martes, 11 de octubre de 2016

Una proteína celular ofrece una nueva esperanza en la lucha contra los efectos del envejecimiento - Internacional - Elmedicointeractivo.com

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Una proteína celular ofrece una nueva esperanza en la lucha contra los efectos del envejecimiento

El envejecimiento en el cerebro puede causar la aparición de deterioro cognitivo que afecta a la memoria, el razonamiento y la multitarea


Una proteína que se encuentra dentro del centro de energía celular podría ser clave para detener la marcha del tiempo, según concluye una investigación realizada por científicos de la Universidad de Nottingham, en Reino Unido. El descubrimiento podría ofrecer una nueva diana para fármacos que pueden ayudar a disminuir los efectos debilitantes del envejecimiento en nuestros cuerpos.
Esta investigación, publicada en la revista académica 'Aging', podría tener un significado especial para la lucha contra el declive relacionado con la edad y la detención de la progresión de las patologías neurodegenerativas como el Alzheimer y la enfermedad de Parkinson.
El trabajo, dirigido por la doctora Lisa Chakrabarti y la estudiante de doctorado Amelia Pollard, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Ciencias de la Universidad, se ha centrado en una familia de proteínas llamadas anhidrasa carbónica, que se encuentra dentro de las mitocondrias, las células'baterías' que convierten el oxígeno que respiramos en la energía (ATP) necesaria para alimentar nuestro cuerpo.
La doctora Chakrabarti explica: "Lo que es realmente interesante es que hemos sido capaces de suponer que la función de esta proteína juega un papel en el proceso de envejecimiento dentro de la célula. Esto nos da un comienzo muy prometedor en cómo podemos dirigirnos mejor a esta proteína dentro de las mitocondrias para retardar los efectos del envejecimiento en el cuerpo al tiempo que limitamos otros efectos secundarios no deseados en el cuerpo. Esto potencialmente podría ofrecer una nueva vía significativa tanto en el abordaje de las enfermedades degenerativas como los efectos generales del envejecimiento en el cuerpo".
Más activa y presente en los cerebros de más edad
El uso de un proceso especialista llamado electroforesis en gel 2D, los científicos separaron todas las proteínas que se encuentran dentro de las mitocondrias de las células del cerebro y las células musculares de los cerebros jóvenes normales y cerebros normales de mediana edad y en comparación con las dos muestras.
Los científicos encontraron que la anhidrasa carbónica estaba en mayor cantidad y era más activa en las muestras de cerebro de mediana edad. Significativamente, este incremento se reflejó también en muestras de cerebros jóvenes que sufren degeneración temprana, lo que sugiere que el aumento es perjudicial.
Para determinar si, de hecho, es perjudicial y no evidencia de un intento del cuerpo de protegerse contra esta degeneración --conocido como efecto protector-- los científicos estudiaron el efecto de la anhidrasa carbónica en los gusanos nematodos. De esta forma, vieron al alimentar con anhidrasa carbónica a los pequeños gusanos 'C. Elegans' -de alrededor de sólo un milímetro de longitud-- redujeron su tiempo de vida.
A medida que envejecemos, los tejidos y las funciones de nuestro cuerpo comienzan a disminuir. El envejecimiento se ha asociado con una pérdida de masa muscular que comienza a la edad de 50 años y se hace más pronunciada hacia los 60, lo que conduce a una reducción en la resistencia y una mayor fragilidad.
El envejecimiento en el cerebro puede causar la aparición de deterioro cognitivo que afecta a la memoria, el razonamiento y la multitarea y puede conducir a la demencia. Otras enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y la enfermedad de Parkinson pueden provocar la aparición precoz de deterioro cognitivo.
Los científicos siguen trabajando para identificar compuestos químicos que puedan tener éxito en dirigirse a la anhidrasa carbónica y para estudiar el efecto que estos potenciales inhibidores tienen sobre los gusanos que han visto sus vidas acortadas por la proteína. Este estudio podría ser el primer paso para el desarrollo de un nuevo tipo de fármaco que se dirija a la anhidrasa carbónica sólo en las mitocondrias del cuerpo para proteger contra el envejecimiento y la degeneración.

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