sentado las bases para que este "mecanismo de reciclaje intracelular" centre la actividad de infinidad de laboratorios en todo el mundo.
Ana Serrano-Puebla, estudiante de tesis en el Centro de Investigaciones Biológicas del CSIC, en Madrid, investiga sobre muerte celular y autofagia en modelos de neurodegeneración. En su opinión, el trabajo de Ohsumi ha sentado las bases para que este "mecanismo de reciclaje intracelular" centre la actividad de infinidad de laboratorios en todo el mundo.
La autofagia juega un papel fundamental en procesos naturales- por ejemplo, la "involución de la glándula mamaria una vez finalizado el periodo de lactancia" y patológicos, como el cáncer. "Muchas enfermedades se producen porque la autofagia no funciona", agrega Serrano-Puebla.
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