viernes, 23 de febrero de 2018

La realidad virtual como herramienta en la lucha contra la violencia de género - DiarioMedico.com

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MEJORA LA EMPATÍA DEL AGRESOR

La realidad virtual como herramienta en la lucha contra la violencia de género

Detrás de los comportamientos violentos muchas veces se encuentra un déficit de reconocimiento emocional y la violencia de género no es una excepción. Investigadores del Idibaps y de la Universidad de Barcelona han demostrado que es posible mejorar la empatía de los agresores utilizando la realidad virtual.
Miguel Ramudo. Barcelona | dmredaccion@diariomedico.com   |  22/02/2018 14:29
 
 

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realidad virtual Idibaps
Mavi Sánchez, investigadora Icrea en el Idibaps, donde lidera el equipo Neurociencia de Sistemas; Elías Campo, director del Idibaps; Sofía Seinfeld, investigadora en el Idibaps y en el Laboratorio de Entornos Virtuales en Neurociencia y Tecnología (Event Lab), y Mel Slater, director del Event Lab en la Facultad de Psicología de la UB. (Idibaps)
  • realidad virtual Idibaps
  • Realidad virtual
La realidad virtual es un nuevo campo que todavía se está explorando en el campo de la neurociencia. La posibilidad de sumergir a los individuos en entornos controlados ayuda a entender cómo reaccionan estos ante estímulos, pero sirve también para modificar comportamientos y ofrecer soluciones a problemas diversos.
Así lo acaban de demostrar investigadores del Instituto de Investigación Biomédica August Pi i Sunyer (Idibaps) y de la Universidad de Barcelona (UB) en un artículo que acaba de publicarse en Scientific Reports y que demuestra como la experiencia virtual tiene la capacidad de mejorar la capacidad de percepción de las emociones en agresores que han maltratado a sus parejas.
"Una de las misiones de los centros de investigación es la de mejorar la sociedad. En esta misión transformadora se engloba este nuevo trabajo en el que se ha estudiado las causas de un problema, la violencia de género, y a través de la ciencia se ha buscado nuevas soluciones", ha apuntado Elías Campo, director del Idipabs.

Un problema global

La violencia de género es un problema que afecta a todas las sociedades y con un alto grado de prevalencia, tanto en países desarrollados como en vía de desarrollo. Se calcula que un 30 por ciento de las mujeres en todo el mundo han sufrido o sufrirán un episodio de violencia por parte de sus parejas y el 38 por ciento de los asesinatos de mujeres han sido cometidos por su pareja.
"Es evidente que son necesarias nuevas estrategias para conseguir disminuir este problema. Existen ya muchos programas de rehabilitación enfocados a diferentes objetivos. Ahora con esta nueva experiencia lo que buscamos es entrenar la empatía, poner a los agresores en la piel de la víctima para que entiendan como sus actos generan miedo", ha explicado Sofía Seinfeld, investigadora en el Idibaps y en el Laboratorio de Entornos Virtuales en Neurociencia y Tecnología (Event Lab).
Los entornos de realidad virtual ya se habían utilizado para intentar reducir el sesgo racial o para mejorar las relaciones entre madres e hijas, aprovechando los efectos de lo que se conoce como encarnación. "La encarnación o embodiment consiste en sentir que el cuerpo virtual es en realidad mi cuerpo y tiene unos efectos muy poderosos. En este sentido la realidad virtual es una herramienta muy útil para la psicología clínica, ya que hemos constatado que sus efectos son duraderos y que puede ser una herramienta para tener en cuenta en la lucha contra la violencia de género", ha dicho Mel Slater, director del Event Lab en la Facultad de Psicología de la UB
  • La encarnación o 'embodiment' consiste en sentir que el cuerpo virtual es el cuerpo real y tiene efectos muy poderosos

Ponerse en la piel del otro

Desde hace ya 15 años en el Idibaps están investigando sobre las aplicaciones de la realidad virtual y como se puede llegar a sentir como propio un avatar, así como las posibilidades que esto abre al poder permitir durante un tiempo ser otra persona. "En 2010 entendimos que esto abría una posibilidad para tratar las conductas violentas, al permitir que el agresor experimentara la violencia desde el punto de vista de la víctima", ha explicado Mavi Sánchez, investigadora Icrea en el Idibaps, donde lidera el equipo Neurociencia de Sistemas.
Esto llevó a un trabajo de investigación en el que los investigadores del Idipabs se pusieron en contacto con expertos en programas de rehabilitación para poder desarrollar entornos virtuales basados en la violencia de género que pudieran ayudar a la encarnación de los agresores. "Aunque la gente sabe que está en un entorno virtual seguro, hemos podido comprobar a través de las respuestas fisiológicas y entrevistas con los participantes que responden como si la situación fuera real, con una auténtica sensación de amenaza", ha continuado Sánchez.
Trabajando primeramente con un grupo de control, luego se contó con la participación de más de doscientos agresores en estos entornos virtuales. El trabajo ha permitido comprobar como estos tienen un déficit de reconocimiento emocional, que está muy unido a la incapacidad de desarrollar empatía. "Hemos podido comprobar como el trabajo realizado a través de la realidad virtual ha ayudado y producido un cambio significativo en la mejora del reconocimiento emocional en el grupo de los agresores, mientras que en el grupo de control aquí no se producía ningún cambio", ha apuntado Sánchez, quien señalaba que estos resultados animan a ser optimistas de cara a la posible aplicación de estas mismas técnicas en el tratamiento de otro tipo de violencias, no solo la de género.

Acostumbrarse a la realidad virtual

La realidad virtual es hasta el momento un campo bastante inexplorado. La práctica totalidad de los participantes en el estudio realizado por los investigadores del Idibaps no había tenido ninguna relación previa con este tipo de experiencias, lo que en parte explica el alto impacto que en ellos tuvo la inmersión en estos escenarios virtuales.
"Ahora hay muy poca experiencia en realidad virtual inmersiva, pero es cierto que cada vez habrá más y esto puede ocasionar una pérdida en el factor de impacto, al acostumbrarnos a ella. Pero yo también creo que al mismo tiempo las posibilidades técnicas irán avanzando y seremos capaces de plantear situaciones cada vez más realistas. De esta forma, el cambio en la sensibilidad irá de la mano de los cambios técnicos y seguirá siendo útil", ha añadido Mavi Sánchez, investigadora Icrea en el Idibaps, donde lidera el equipo Neurociencia de Sistemas.

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